April 07, 2006
Cita : Estado y Ayuda
“Siempre habrá sufrimiento que necesite consuelo y ayuda. Siempre habrá soledad. Siempre se darán situaciones de necesidad material en las que es indispensable una ayuda que muestre un amor concreto al prójimo.
El Estado que quiere proveer a todo, que absorbe todo en sí mismo, se convierte en una instancia burocrática que no puede asegurar lo más esencial que el hombre afligido necesita : una entrañable atención personal.
Lo que hace falta no es un Estado que domine y regule todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, las iniciativas que surgen de las diferentes fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio.
La afirmación según la cual las estructuras justas harían supérfluas las obras de caridad, esconde una concepción materialista del hombre : el prejuicio de que el hombre vive “sólo de pan”, una concepción que humilla al hombre e ignora precisamente lo que es más específicamente humano.”
( Benedicto XVI )
“Siempre habrá sufrimiento que necesite consuelo y ayuda. Siempre habrá soledad. Siempre se darán situaciones de necesidad material en las que es indispensable una ayuda que muestre un amor concreto al prójimo.
El Estado que quiere proveer a todo, que absorbe todo en sí mismo, se convierte en una instancia burocrática que no puede asegurar lo más esencial que el hombre afligido necesita : una entrañable atención personal.
Lo que hace falta no es un Estado que domine y regule todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, las iniciativas que surgen de las diferentes fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio.
La afirmación según la cual las estructuras justas harían supérfluas las obras de caridad, esconde una concepción materialista del hombre : el prejuicio de que el hombre vive “sólo de pan”, una concepción que humilla al hombre e ignora precisamente lo que es más específicamente humano.”
( Benedicto XVI )