October 11, 2006

 
Economics for Real People : El Factor Tiempo en la Acción Humana

Rich, para conseguir más alimento y agua, puede construir trampas para ratas y barriles para agua. Para ello, tiene que sacrificar alguna otra cosa, ya que su tiempo es limitado. Las trampas y barriles son valiosos porque producen los bienes que dan una satisfacción directa. Así que las trampas y barriles son bienes de producción o de capital. Y lo son, no por sus propiedades físicas, sino por su función económica.

Al producir bienes de capital, Rich ha comenzado a ahorrar. Ahorrar es la decisión de guiar la acción hacia las satisfacciones más lejanas en el tiempo. El valor de dichos bienes es lo que Rich estima que será su valor para satisfacer necesidades futuras e inciertas. Si Rich descubre que las ratas están enfermas, las trampas perderán buena parte de su valor, a menos que tengan un uso alternativo.

Los humanos consumimos en el presente. Si posponemos nuestro consumo indefinidamente, ya no estamos ahorrando, sino perdiendo. Entonces, por qué ahorramos? Porque podemos imaginar el futuro, y juzgar que la satisfacción de necesidades futuras puede compensarnos por algunas insatisfacciones en el presente.

El nivel de ahorro de cada persona se explica por su preferencia temporal, que es el grado en que prefiere una satisfacción presente a la misma satisfacción en el futuro. Este es un factor subjetivo. Varía de persona a persona, e incluso, para la misma persona, de un momento a otro.

No podemos decir que un grado de preferencia temporal sea mejor que otro. Por tanto, desde un punto de vista económico, no existe un nivel “correcto” de ahorro. La economía, sin embargo, puede aclarar bajo qué condiciones un individuo elegiría ahorrar, y las consecuencias del ahorro.

Volvamos a Rich. Puede que sacrifique una rata diaria de consumo durante una semana para construir una trampa. Si ésta dura una semana y permite capturar 14 ratas adicionales, Rich sacrifica 7 ratas ahora para tener 14 una semana después. Es decir, valora una rata hoy menos que dos ratas dentro de una semana.

No se han descubierto leyes constantes sobre la preferencia temporal. Hay personas que viven modestamente y dejan al morir una pequeña o mediana fortuna. Por otro lado, hay personas ricas que se gastan toda su fortuna y mueren en la miseria.

( Gene Callahan, Mises Institute, 2004, Pag. 47-56 )

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