Panafreedom

Comentario : Cornudos y apaleados

No recuerdo exactamente si este es un refrán español o una expresión de Quevedo. En cualquier caso, verán fácilmente la relación entre la expresión y lo que les voy a contar.

En dos o tres ocasiones he dicho que, en Panamá, la libertad de tránsito es un mal chiste. No hay problemas los sábados y domingos. Pero de lunes a viernes usted sólo podrá circular en su vehículo con normalidad si tiene la suerte de que ese día no haya ningún grupo que tenga alguna queja contra el gobierno, o contra alguna empresa, o contra cualquier otro grupo.

Supongamos que los residentes de una calle tienen quejas contra el Ministerio de Obras Públicas. Uno tendería a suponer que seleccionarían a un grupo para protestar ante las instalaciones del Ministerio y exponer sus quejas. Pero parece que esto es demasiado trabajo. Así que los residentes buscan una carretera cercana importante e impiden el tránsito. Como la ciudad de Panamá es estrecha y alargada, cualquier cierre en una vía importante crea un caos monumental en toda la ciudad.

Esto ya es suficientemente malo. Pero para mí, lo peor es que los medios de comunicación no defienden el derecho al libre tránsito, sino a los quejosos. Lo que me indica que su olfato les dice que esto es lo que quieren sus clientes. O sea, que en la práctica, una mayoría de panameños no considera que el libre tránsito sea un derecho.

Expondré solamente dos ejemplos :

1. El director de un popular programa de televisión aconsejó recientemente a los quejosos utilizar métodos “más creativos”, como por ejemplo, cerrar sólo la mitad de la vía, o cerrar toda la vía por periodos cortos, como quince o treinta minutos. En pocas palabras, ejerzamos nuestro derecho al delito, pero con moderación.

2. El segundo está mejor todavía. El director de otro programa alabó a los dirigentes de un sindicato porque tuvieron la notable idea de cerrar “sólo” tres de los cuatro carriles de una de las principales vías de la ciudad. Me pregunto si se mostraría tan amable con un ladrón que primero le robase y luego le devolviera el 25% de lo robado.