June 04, 2006
Bloc de Notas : El Conocimiento Inútil, Por Jean-Francois Revel (3)
De la Mentira Compleja
En el mundo contemporáneo, la mentira de izquierda se presenta, por necesidad, en cantidad mucho mayor que la mentira de derecha. Todo el mundo sabe las matanzas del ejército norteamericano en Vietnam. Casi nadie que, después de la guerra, los comunistas vietnamitas fusilaron no menos de 60,000 personas en tres meses.
La izquierda cultural está en todas partes retrasada con respecto a la izquierda política. La izquierda muestra la misma complacencia por los regímenes marxistas neonatos que por sus antecesores. No exige legitimidad democrática, éxito económico, respeto a los derechos humanos ni a la vida misma.
La izquierda utiliza la negación de los hechos, la alteración voluntaria de la información, el rechazo a responder a los argumentos , y finalmente el ataque personal.
Los partidos socialistas han adoptado en la práctica, desde 1980, un liberalismo mitigado, aunque quieren salvar las apariencias denominándolo “socialismo pragmático”. Ya no se cree en el socialismo, pero se continúa vituperando a los partidarios del capitalismo, como si tuvieran algo que oponerles. Esta persistencia de un fenómeno después de la desaparición de su causa es una de las fuentes de la mentira ideológica.
La ideología se fundamenta en una comunión en la mentira. Implica el ostracismo automático de quien rehúse compartirla. Esa es la razón por la cual implica simultáneamente la suspensión de las facultades mentales y del sentido moral.
Los dirigentes comunistas se enfrentan con las realidades, aunque deseen eludirlas. Los ideólogos, aunque sean eclesiásticos, se mueven entre la futilidad de las palabras y la ingravidez de lo irreal.
La Necesidad de Ideología
La ideología es una triple dispensa :
1. Intelectual : consiste en retener sólo los hechos favorables y en negar los otros, omitirlos, olvidarlos, impedir que sean conocidos.
2. Práctica : suprimir el criterio de eficacia, quitar todo valor de refutación a los fracasos.
3. Moral : abolir toda noción del bien y del mal.
Es duro vivir sin ideología, ya que entonces se enfrenta uno a casos particulares, que exigen conocimiento de los hechos, y generan riesgo de error y fracaso en la acción.
Aunque la ideología no posea eficacia, en el sentido que no resuelve ningún problema real, está concebida con vista a la acción. Transforma la realidad más poderosamente que el conocimiento exacto.
Incluso en nuestro tiempo abundan las ideologías que no son políticas. Se encuentran en la filosofía, en la moral, el arte, e incluso las ciencias. El hombre normal no busca la verdad sino después de haber agotado las demás posibilidades.
Más que vulgar disfraz de las relaciones sociales, la ideología parece satisfacer una necesidad altamente espiritual de mentira.
Yo efectué en 1970 un análisis del Pequeño Libro Rojo y de otros escritos de Mao, subrayando la indigencia intelectual, e incluso el cretinismo de los apotegmas del déspota pequinés. Lo inexplicable es que millones de intelectuales en todo el mundo han podido, durante cinco o seis años, meditar con devoción ese tejido de necedades pretenciosas.
El poderío de la ideología descansa en la falta de curiosidad por los hechos. El hombre construye vastos sistemas explicativos que le proporcionan tranquilidad de espíritu en la ilusión de una comprensión global, más que para explorar humildemente las realidades y abrirse a informaciones desconocidas.
( Editorial Planeta, Barcelona, 1989 )
De la Mentira Compleja
En el mundo contemporáneo, la mentira de izquierda se presenta, por necesidad, en cantidad mucho mayor que la mentira de derecha. Todo el mundo sabe las matanzas del ejército norteamericano en Vietnam. Casi nadie que, después de la guerra, los comunistas vietnamitas fusilaron no menos de 60,000 personas en tres meses.
La izquierda cultural está en todas partes retrasada con respecto a la izquierda política. La izquierda muestra la misma complacencia por los regímenes marxistas neonatos que por sus antecesores. No exige legitimidad democrática, éxito económico, respeto a los derechos humanos ni a la vida misma.
La izquierda utiliza la negación de los hechos, la alteración voluntaria de la información, el rechazo a responder a los argumentos , y finalmente el ataque personal.
Los partidos socialistas han adoptado en la práctica, desde 1980, un liberalismo mitigado, aunque quieren salvar las apariencias denominándolo “socialismo pragmático”. Ya no se cree en el socialismo, pero se continúa vituperando a los partidarios del capitalismo, como si tuvieran algo que oponerles. Esta persistencia de un fenómeno después de la desaparición de su causa es una de las fuentes de la mentira ideológica.
La ideología se fundamenta en una comunión en la mentira. Implica el ostracismo automático de quien rehúse compartirla. Esa es la razón por la cual implica simultáneamente la suspensión de las facultades mentales y del sentido moral.
Los dirigentes comunistas se enfrentan con las realidades, aunque deseen eludirlas. Los ideólogos, aunque sean eclesiásticos, se mueven entre la futilidad de las palabras y la ingravidez de lo irreal.
La Necesidad de Ideología
La ideología es una triple dispensa :
1. Intelectual : consiste en retener sólo los hechos favorables y en negar los otros, omitirlos, olvidarlos, impedir que sean conocidos.
2. Práctica : suprimir el criterio de eficacia, quitar todo valor de refutación a los fracasos.
3. Moral : abolir toda noción del bien y del mal.
Es duro vivir sin ideología, ya que entonces se enfrenta uno a casos particulares, que exigen conocimiento de los hechos, y generan riesgo de error y fracaso en la acción.
Aunque la ideología no posea eficacia, en el sentido que no resuelve ningún problema real, está concebida con vista a la acción. Transforma la realidad más poderosamente que el conocimiento exacto.
Incluso en nuestro tiempo abundan las ideologías que no son políticas. Se encuentran en la filosofía, en la moral, el arte, e incluso las ciencias. El hombre normal no busca la verdad sino después de haber agotado las demás posibilidades.
Más que vulgar disfraz de las relaciones sociales, la ideología parece satisfacer una necesidad altamente espiritual de mentira.
Yo efectué en 1970 un análisis del Pequeño Libro Rojo y de otros escritos de Mao, subrayando la indigencia intelectual, e incluso el cretinismo de los apotegmas del déspota pequinés. Lo inexplicable es que millones de intelectuales en todo el mundo han podido, durante cinco o seis años, meditar con devoción ese tejido de necedades pretenciosas.
El poderío de la ideología descansa en la falta de curiosidad por los hechos. El hombre construye vastos sistemas explicativos que le proporcionan tranquilidad de espíritu en la ilusión de una comprensión global, más que para explorar humildemente las realidades y abrirse a informaciones desconocidas.
( Editorial Planeta, Barcelona, 1989 )
