October 09, 2005
Noticia / Crítica : De Nuevo Allende
Javier Bazán, notable blogger chileno, de Libertad Bajo Palabra, me informa de un artículo de Roberto Ampuero en el diario La Tercera (nota : registro gratuito ). El artículo comenta sobre el libro Cuba Nostra, de Ammar, y sobre otro de Mitrokhin, ex - archivista de la KGB.
Como quiera que yo publiqué un breve post sobre el libro de Ammar, voy a referirme sólo a este. Como recordarán, Ammar defiende que Allende fue asesinado por Patricio de la Guardia, porque había decidido rendirse. Para ello, se basa en el testimonio de dos ex – agentes de los servicios secretos cubanos.
Ampuero defiende la tesis de que Allende se suicidó, y que nunca estuvo nervioso o acobardado. Examinemos sus pruebas :
1. Las fotografías en que aparece con casco y metralleta. Aquí el asunto clave sería a qué hora fueron tomadas las fotos y a qué hora murió Allende. En situaciones límite como esta, es muy posible que alguien cambie de opinión y de conducta.
2. La alocución al país, en la que deja entrever su muerte. Yo he leído esa alocución momentos antes de redactar esta nota y me ha sonado un tanto hueca, muy al contrario de lo que me pareció en 1973. El asunto es que, desde entonces, he leído y escuchado muchos testimonios que indican que Allende cultivaba una imagen pública muy diferente a lo que era en realidad. Pero supongamos que la alocución es totalmente sincera. Allende habla de la posibilidad de morir, o bien a causa de los bombardeos, o acribillado por los militares una vez entrasen al Palacio. Si la alocución excluye la rendición, por la misma razón excluye el suicidio.
3. Ampuero parece darse cuenta de que los argumentos anteriores no son definitivos. Necesita devaluar el testimonio de los dos ex – agentes. Pero no tiene nada para atacarlos. Así que recurre a una tesis indirecta y oblicua. Dice : “Cabe plantearse quién escribe la historia definitiva. Pareciera que lo hacen los servicios secretos”. Y añade : “Sabemos que éstos la manipulan a su antojo”. Yo le digo a Ampuero que no hay historia definitiva. Siempre pueden aparecer nuevos documentos, nuevos testimonios, o una forma nueva de interpretar los datos existentes. En cuanto a los servicios secretos, es obvio que sus archivos son cruciales para la historia de las dictaduras. Pretender que se puede escribir la historia de la URSS o de la Cuba castrista sin la documentación de los servicios secretos es una insensatez. A propósito, ¿por qué necesitaba Allende que lo custodiasen los cubanos?.
Javier Bazán, notable blogger chileno, de Libertad Bajo Palabra, me informa de un artículo de Roberto Ampuero en el diario La Tercera (nota : registro gratuito ). El artículo comenta sobre el libro Cuba Nostra, de Ammar, y sobre otro de Mitrokhin, ex - archivista de la KGB.
Como quiera que yo publiqué un breve post sobre el libro de Ammar, voy a referirme sólo a este. Como recordarán, Ammar defiende que Allende fue asesinado por Patricio de la Guardia, porque había decidido rendirse. Para ello, se basa en el testimonio de dos ex – agentes de los servicios secretos cubanos.
Ampuero defiende la tesis de que Allende se suicidó, y que nunca estuvo nervioso o acobardado. Examinemos sus pruebas :
1. Las fotografías en que aparece con casco y metralleta. Aquí el asunto clave sería a qué hora fueron tomadas las fotos y a qué hora murió Allende. En situaciones límite como esta, es muy posible que alguien cambie de opinión y de conducta.
2. La alocución al país, en la que deja entrever su muerte. Yo he leído esa alocución momentos antes de redactar esta nota y me ha sonado un tanto hueca, muy al contrario de lo que me pareció en 1973. El asunto es que, desde entonces, he leído y escuchado muchos testimonios que indican que Allende cultivaba una imagen pública muy diferente a lo que era en realidad. Pero supongamos que la alocución es totalmente sincera. Allende habla de la posibilidad de morir, o bien a causa de los bombardeos, o acribillado por los militares una vez entrasen al Palacio. Si la alocución excluye la rendición, por la misma razón excluye el suicidio.
3. Ampuero parece darse cuenta de que los argumentos anteriores no son definitivos. Necesita devaluar el testimonio de los dos ex – agentes. Pero no tiene nada para atacarlos. Así que recurre a una tesis indirecta y oblicua. Dice : “Cabe plantearse quién escribe la historia definitiva. Pareciera que lo hacen los servicios secretos”. Y añade : “Sabemos que éstos la manipulan a su antojo”. Yo le digo a Ampuero que no hay historia definitiva. Siempre pueden aparecer nuevos documentos, nuevos testimonios, o una forma nueva de interpretar los datos existentes. En cuanto a los servicios secretos, es obvio que sus archivos son cruciales para la historia de las dictaduras. Pretender que se puede escribir la historia de la URSS o de la Cuba castrista sin la documentación de los servicios secretos es una insensatez. A propósito, ¿por qué necesitaba Allende que lo custodiasen los cubanos?.
