January 06, 2006
Los dos Modelos de Pensiones
Por Olmedo Miró, de la Fundación Libertad de Panamá
Existen dos modelos básicos sobre de dónde deben provenir los fondos que pagarán las pensiones de los jubilados actuales y de los futuros. Uno de esos modelos , el que actualmente se utiliza, es el mal llamado modelo solidario, mientras que el otro es el modelo de capitalización o individualista como le llaman algunos. En estos dos modelos, el primero busca colectivizar la responsabilidad por tus ingresos después del retiro y el otro busca hacer de la misma una responsabilidad individual de cada asegurado. Cada uno de ellos lleva un nombre que más bien parece un calificativo moral terriblemente tergiversante.
Yo, como animal social, considero que la solidaridad es algo positivo. Por lo menos un ideal al que todos nos debemos abocar. Sin embargo, un sistema que se llame solidario debe llevar dentro de sí la promoción de la voluntariedad, el unir esfuerzos colectivos para un bien común, libre de coerción y la utilización de la fuerza y el engaño de parte de terceras personas. De esta manera, sólo un sistema de pensiones basado en la responsabilidad individual puede garantizar la sincronización del bienestar individual con el bien colectivo. A continuación explico:
Algo que tiene que quedar totalmente claro acerca de cualquier sistema de jubilaciones, es que si la sociedad no genera el capital necesario para sostener a su población durante sus años improductivos o de retiro todo lo demás es pura palabrería.
El que actualmente se utiliza en Panamá técnicamente se llama sistema de reparto de capitales constitutivos. Aunque la descripción habla de capitales en plural, en realidad se refiere a un solo capital que son las generaciones en edad laboral a las cuales se les cobra un impuesto con el cual van a tener que sostener a las generaciones en retiro. Lo que se habla de los fondos de la CSS no es más que un pequeño colchón que se tiene para contrarrestar las subidas y bajadas en las recaudaciones. Al final todo se convierte en un problema demográfico en donde si las personas tienen pocos hijos y los jubilados duran más, entonces muchos menos trabajadores llevarán la carga de los jubilados. También es una vulgar transferencia de la capacidad de consumo presente y no un ahorro. En Panamá la cosa está llegando a ser de 5 trabajadores por cada jubilado, lo que está haciendo la carga imposible para los trabajadores.
Esto no pasa sólo en Panamá, casi todos los países donde prevalece este sistema están en el mismo predicamento que nosotros, desde Estados Unidos hasta Europa. O sea que, no se coman el cuento de que en Panamá los empresarios no pagan. El problema está en la palabra reparto y la razón es simple : yo no voy a ser el más tonto de tener muchos hijos para que me sostengan a mí y a mi vecino en nuestra vejez, con todos los gastos y sacrificios que ello implica, cuando es mucho mejor dejar que los hijos de mi vecino sean los que se encarguen. Y luego , como dice el dicho, quien parte reparte, qué grande es para nuestros líderes políticos disponer de los ingresos que aportan asalariados para las jubilaciones y distribuirlos a sus clientelas políticas. De allí los 100 planes diferentes que existieron en Chile como planteaba Francisco Ibero en un artículo anterior. Eso es poder, y ese enorme poder que los políticos tienen sobre nuestras vidas no lo van a soltar por nada. De allí que de solidario este sistema no tenga nada, es el sistema del más vivo.
El sistema alterno, es el sistema de capitalización individual. Este sistema tiene dos grandes virtudes :estimula el ahorro y la responsabilidad individual.
El ahorro es un elemento crítico. Sin el ahorro simplemente nuestra sociedad no podrá crear la productividad necesaria para garantizar nuestro estándar de vida y el de nuestros hijos. Y eso se logra sólo a través de la creación de capital producto del ahorro.
Aquí no hay tu tía, esto se hace o no se hace, de lo contrario nos empobrecemos todos. En el sistema actual, nadie es responsable. Aunque nuestros políticos se atribuyen la responsabilidad, todos sabemos que ninguno de ellos terminará su vejez viviendo en la calle si el sistema fracasa. Nosotros debemos ser responsables por nuestras jubilaciones y mientras más aportemos más recibiremos.
Para terminar, sólo que quede claro: el ahorro produce capitalización, la capitalización incrementa la productividad y la productividad incrementa los salarios y el empleo. Esto es verdadera solidaridad.
Por Olmedo Miró, de la Fundación Libertad de Panamá
Existen dos modelos básicos sobre de dónde deben provenir los fondos que pagarán las pensiones de los jubilados actuales y de los futuros. Uno de esos modelos , el que actualmente se utiliza, es el mal llamado modelo solidario, mientras que el otro es el modelo de capitalización o individualista como le llaman algunos. En estos dos modelos, el primero busca colectivizar la responsabilidad por tus ingresos después del retiro y el otro busca hacer de la misma una responsabilidad individual de cada asegurado. Cada uno de ellos lleva un nombre que más bien parece un calificativo moral terriblemente tergiversante.
Yo, como animal social, considero que la solidaridad es algo positivo. Por lo menos un ideal al que todos nos debemos abocar. Sin embargo, un sistema que se llame solidario debe llevar dentro de sí la promoción de la voluntariedad, el unir esfuerzos colectivos para un bien común, libre de coerción y la utilización de la fuerza y el engaño de parte de terceras personas. De esta manera, sólo un sistema de pensiones basado en la responsabilidad individual puede garantizar la sincronización del bienestar individual con el bien colectivo. A continuación explico:
Algo que tiene que quedar totalmente claro acerca de cualquier sistema de jubilaciones, es que si la sociedad no genera el capital necesario para sostener a su población durante sus años improductivos o de retiro todo lo demás es pura palabrería.
El que actualmente se utiliza en Panamá técnicamente se llama sistema de reparto de capitales constitutivos. Aunque la descripción habla de capitales en plural, en realidad se refiere a un solo capital que son las generaciones en edad laboral a las cuales se les cobra un impuesto con el cual van a tener que sostener a las generaciones en retiro. Lo que se habla de los fondos de la CSS no es más que un pequeño colchón que se tiene para contrarrestar las subidas y bajadas en las recaudaciones. Al final todo se convierte en un problema demográfico en donde si las personas tienen pocos hijos y los jubilados duran más, entonces muchos menos trabajadores llevarán la carga de los jubilados. También es una vulgar transferencia de la capacidad de consumo presente y no un ahorro. En Panamá la cosa está llegando a ser de 5 trabajadores por cada jubilado, lo que está haciendo la carga imposible para los trabajadores.
Esto no pasa sólo en Panamá, casi todos los países donde prevalece este sistema están en el mismo predicamento que nosotros, desde Estados Unidos hasta Europa. O sea que, no se coman el cuento de que en Panamá los empresarios no pagan. El problema está en la palabra reparto y la razón es simple : yo no voy a ser el más tonto de tener muchos hijos para que me sostengan a mí y a mi vecino en nuestra vejez, con todos los gastos y sacrificios que ello implica, cuando es mucho mejor dejar que los hijos de mi vecino sean los que se encarguen. Y luego , como dice el dicho, quien parte reparte, qué grande es para nuestros líderes políticos disponer de los ingresos que aportan asalariados para las jubilaciones y distribuirlos a sus clientelas políticas. De allí los 100 planes diferentes que existieron en Chile como planteaba Francisco Ibero en un artículo anterior. Eso es poder, y ese enorme poder que los políticos tienen sobre nuestras vidas no lo van a soltar por nada. De allí que de solidario este sistema no tenga nada, es el sistema del más vivo.
El sistema alterno, es el sistema de capitalización individual. Este sistema tiene dos grandes virtudes :estimula el ahorro y la responsabilidad individual.
El ahorro es un elemento crítico. Sin el ahorro simplemente nuestra sociedad no podrá crear la productividad necesaria para garantizar nuestro estándar de vida y el de nuestros hijos. Y eso se logra sólo a través de la creación de capital producto del ahorro.
Aquí no hay tu tía, esto se hace o no se hace, de lo contrario nos empobrecemos todos. En el sistema actual, nadie es responsable. Aunque nuestros políticos se atribuyen la responsabilidad, todos sabemos que ninguno de ellos terminará su vejez viviendo en la calle si el sistema fracasa. Nosotros debemos ser responsables por nuestras jubilaciones y mientras más aportemos más recibiremos.
Para terminar, sólo que quede claro: el ahorro produce capitalización, la capitalización incrementa la productividad y la productividad incrementa los salarios y el empleo. Esto es verdadera solidaridad.
