April 20, 2006
Lectura : Entrevista con el Maestro Thomas Sowell
No voy a presentar a nuestro personaje. Estoy seguro que todos mis lectores lo conocen de sobra. Lo que sí voy a hacer es recomendar esta entrevista, un género que, por otra parte, siempre me ha gustado. Veamos algunas de las cosas que nos dice :
· El pensamiento de los economistas clásicos no fue sólo una ruptura radical con figuras como Platón y Maquiavelo, sino también con el pensamiento dominante en su época. La noción de la economía de mercado como un sistema que se equilibra a sí mismo significaba un rol reducido para intelectuales y políticos. Todavía hoy muchos no han aceptado que su sabiduría superior pudiera ser superflua, e incluso dañina.
· Mi trabajo como profesor era enseñar economía, no enseñar lo que yo creía. Incluso si alguien tiene éxito en hacer propaganda con los estudiantes, esto no garantiza nada para su futuro. Yo sospecho que más de la mitad de los miembros de Hoover Institution fueron izquierdistas cuando andaban por los veinte años.
· Incluso si todo lo que uno enseña a los estudiantes fuera correcto, va a haber nuevos temas que van a surgir durante la vida de esos estudiantes. Por eso, si uno no les ha enseñado a valorar los diferentes argumentos, no les ha enseñado nada.
· Recuerdo que en “The New Industrial State”, Galbraith arguía que las grandes corporaciones eran inmunes a las fuerzas del mercado. Desde entonces, grandes corporaciones han desaparecido. Esto no ha afectado a la reputación de Galbraith. Otro caso similar es el de Paul Ehrlich. En mi libro “The Vision of the Anointed” hay un cápitulo titulado “The Irrelevance of Evidence”.
· A la izquierda le gusta considerar al grupo como una creación de la sociedad circundante. Pero esto no es cierto. En la era de la inmigración, había vecindarios en Lower East Side de Manhattan, donde llegaron a la vez judíos e italianos. Vivian al lado unos de otros. Sus hijos se sentaban en las mismas escuelas. Pero los resultados eran totalmente diferentes.
Hay más cosas de interés. Si se las pierden,no tengo la culpa.
No voy a presentar a nuestro personaje. Estoy seguro que todos mis lectores lo conocen de sobra. Lo que sí voy a hacer es recomendar esta entrevista, un género que, por otra parte, siempre me ha gustado. Veamos algunas de las cosas que nos dice :
· El pensamiento de los economistas clásicos no fue sólo una ruptura radical con figuras como Platón y Maquiavelo, sino también con el pensamiento dominante en su época. La noción de la economía de mercado como un sistema que se equilibra a sí mismo significaba un rol reducido para intelectuales y políticos. Todavía hoy muchos no han aceptado que su sabiduría superior pudiera ser superflua, e incluso dañina.
· Mi trabajo como profesor era enseñar economía, no enseñar lo que yo creía. Incluso si alguien tiene éxito en hacer propaganda con los estudiantes, esto no garantiza nada para su futuro. Yo sospecho que más de la mitad de los miembros de Hoover Institution fueron izquierdistas cuando andaban por los veinte años.
· Incluso si todo lo que uno enseña a los estudiantes fuera correcto, va a haber nuevos temas que van a surgir durante la vida de esos estudiantes. Por eso, si uno no les ha enseñado a valorar los diferentes argumentos, no les ha enseñado nada.
· Recuerdo que en “The New Industrial State”, Galbraith arguía que las grandes corporaciones eran inmunes a las fuerzas del mercado. Desde entonces, grandes corporaciones han desaparecido. Esto no ha afectado a la reputación de Galbraith. Otro caso similar es el de Paul Ehrlich. En mi libro “The Vision of the Anointed” hay un cápitulo titulado “The Irrelevance of Evidence”.
· A la izquierda le gusta considerar al grupo como una creación de la sociedad circundante. Pero esto no es cierto. En la era de la inmigración, había vecindarios en Lower East Side de Manhattan, donde llegaron a la vez judíos e italianos. Vivian al lado unos de otros. Sus hijos se sentaban en las mismas escuelas. Pero los resultados eran totalmente diferentes.
Hay más cosas de interés. Si se las pierden,no tengo la culpa.
