September 04, 2006
Reflexiones : Libertarios y Síndrome de Oslo
El síndrome de Oslo, que no hay que confundir con el de Estocolmo, describe las reacciones de personas o grupos que se encuentran en situaciones de gran peligro sobre las que no tienen ningún control. Para obtener cierto nivel de control, concluyen que son total o parcialmente responsables de lo que les sucede, y que la situación cambiará si ellos se comportan adecuadamente.
Un ejemplo típico es el de las esposas maltratadas. Siempre pasan por una etapa en la que se culpan a sí mismas por el problema, y creen que si hacen determinados cambios en su comportamiento, el maltratador cambiará. Claro que esto último nunca sucede.
Últimamente observo síntomas del síndrome en varios libertarios norteamericanos. Creen que si estados Unidos cambia su política exterior, sobre todo respecto a Israel, la amenaza islamista desaparecerá. Si los islamistas les amenazan, es porque han hecho algo mal. Si se portan bien, asunto resuelto.
Obviamente, es posible criticar determinadas acciones de la política exterior de Estados Unidos, y concluir que han sido equivocadas. No hay duda de que, cuanto más importante sea una potencia, más errores cometerá.
El problema es que la conclusión que sacan es equivocada. Los islamistas han expuesto su estrategia en términos claros : 1) Conquistar el poder en cuantos más países musulmanes mejor. 2) Restaurar el califato. 3) Extender el Islam por todo el mundo, por las buenas o por las malas. Ante esta estrategia de altos vuelos, problemas como el de Israel tienen una importancia muy limitada y de un valor meramente coyuntural. Los islamistas, como ya lo expresara un portavoz de Hamas, dan por descontado que Israel no puede aguantar más de cien años. Y no olvidemos que ellos cuentan por siglos.
El síndrome de Oslo, que no hay que confundir con el de Estocolmo, describe las reacciones de personas o grupos que se encuentran en situaciones de gran peligro sobre las que no tienen ningún control. Para obtener cierto nivel de control, concluyen que son total o parcialmente responsables de lo que les sucede, y que la situación cambiará si ellos se comportan adecuadamente.
Un ejemplo típico es el de las esposas maltratadas. Siempre pasan por una etapa en la que se culpan a sí mismas por el problema, y creen que si hacen determinados cambios en su comportamiento, el maltratador cambiará. Claro que esto último nunca sucede.
Últimamente observo síntomas del síndrome en varios libertarios norteamericanos. Creen que si estados Unidos cambia su política exterior, sobre todo respecto a Israel, la amenaza islamista desaparecerá. Si los islamistas les amenazan, es porque han hecho algo mal. Si se portan bien, asunto resuelto.
Obviamente, es posible criticar determinadas acciones de la política exterior de Estados Unidos, y concluir que han sido equivocadas. No hay duda de que, cuanto más importante sea una potencia, más errores cometerá.
El problema es que la conclusión que sacan es equivocada. Los islamistas han expuesto su estrategia en términos claros : 1) Conquistar el poder en cuantos más países musulmanes mejor. 2) Restaurar el califato. 3) Extender el Islam por todo el mundo, por las buenas o por las malas. Ante esta estrategia de altos vuelos, problemas como el de Israel tienen una importancia muy limitada y de un valor meramente coyuntural. Los islamistas, como ya lo expresara un portavoz de Hamas, dan por descontado que Israel no puede aguantar más de cien años. Y no olvidemos que ellos cuentan por siglos.
Comments:
<< Home
Lew Rockwell y los escritores de su sitio se encuentran en dicha situación. Creen que lo que se requiere para civilizar al Islam es mostrarles el camino de la propiedad privada, el individualismo metodológico, y la libre contratación. Que la prosperidad que experimentarán con eso les hará ver la luz.
El pequeño problema con dicho sueño, es que olvida hechos reales y confirmados, como que los conspiradores para volarse por los aires (junto con unos cuantos miles de personas inocentes) en medio del Atlántico, eran personas que nacieron y se criaron nada menos que en Inglaterra. Algunos de ellos incluso habían nacido cristianos y se convirtieron al Islam luego.
Los musulmanes que viven en Occidente no se han visto nada convencidos por el sistema de libertad individual, propiedad privada y libre contratación. Muy al contrario, lo ven como un indicativo claro de inferioridad moral de Occidente. Para muestra, ver lo que sucede a diario en Escandinavia, en Francia, Bélgica, Alemania e Inglaterra, con los musulmanes que viven allí desde hace añales.
Luis, de El Opinador Compulsivo, ha acuñado el término "Libertarios Disney" para referirse a este fenómeno.
El pequeño problema con dicho sueño, es que olvida hechos reales y confirmados, como que los conspiradores para volarse por los aires (junto con unos cuantos miles de personas inocentes) en medio del Atlántico, eran personas que nacieron y se criaron nada menos que en Inglaterra. Algunos de ellos incluso habían nacido cristianos y se convirtieron al Islam luego.
Los musulmanes que viven en Occidente no se han visto nada convencidos por el sistema de libertad individual, propiedad privada y libre contratación. Muy al contrario, lo ven como un indicativo claro de inferioridad moral de Occidente. Para muestra, ver lo que sucede a diario en Escandinavia, en Francia, Bélgica, Alemania e Inglaterra, con los musulmanes que viven allí desde hace añales.
Luis, de El Opinador Compulsivo, ha acuñado el término "Libertarios Disney" para referirse a este fenómeno.
A mi m gusta la filosofía libertaria y creo que lo que dice Jaime Raúl Molina es cierto. En eso soy un realista pesimista.
Post a Comment
<< Home
