February 23, 2006

 
Galería de Despropósitos : Prohibidos los Precios Bajos

Generalmente, cuando los gobiernos meten sus narices para intentar manipular los precios, lo suelen hacer decretando precios máximos, por encima de los cuales está prohibido vender. El único caso de precio mínimo que yo conocía era el del salario mínimo.

Confieso que estaba equivocado. Leyendo este artículo de Walter Williams me entero que en Estados Unidos, por ejemplo, está prohibido vender leche por debajo de cierto precio. Quien lo haga, será multado o llevado a prisión. Parece ser que las asociaciones de productores de leche convencieron en su momento a los legisladores federales y estatales para conseguir que el Departamento de Agricultura estableciese leyes de precio mínimo para la leche.

Los productores justifican la medida con razones como :”Para preservar la industria de la leche”. “Para crear una competencia nivelada”. Y lo más sorprendente, ”Para proteger al consumidor”.

Según Williams, hay cientos de precios mínimos legislados, entre ellos los de la gasolina en ciertos estados. Nunca lo hubiera creído.

Comments:
Me recuerda la "Rebelión de Atlas" de Ayn Rand.
Gracias a los posteo del "El Mercurio de Santiago" hallé este comentario Alvaro Bardón:
"En el Chile socialista las ciudades estaban rodeadas por cinturones de miseria en los que sobrevivían millones en condiciones infrahumanas. Las tristemente célebres Poblaciones Callampa al lado de las cuales las fabelas de Río, los ranchos de Caracas o las villas miseria de Buenos Aires parecían palacetes. En las casas de los pocos afortunados que tenían un televisor (en blanco y negro, por supuesto) se reunían docenas de amigos para ver un partido de fútbol o simplemente maravillarse con la codiciada cajita mágica. Burócratas de alto rango habían decretado que los chilenos no debíamos ver televisión pero se vieron obligados a autorizar las transmisiones a raíz del campeonato mundial de fútbol Chile 62. Los funcionarios habían decretado que los chilenos podíamos consumir solamente dos tipos de leche. Una con tapa blanca y otra con tapa roja. La con tapa roja era más cara porque tenía un patacón de grasa en el cuello de la botella para cumplir con las regulaciones emitidas por el Ministerio de Salud. El Ministerio de Economía había decretado que sólo podía fabricarse dos tipos de pan; el “corriente” y el “especial”. El Ministerio de Agricultura determinaba cuanto vino podían producir los agricultores. La máxima aspiración de los chilenos de clase media de aquella época era adquirir una Citroneta, uno de los tres únicos vehículos cuyo ensamblaje estaba permitido. A aquel ridículo y espantoso armatoste con motor de moto podían acceder –debido a su precio- después de haber trabajado durante 35 o más años en alguna repartición pública con estatuto de privilegio y haber cobrado el desahucio. Los artículos importados eran inalcanzables para nueve de cada diez chilenos debido a los exorbitantes aranceles aduaneros. Existía además una interminable lista de artículos cuya importación estaba simplemente prohibida. Todo intento de innovación, creatividad o emprendimiento era inmediatamente sofocado por una avalancha de regulaciones, controles e intervenciones con la excusa de “la defensa del bien común”.

Espero que te guste
 
Ese comentario es a propósito de una columna de Alvaro Bardón, que hace un lector.
 
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