January 27, 2006

 
Neoconservadores, ex - Socialistas y Bush

Por Ricardo Soto, de la Fundación Libertad de Panamá

La némesis proclamada de los izquierdistas post caída del muro de Berlín son los llamados neoconservadores norteamericanos, muy influyentes en la administración Reagan, oponentes de Bush padre y Clinton, y dominantes en la administración de George Bush hijo. Los neoconservadores no son los viejos conservadores de antaño, descendientes de los Old Whigs de la Ilustración Angloamericana, creyentes en el gobierno limitado, en las restricciones a los gastos sociales y escépticos e inclusive aislacionistas en la política exterior. Los neoconservadores, a diferencia de los anteriores, vienen del viejo corporativismo demócrata o del socialismo, son extraordinariamente intervencionistas en política exterior, y aunque mantienen el discurso del gobierno limitado, en realidad no encuentran un gasto social que les incomode si este trae votos a su causa.

Muchos de los neoconservadores más importantes iniciaron su vida intelectual como socialdemócratas e inclusive como trotskistas, tal es el caso de Jean Kirkpatrick, Richard Perle y Paul Wolfowitz. Los neoconservadores se iniciaron como una crítica de izquierda, socialdemócrata o trotskista al comunismo soviético, hecho comprobable en la trayectoria de la revista Commentary, que en sus inicios era una revista de la nueva izquierda antisoviética y ahora es la principal revista neoconservadora, reflejo de la trayectoria seguida por Irving Kristol y Norman Podhoretz, sus editores. Los neoconservadores son una especie de “trotskismo sin marxismo” ya que heredaron del trotskismo su deseo de la revolución mundial permanente, su crítica de la burocracia y su desprecio a los valores de la clase decadente postburguesa esta vez en clave capitalista.

Los neoconservadores mantienen la idea hegeliana ( revitalizada por Fukuyama ) y marxista de que la democracia liberal es un fenómeno derivado del capitalismo, pero a diferencia de los marxistas clásicos ven en los emprendedores en lugar del proletariado, a los verdaderos héroes de la historia. La burocracia pasa a ser el enemigo de la humanidad y la causa de que los socialismos no hayan funcionado ni puedan funcionar en la realidad. Los valores hedonistas postburgueses simbolizados por los años sesenta atentan contra el espíritu emprendedor del capitalismo y por lo tanto son enemigos de la democracia a la cual corrompen desde adentro. La idea de una revolución democrática global funde al ideario del destino manifiesto estadounidense con los ideales wilsonianos y algo de trotskismo en un coctel explosivo. Para asegurar la democracia y su base económica capitalista en Estados Unidos es necesario asegurarla en el resto del mundo. No es posible construir la democracia en un solo país. Los neoconservadores por lo tanto son militantemente intervencionistas en política exterior hasta el punto de defender la acción unilateral y al mismo tiempo son más dispuestos a tolerar el estado del bienestar que los libertarios y los viejos conservadores adversan.

De hecho las diputas ideológicas con libertarios y con viejos conservadores son muy profundas. Para empezar los libertarios ( liberales clásicos ) niegan el determinismo histórico-económico de hegelianos y marxistas considerando como falsa la idea de que existan leyes de la historia. Además opinan los libertarios que la receta de intervencionismo en política exterior y estado de bienestar en lo interior es una receta para un gasto público incontrolable, que la libertad debe ser ejercida y no impuesta. Los viejos conservadores además destacan que no existe una filosofía política económica universal o un modelo aplicable a todas las sociedades y consideran que los neoconservadores son en realidad neo-jacobinos, tratando de reordenar el mundo en base a principios ahistóricos y supranacionales que deben suplantar las tradiciones de todas las sociedades, actuando como campeones de la virtud al igual que los jacobinos de la revolución francesa o de los bolcheviques, sólo que esta vez se trata de imponer el capitalismo y la democracia,

Liberales y viejos conservadores además objetan la visión positivista y ahistórica que estos grupos tienen del capitalismo.

Como liberal clásico o libertario los problemas de la concepción ideológica del neoconservadurismo son claros.

Su creencia en una política exterior agresiva e ideológica se va a topar con los mismos obstáculos con los cuales se topó Trotsky en Polonia y los países bálticos o Breznev en Afganistán. La gente no acepta la ideología comunista impuesta desde afuera, el nacionalismo se convierte en un enemigo. Lo mismo puede pasar con los intentos de Bush de exportar la democracia capitalista por la fuerza. Como dice la Fallaci, los pueblos deben estar culturalmente preparados para aceptar la democracia. O como dice Glucksmann, modernizar no es lo mismo que civilizar. Y los estadounidense no tienen, a diferencia de sus primos británicos, experiencia colonial en civilizar. Y civilización es lo que requiere la democracia capitalista para existir.

Comments:
Pero si se nutrieron del ideario Trotskista, que incluye ateísmo, como se entiende que estén tan apoyados por las sectas religiosas?
 
Algunos neocons fueron trotskistas.
Supongo que parte de ellos recupera
ron su fe religiosa y otros no.En
cualquier caso ninguno se manifies
ta como antireligioso.Así que las
sectas religiosas los pueden apoyar
porque coinciden en muchas cosas y
no plantean ninguna discrepancia en
asuntos fundamentales.
 
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