March 26, 2006

 
Bloc de Notas : Intelectuales, Por Paul Johnson (3)

4. Bertolt Brecht : Corazón de hielo

Brecht creó el drama de propaganda moderno y sofisticado. Supo explotar con brillo una de las nuevas instituciones culturales del siglo XX, el teatro en gran escala subsidiado por el Estado.

Todas sus ganancias editoriales y los derechos por sus producciones los recibió en moneda fuerte de Alemania Occidental, y a su debido tiempo los transfirió a la cuenta bancaria que había abierto en Suiza (Nota : Para quienes no están al tanto, Brecht era comunista y vivía en Alemania Oriental).

Para 1949 Brecht tenía exactamente lo que quería : un pasaporte austriaco, el respaldo del gobierno de Alemania Oriental, un editor en Alemania Occidental, y una cuenta bancaria en Suiza.

Brecht aceptó la lógica del servilismo, se inclinó ante los fuertes y tiranizó a los débiles. Respecto a las mujeres, hizo que todas sirvieran a sus fines. Weigel fue la más fuerte de las mujeres de Brecht pero también la más servil.

Brecht tenía un estilo sumamente original para presentar las cosas. Tenía talento para adaptar, parodiar, renovar, y actualizar los argumentos e ideas de otros. Es probable que ningún otro escritor ha logrado jamás tanta eminencia contribuyendo con tan poco que fuera propio.

Siempre, y a veces públicamente, apoyó las políticas de Stalin, incluso las artísticas. Fue el más firmemente leal de todos los escritores de que se había adueñado el Partido Comunista.

He intentado encontrar algo que decir a favor de Brecht, pero no hay nada. Es el único intelectual entre los que he estudiado que parece no tener ni un solo rasgo que le redima. No tuvo calidez en sus relaciones con la gente, ni tuvo amigos en el sentido habitual de la palabra.

5. Bertrand Russell : ¡Al Diablo con la Lógica!

Ningún intelectual aconsejó a la humanidad durante un periodo tan largo ( 1872-1970 ). Nadie tuvo jamás más confianza en el poder de la mente, aunque tendía a verla casi como una fuerza abstracta, incorpórea.

La mayor parte de su vida la pasó diciéndole al público qué debía pensar y hacer, y este evangelismo intelectual dominó por completo la segunda mitad de su vida.

Russell no sólo ignoraba cómo se comportaba la gente en realidad. Tampoco se conocía a sí mismo. En general, su posición era que los males del mundo pueden ser solucionados en gran medida a través de la lógica, la razón, y la moderación. Sin embargo, sus opiniones y acciones estaban expuestos a ser regidos por sus emociones tanto como por su razón. En momentos de crisis la lógica se la llevaba el viento.

Muchas de las afirmaciones de Russell, a partir de 1960, fueron no sólo fervientes, sino absurdas, y a veces formuladas sin pensarlas, cuando estaba indignado con quienes no compartían sus posiciones.

Cuando empezó su campaña contra la bomba H su antiamericanismo se volvió enteramente irracional y así permaneció hasta su muerte.

En teoría, favorecía el movimiento por la liberación de la mujer. En la práctica, estaba enraizado en el siglo XIX y tendía a ver a las mujeres como apéndices de los hombres.

La habilidad para tener lo mejor de los dos mundos, el mundo de la virtud progresista y el mundo del privilegio es un tema presente en la vida de muchos intelectuales notables, sobre todo en la de Russell.

Comments:
Francisco te recomiendo un ensayo un tanto viejo -y enhorabuena que lo sea- de Guy Sorman llamado "Los verdaderos pensadores del siglo XX" (Les vrais penseurs de notre temps). Allí entrevista a finales de los 80 a Popper, Rothbard, Hayek, Szasz, M. Friedman, Levi-Strauss, Chomsky, Octavio Paz, Lovelock, C. Sagan, I. Berlin, S. Gould y varios más. Es una lectura muy amena y desmitificadora (con Chomsky hablan de lo único que este sabe: de linguistica ;).
 
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