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Noticia / Crítica : El Gobierno No Debe Educar a Nuestros Hijos

Según Harry Browne, el mayor error en la historia de Estados Unidos ha sido permitir al gobierno meter sus narices en la educación. El mismo error se ha cometido en todas partes, así que las reflexiones de Browne tienen valor universal.

La educación pública está organizada sobre el principio de la compulsión. A través de diferentes tipos de impuestos, la gente es forzada a pagar por la educación, tengan hijos o no, y estén o no de acuerdo con lo que hacen las escuelas.

Las familias tienen que enviar a sus hijos a determinadas escuelas donde son indoctrinados en forma específica. Para colmo, el costo aumenta exponencialmente. Hace 25 años el costo por estudiante era de $2,000. Hoy sobrepasa los $8,000.

Si la industria de las computadoras estuviera organizada como la educación pública, tendríamos computadoras cada vez más caras y menos funcionales.

¿Qué pasaría si sacásemos al gobierno de la educación?. Los costos bajarían en la medida en que las escuelas se hicieran más eficientes bajo la presión de la competencia. Las escuelas tendrían que ser creativas para enseñar más en menos horas y hacer el aprendizaje más agradable y estimulante. Por supuesto, el mercado proveería diferentes alternativas de precio, curriculum, y método.

Es imposible reformar las escuelas del gobierno. El problema no son los educadores, o los administradores, o ni siquiera los burócratas. El problema es el sistema. Simplemente no funciona. Los que tenemos cierta edad recordamos lo eficiente y barato que era el sistema privado de salud antes de Medicare y Medicaid, cuando un seguro médico costaba $15 mensuales.

¿Qué pasaría con los pobres?. ¿Cómo serían educados?. Primero, el sistema público comenzó a mediados del siglo XIX. Pero según el investigador John Taylor Gatto, el nivel educativo a inicios de 1800 era más alto que hoy. La gente hacia lo que fuera necesario para educar a sus hijos.

Segundo, el costo escolar total no pasaría de $150 billones anuales, y hoy es de $400 billones. Sobrarían $250 billones que podrían ser devueltos a los contribuyentes. Marshall Fritz ha estimado que sólo se necesitarían $20 billones para becas para los pobres.

Tercero, incluso con los actuales niveles de impuestos, hay cientos de miles de iglesias, organizaciones, y personas, que proveen becas a los niños pobres sin pedir nada a cambio.

¿Qué posibilidades existen de que la educación sea privatizada?. El autor se muestra optimista porque la gente reconoce intuitivamente el fracaso del gobierno.

Yo soy mucho menos optimista. Hay demasiados intereses creados entre los partidarios del status quo, que además están bien organizados. Pero hay que seguir martillando, y quizás veamos mejores tiempos.