June 09, 2006

 
La Ley, Bastiat y Nuestros Legisladores

Por Olmedo Miró,de la Fundación Libertad de Panamá

A nosotros lo panameños, nunca nos deja de sorprender la plétora de “idiosincrasias” que emanan de nuestra asamblea legislativa. Pero hay una que se repite todos los años, a la cual se refieren muchos legisladores con orgullo, que es su “productividad” en la creación de leyes. Es decir, mientras más leyes mejor.

Pareciera ser una especie de record a batir, la producción de leyes: 72 en el periodo que termina, 7 más que el anterior, por ejemplo. Como si producir leyes fuera como producir petróleo: mientras más mejor. El problema es que en la realidad es todo lo contrario. Las leyes no confinadas a su estricta legitimidad no hacen más que estrangular nuestras libertades en beneficio de un grupo de “suertudos” amiguitos del poder.

Ya que está de moda dar regalitos a los legisladores, para la próximas navidades propongo ofrecer a nuestros legisladores un ejemplar de un pequeño librito, bien barato, llamado muy apropiadamente “La Ley” de un genial francés del siglo XIX llamado Frederic Bastiat. Un librito de no más de 50 paginas, demostración fehaciente de que las grandes cosas vienen en pequeños paquetes. El librito es una síntesis brillante de lo que debe ser la ley.

Como de aquí a navidad todavía falta mucho, les voy a adelantar un poquito del contenido de esta genial obra. Miren cómo comienza el primer párrafo: “La ley, pervertida! La ley y tras ella todas las fuerzas colectivas de la nación, ha sido no solo apartada de su finalidad, sino aplicada para contrariar su objetivo lógico. La ley, convertida en instrumento de todos los apetitos inmoderados, en lugar de servir como su freno!” Suena familiar ¿no?. Y luego continúa: “¡La ley, realizando ella misma la iniquidad de cuyo castigo estaba encargada! Ciertamente se trata de un hecho grave ...”. Ahora, como decía un tío mío, “la política consiste en la lucha entre los que están en la “papa” y los que los envidian”. ¡ Qué triste!

Y entonces, ¿qué debe ser la ley? Para Bastiat es: “La organización colectiva del derecho individual de legítima defensa”.

Y qué sucede, muchas veces nuestros legisladores, por lo menos en la forma en la que redactan la legislación, parecen creerse el Dios del Génesis, como por ejemplo: “Créese la institución tal ...”. “Mediante esta ley se crea ...”. “Comuníquese y publíquese”, etc. Ni un pensamiento les pasa por la mente sobre el costo de esas leyes que, aunque bien intencionadas (en el mejor de los casos) nadie se hace responsable personalmente sobre las consecuencias negativas de su implementación. Consecuencias que se extienden a la pérdida de nuestras libertades, destrucción del valor de los activos de los ciudadanos, corrupción etc. Y nadie se hace responsable por estos desbarajustes.

¿Hacia qué objetivo se debe dirigir la legislación? Bueno, Bastiat responde de una forma tan sencilla como clara: “Ninguna sociedad puede existir, si no impera en algún grado el respeto a las leyes; pero es el caso que lo que da más seguridad para que sean respetadas las leyes es que sean respetables. Cuando la ley y la moral se encuentran en contradicción, el ciudadano se encuentra en la cruel disyuntiva de perder la noción de lo moral o de perder el respeto a la ley, dos desgracias tan grandes ...”.

Las consecuencias de no cumplir con estos preceptos son que nuestro pequeño país se ve eternamente envuelto en las disputas entre un sin número de bandos por el control de la legislación. ¿Acaso alguien piensa que todo el dinero que se gasta en política en este país es el resultado de una epidemia de “filantropía” en la sociedad?

Bastiat claramente establece que el exceso en la legislación fácilmente puede convertirse en un “circulo vicioso” dentro de la sociedad. Un “trepa que sube” político que eventualmente termina con la democracia y las libertades de los ciudadanos. Bastiat: “En efecto, si la ley se limitara a hacer respetar a todas las personas, a todas las libertades y todas las propiedades, si no fuera más que la organización del derecho individual a la legitima defensa.....el freno a todas las opresiones y explotaciones, ¿puede creerse que íbamos a disputar mucho, entre conciudadanos, a propósito del sufragio (la política) ...?”.

Bastiat se preguntaba que si se piensa que la sociedad es tan mala que necesita ser modificada desde la legislatura, entonces ¿cómo es que resulta que las tendencias de los legisladores puedan ser tan buenas? (ya saben, aquellos “angelitos” vestidos de políticos) .¿Acaso los legisladores y sus agentes no forman parte del género humano?.

La Ley de Bastiat es una obra maestra que debe ser leída por todos los ciudadanos conscientes. Gracias a la Internet tenemos muchas formas de acceder a sus escritos que no solo se limitan a los efectos legislativos sino también a temas económicos y políticos. Todos, claro esta, con una claridad y síntesis de una persona con la mente bien “clarita”. Ahora le sugiero que a través de su “buscador” favorito de Internet ponga el nombre de Frederic Bastiat y le será un deleite para el intelecto y también, posiblemente, haremos mejores legisladores.

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