December 23, 2005
Positivismo, Neoliberalismo y Marxismo
Por Ricardo Soto, de la Fundación Libertad de Panamá
Vade retro Satanás, cómo es posible que compares al “neoliberalismo” con el marxismo?. Esto es una herejía, ¿no son polos antagónicos los que comparas?.
Mi respuesta es no, no lo son, de hecho ambas ideologías tienen un origen común en el positivismo humanista del siglo XIX. Ambas comparten una cosmovisión secularizada de la historia cristiana. El cristianismo presupone que la historia es una larga marcha de la humanidad hacia la salvación en un reino que no es de este mundo. Al final, pese a todos los reveses y tribulaciones, la humanidad se salvará al fin de la Historia.
El positivismo recoge la misma esperanza judeocristiana, pero al negar lo sobrenatural, coloca la salvación de la humanidad en este mundo y también anuncia, en un mundo sin escasez y conflictos el fin de la Historia. Y al matar a Dios, atribuyen al espíritu santo de la Historia una lógica propia, la historia se rige por el poder de la ciencia. El conocimiento creciente y las nuevas tecnologías cambiarán las sociedades humanas. El progreso científico y económico hará que los valores de las distintas sociedades humanas converjan superando las diferencias culturales y religiosas preexistentes. En su versión original era anticapitalista, el mercado era visto como anárquico e irracional.
Se creía que el avance de la ciencia haría innecesario el molesto individualismo liberal. Saint Simon, al igual que Marx y los positivistas neoliberales, creían que el incremento del conocimiento y la producción debilitarían a los Estados. El positivismo, al igual que el marxismo, no sólo quería revolucionar la sociedad sino crear de hecho una nueva religión mundana.
La iglesia positivista tuvo un éxito notorio en Latinoamérica en el siglo XIX, similar al de los marxistas en el siglo XX. El lema Ordem e Progreso de la bandera de Brasil surge de Comte. Comte quería desarrollar un física social, una sociología (de allí surge el término) que permitiera organizar racionalmente el progreso social. La metodología positivista de esta ciencia social era la de las matemáticas, nada era cognoscible si no era cuantificable.
El efecto de las ideas de Comte y luego de Mach sobre las nacientes “ciencias sociales” fue devastador. La religión y la metafísica y la moral pasaron a ser sin sentido. En el Derecho por ejemplo se llegó a concebir una teoría “pura del derecho” que limitaba el derecho al estudio de las normas jurídicas positivas, aislándolo del resto de la esfera de la actividad humana y negando la tradición judeocristiana y liberal del derecho natural.
La economía que en tiempos de Adam Smith e incluso de Marx estaba fuertemente ligada a la historia y a la filosofía moral, ya que las leyes del mercado no son más que destilaciones de la conducta humana, se convirtió en una disciplina fuertemente matematizada que aspiraba al rigor de la física. Esa es la economía que heredamos por un lado del estatista Keynes y del neoliberal Milton Friedman. Este último casó el positivismo lógico del Círculo de Viena con la economía de mercado, creando un positivismo liberal, innovación pues hasta entonces los positivistas eran antiliberales y los liberales como la escuela austriaca eran antipositivistas.
Marx tomó muchas ideas de los positivistas y las unió a la visión dialéctica de la Historia de Hegel. Entre esas malas ideas están la inevitabilidad científica del destino histórico, a su vez tomada de la religión judeo-cristiana, pero esta vez sin Dios. La idea de producción como único objetivo de la economía, su desprecio por la religión y la moral, las cuales ve como simples efectos del sistema de clases, su voluntad de ingeniería social a toda costa. El resultado fue una ideología ferozmente totalitaria que sin embargo comparte la ironía de compartir con los neoliberales la misma cosmovisión positivista de la historia.
La fe en la ciencia y la tecnología en general y las ciencias sociales en especial para transformar la sociedad. La creencia de que las ciencia sociales pueden ser tan precisas como las naturales, pese a que hasta ahora sólo han demostrado una incapacidad para realizar experimentación científica, para hacer predicciones exactas y estar cubiertas por una pesada carga ideológica antiliberal, herencia de Comte y Marx.
La creencia de que la historia, guiada por la lógica de la lucha de clases o por la lógica del mercado va a llevar a la humanidad hacia una salvación sin escasez ni conflictos que sería lógicamente el fin de la Historia. Habiendo visto el vínculo positivista entre marxistas y neoliberales, veremos en el futuro el todavía más sorprendente vínculo entre neoconservadores y trotskistas.
Por Ricardo Soto, de la Fundación Libertad de Panamá
Vade retro Satanás, cómo es posible que compares al “neoliberalismo” con el marxismo?. Esto es una herejía, ¿no son polos antagónicos los que comparas?.
Mi respuesta es no, no lo son, de hecho ambas ideologías tienen un origen común en el positivismo humanista del siglo XIX. Ambas comparten una cosmovisión secularizada de la historia cristiana. El cristianismo presupone que la historia es una larga marcha de la humanidad hacia la salvación en un reino que no es de este mundo. Al final, pese a todos los reveses y tribulaciones, la humanidad se salvará al fin de la Historia.
El positivismo recoge la misma esperanza judeocristiana, pero al negar lo sobrenatural, coloca la salvación de la humanidad en este mundo y también anuncia, en un mundo sin escasez y conflictos el fin de la Historia. Y al matar a Dios, atribuyen al espíritu santo de la Historia una lógica propia, la historia se rige por el poder de la ciencia. El conocimiento creciente y las nuevas tecnologías cambiarán las sociedades humanas. El progreso científico y económico hará que los valores de las distintas sociedades humanas converjan superando las diferencias culturales y religiosas preexistentes. En su versión original era anticapitalista, el mercado era visto como anárquico e irracional.
Se creía que el avance de la ciencia haría innecesario el molesto individualismo liberal. Saint Simon, al igual que Marx y los positivistas neoliberales, creían que el incremento del conocimiento y la producción debilitarían a los Estados. El positivismo, al igual que el marxismo, no sólo quería revolucionar la sociedad sino crear de hecho una nueva religión mundana.
La iglesia positivista tuvo un éxito notorio en Latinoamérica en el siglo XIX, similar al de los marxistas en el siglo XX. El lema Ordem e Progreso de la bandera de Brasil surge de Comte. Comte quería desarrollar un física social, una sociología (de allí surge el término) que permitiera organizar racionalmente el progreso social. La metodología positivista de esta ciencia social era la de las matemáticas, nada era cognoscible si no era cuantificable.
El efecto de las ideas de Comte y luego de Mach sobre las nacientes “ciencias sociales” fue devastador. La religión y la metafísica y la moral pasaron a ser sin sentido. En el Derecho por ejemplo se llegó a concebir una teoría “pura del derecho” que limitaba el derecho al estudio de las normas jurídicas positivas, aislándolo del resto de la esfera de la actividad humana y negando la tradición judeocristiana y liberal del derecho natural.
La economía que en tiempos de Adam Smith e incluso de Marx estaba fuertemente ligada a la historia y a la filosofía moral, ya que las leyes del mercado no son más que destilaciones de la conducta humana, se convirtió en una disciplina fuertemente matematizada que aspiraba al rigor de la física. Esa es la economía que heredamos por un lado del estatista Keynes y del neoliberal Milton Friedman. Este último casó el positivismo lógico del Círculo de Viena con la economía de mercado, creando un positivismo liberal, innovación pues hasta entonces los positivistas eran antiliberales y los liberales como la escuela austriaca eran antipositivistas.
Marx tomó muchas ideas de los positivistas y las unió a la visión dialéctica de la Historia de Hegel. Entre esas malas ideas están la inevitabilidad científica del destino histórico, a su vez tomada de la religión judeo-cristiana, pero esta vez sin Dios. La idea de producción como único objetivo de la economía, su desprecio por la religión y la moral, las cuales ve como simples efectos del sistema de clases, su voluntad de ingeniería social a toda costa. El resultado fue una ideología ferozmente totalitaria que sin embargo comparte la ironía de compartir con los neoliberales la misma cosmovisión positivista de la historia.
La fe en la ciencia y la tecnología en general y las ciencias sociales en especial para transformar la sociedad. La creencia de que las ciencia sociales pueden ser tan precisas como las naturales, pese a que hasta ahora sólo han demostrado una incapacidad para realizar experimentación científica, para hacer predicciones exactas y estar cubiertas por una pesada carga ideológica antiliberal, herencia de Comte y Marx.
La creencia de que la historia, guiada por la lógica de la lucha de clases o por la lógica del mercado va a llevar a la humanidad hacia una salvación sin escasez ni conflictos que sería lógicamente el fin de la Historia. Habiendo visto el vínculo positivista entre marxistas y neoliberales, veremos en el futuro el todavía más sorprendente vínculo entre neoconservadores y trotskistas.
Comments:
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A qué te refieres con Neoliberalismo? ¿Liberales que descuidan las libertades civiles, y dentro de la economía preconizan mucha intervención del Banco central?
marine.fran:
Gracias por el dato.No he leído nada de Rojas Marcos,pero sí lo he
escuchado en programas de TVE y An-
tena 3.Me ha impresionado como una
persona sencilla,conocedora,y dese-
osa de ayudar.Saludos.
Gracias por el dato.No he leído nada de Rojas Marcos,pero sí lo he
escuchado en programas de TVE y An-
tena 3.Me ha impresionado como una
persona sencilla,conocedora,y dese-
osa de ayudar.Saludos.
"Saint Simon, al igual que Marx y los positivistas neoliberales, creían que el incremento del conocimiento y la producción debilitarían a los Estados." ???????????????????????
Vaya tela. ¿Tú has leído siquiera un sólo libro de Marx?
Vaya tela. ¿Tú has leído siquiera un sólo libro de Marx?
Estás en desacuerdo con la tesis entrecomillada?Entonces lo correcto
es que presentes los argumentos por los que crees que es falsa.Decir "vaya tela" y poner 23 signos de interrogación no hablan mucho a tu favor.Son totalmente irrelevantes.
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es que presentes los argumentos por los que crees que es falsa.Decir "vaya tela" y poner 23 signos de interrogación no hablan mucho a tu favor.Son totalmente irrelevantes.
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