July 03, 2006

 
Noticia / Crítica : La Iglesia Brasileña Mantiene Vivo a Marx

Augusto Zimmermann, profesor universitario de Derecho, escribe una breve historia de la penetración comunista en la Iglesia brasileña, que es sumamente instructiva.

El autor comienza en los años 50 cuando la Acción Católica Brasileña abrazó el marxismo radical, de la mano del franciscano Tomás Cardonnel, creador del concepto del “desorden establecido”.

En 1962 se creó la Acción Popular, por un segmento de la ABC. En un folleto de 1966 titulado Estrategia Revolucionaria abogaba explícitamente por la guerra de guerrillas y un plan para establecer el socialismo.

A partir del régimen militar de 1964, innumerables instituciones católicas escondieron guerrilleros y armas. Por ejemplo, se descubrió en 1969 que un orfanato católico escondía productos químicos usados por las FALN para fabricar explosivos.

La realidad no ha cambiado mucho a lo largo de los años. Por ejemplo, Leonardo Boff cree que vendrá una confrontación apocalíptica de las fuerzas del bien (comunismo) con las del mal (capitalismo). La supresión violenta del capitalismo representará la llegada del “reino de Dios sobre la tierra”.

Según Boff, los regímenes comunistas, sobre todo la URRS, “ofrecían la mejor posibilidad objetiva para vivir según el espíritu del Evangelio”. Después de una visita a la URSS declaró que el régimen era “sumamente ético y moralmente limpio”, y que no había notado ninguna restricción a la libertad de expresión.

Desde los años 60, las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) han sido utilizadas en América Latina para predicar el mensaje marxista a las masas populares. El interés es claro. En un país tan católico como Brasil ninguna empresa revolucionaria puede tener éxito sin el apoyo de los clérigos.

Comments:
Hay un problema grande con esa comunión impía entre catolicismo y marxismo. Todos esos clérigos marxistas sencillamente jamás entendieron el cristianismo. Para el cristianismo la persona humana individual es sagrada (cada alma es preciosa), en tanto en el marxismo el colectivo es sagrado y los individuos son nada.

Un concepto fundamental del cristianismo es el libre albedrío del individuo, para elegir entre el Bien y el Mal. Para el marxismo, no existe tal cosa, sino que la dinámica es la lucha de clases. El individuo por sí mismo no es nada (nuevamente).

Cristo dijo a los ricos que debían dar a los pobres. NO dijo a los pobres que debían robar a los ricos. La diferencia es fundamental.

Lamentablemente, como bien señalas, en América Latina el comunismo se ha infiltrado en la Iglesia de una manera alarmante. Pero en realidad no se puede ser cristiano y marxista a la vez. Es un sincretismo autodestructivo.
 
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