April 25, 2006
Noticia / Crítica : Generosidad con Dinero Ajeno
En Panamá, como supongo que sucede en otras partes, los jubilados tienen derecho a descuentos en ciertos bienes y servicios, derecho otorgado por una ley de hace 20 años. Los principales son : luz, agua, teléfono, espectáculos públicos, transporte terrestre, marítimo, y aéreo, hoteles, restaurantes, servicios médicos, servicios profesionales, y préstamos hipotecarios.
Era cuestión de tiempo que a algún diputado se le ocurriera la idea de ampliar la lista. El negocio es perfecto. El diputado queda como un tipo generoso y preocupado por el bienestar de los jubilados, mientras que el costo lo pagan otros.
Por lo que he leído, el diputado quiere añadir descuentos adicionales, entre ellos, al comprar artefactos de línea blanca, como refrigeradoras, lavadoras, cocinas, y demás.
Los argumentos que yo he escuchado para defender los privilegios para jubilados son dos. Primero, que las jubilaciones son muy bajas. Segundo, que los jubilados han trabajado por la sociedad, y hay que retribuirles.
Si las jubilaciones son bajas, entonces hay que subirlas. Por otro lado, los jubilados han trabajado por ellos, por su familia, y por las empresas que les dieron empleo. Estas últimas ya les retribuyeron su trabajo. Muy probablemente, quienes no les retribuyen nada, o muy poco, son sus hijos. Pues bien, estos son los que tienen la obligación, no la sociedad.
Pero supongamos que yo soy un bicho raro, y que la sociedad cree que debe proveer ciertos privilegios a sus jubilados. Entonces, que los pague la sociedad a través del presupuesto estatal. Por ejemplo, que se entregue a cada jubilado un cheque mensual de unos 50 dólares, para reemplazar los descuentos existentes. Me pregunto si los señores diputados estarían dispuestos a aprobar esta propuesta.
En Panamá, como supongo que sucede en otras partes, los jubilados tienen derecho a descuentos en ciertos bienes y servicios, derecho otorgado por una ley de hace 20 años. Los principales son : luz, agua, teléfono, espectáculos públicos, transporte terrestre, marítimo, y aéreo, hoteles, restaurantes, servicios médicos, servicios profesionales, y préstamos hipotecarios.
Era cuestión de tiempo que a algún diputado se le ocurriera la idea de ampliar la lista. El negocio es perfecto. El diputado queda como un tipo generoso y preocupado por el bienestar de los jubilados, mientras que el costo lo pagan otros.
Por lo que he leído, el diputado quiere añadir descuentos adicionales, entre ellos, al comprar artefactos de línea blanca, como refrigeradoras, lavadoras, cocinas, y demás.
Los argumentos que yo he escuchado para defender los privilegios para jubilados son dos. Primero, que las jubilaciones son muy bajas. Segundo, que los jubilados han trabajado por la sociedad, y hay que retribuirles.
Si las jubilaciones son bajas, entonces hay que subirlas. Por otro lado, los jubilados han trabajado por ellos, por su familia, y por las empresas que les dieron empleo. Estas últimas ya les retribuyeron su trabajo. Muy probablemente, quienes no les retribuyen nada, o muy poco, son sus hijos. Pues bien, estos son los que tienen la obligación, no la sociedad.
Pero supongamos que yo soy un bicho raro, y que la sociedad cree que debe proveer ciertos privilegios a sus jubilados. Entonces, que los pague la sociedad a través del presupuesto estatal. Por ejemplo, que se entregue a cada jubilado un cheque mensual de unos 50 dólares, para reemplazar los descuentos existentes. Me pregunto si los señores diputados estarían dispuestos a aprobar esta propuesta.
