May 17, 2006

 
Intellectual Morons : Herbert Marcuse

Marcuse (1898 – 1979) perteneció a la famosa Escuela de Frankfurt. En 1932 se asoció formalmente con el Instituto de Investigación Social, cuya denominación original era Instituto del Marxismo. Los nazis confiscaron los locales del Instituto, y sus miembros acabaron en Columbia University.

Los miembros principales del Instituto, Adorno, Horkheimer, Marcuse, y Habermas eran hijos de gente adinerada, que nunca tuvieron ninguna conexión con los trabajadores. Los comunistas tradicionales consideraron el marxismo del Instituto como herético. Sin embargo, muchos de los asociados pertenecieron al Partido Comunista y algunos fueron espías soviéticos.

Después de la segunda guerra mundial, la mayoría de los miembros regresaron a Alemania Occidental, pero Marcuse se quedó en Estados Unidos. En los años 50 enseñó en Harvard, Yale, y Columbia. En 1954 comenzó en Brandeis, donde permaneció once años. En 1965 fue contratado por la Universidad de California en San Diego. Para entonces ya era el gurú intelectual de la contraculrura.

El mensaje básico de su libro Eros y Civilización, de 1955, no estaba dirigido contra la explotación del trabajo, sino contra el trabajo mismo. Abajo el trabajo, viva el sexo. Marcuse coincidía con Freud en que la civilización es el resultado de la represión de los instintos animales incluido el deseo sexual. Pero discrepaba y no creía que la civilización era algo bueno.

El gran culpable era el capitalismo tecnológico, que forzaba a la gente a trabajar demasiado para obtener bienes que teóricamente iban a mejorar sus vidas pero que no lo lograban. La solución era trabajar lo menos posible y dedicarse al principio del placer. Marcuse proponía la “sexualidad polimorfa”, es decir, moverse de la supremacía genital hacia una erotización de la personalidad. Según él, el primer requisito de la libertad era la reducción del tiempo de trabajo al mínimo que no obstaculizara el desarrollo humano total.

Marcuse concedía que sus propuestas llevarían a un estándar de vida muy inferior al existente. Yo me pregunto si él estaba dispuesto a experimentar esa reducción en su propia vida.

El tema básico de El Hombre Unidimensional, de 1964, es que la realidad es falsa y la fantasía verdadera. El hombre unidimensional sólo puede conceptualizar el mundo tangible que lo rodea. El hombre de dos dimensiones puede ver también el mundo de la potencialidad.

Para Marcuse, el pensamiento crítico, e incluso la lógica, son los enemigos. Si un ideal no es lógico, argumentaba, el problema no estaba necesariamente en la idea, sino en la lógica. La lógica era una herramienta opresiva. Otro enemigo es el método científico, porque niega la realidad de la utopía.

Marcuse despreciaba la ciencia porque la consideraba responsable del dominio del hombre sobre la naturaleza, y mediante ésta, del dominio del hombre sobre el hombre.

Marcuse nunca explicó cómo remplazar la lógica, la razón, la objetividad, la experiencia, y los otros métodos de alcanzar la verdad que él denunció. Años más tarde todavía se quejaba de que le exigieran que estableciera una “alternativa concreta”.

Otro tema importante de Marcuse es su doctrina de la “tolerancia liberadora”, que significa “intolerancia contra los movimientos de la derecha, y tolerancia de los de la izquierda”. Marcuse recomendaba eliminar los derechos de expresión y reunión de los grupos y movimientos que promoviesen políticas agresivas, armamento, chauvinismo, discriminación por raza o religión, o que se opusiesen a la extensión y crecimiento de los servicios públicos. Además, la restricción de enseñanza en aquellas instituciones que defendiesen los valores y estructuras que Marcuse desaprobaba.

Tolerar lo que le gusta a uno, y censurar lo que no, tenía un nombre antes de Marcuse. Se llamaba intolerancia. Desde luego, las actuales universidades, al menos en Estados Unidos, son en este aspecto totalmente marcusianas.

Marcuse reversó el significado de libertad y democracia. Las sociedades occidentales eran estados autoritarios. Sin embargo Vietnam, Cuba, y China eran ejemplos de libertad. En este sentido, afirmó que la gente debe ser forzada a ser libre. Según él, la democracia es buena si facilita la llegada del socialismo, y mala en caso contrario.

El mayor impedimento para lograr la utopía de Marcuse no eran los dictadores o los aristócratas, sino la misma gente, que sufría de “falsa conciencia” y no era capaz de reconocer lo que era bueno para ella.

Según Marcuse, el educador debe enseñar qué pensar, y no cómo pensar. El método científico, la lógica, el razonamiento, y el debate no son otra cosa que instrumentos burgueses.

Marcuse ayudó a salvar al marxismo divorciándolo de su exclusiva acepción económica, y aplicando sus principios a otras categorías de “víctimas”, como homosexuales, mujeres, negros, e inmigrantes. Por otro lado, contribuyó a legitimizar el estudio universitario de temas que tienen poco que ver con la mente y mucho con el instinto sexual. Finalmente, creó las teorías de la separación de palabras y significados para dar connotaciones positivas a prácticas negativas.

En la universidad actual “diversidad” significa pensar todos lo mismo. Las mujeres que imitan a los hombres son “feministas”. “Tolerancia” es decir lo que las reglas del campus permiten. “Multiculturalismo” significa respetar todas las culturas menos la propia. “Igualdad” es tratar a la gente diferentemente según raza y género.

( Intellectual Morons, por Daniel J. Flynn, pág. 13 – 32 )

Comments:
Bueno. Leí a Marcuse. Sin embargo, Carlos Rodríguez Braun me abrió los ojos sobre Marcuse.
 
Hola:

Planteamos la necesidad de construir una sociedad diferente a la sociedad capitalista , y para ello es necesario criticar el carácter alienante que posee, y señalar que en este tipo de sociedad las personas quedamos reducidas a un dimensión única: la del simple confort material y el interés económico, lo que permite ejercer sobre nosotros un poder que suprime cualquier posibilidad de libertad y contribuye a formar una gran masa de personas falsamente ‘satisfechas’, sin desarrollar un pensamiento propio, estando sujetos al control de la economía sin alcanzar un protagonismo político.

En esta sociedad capitalista en la que vivimos, todo se desencadena a través del principio de placer – motor de la existencia -, transformándose en el instinto de muerte ‘Thanatos’, que se canaliza hacia el dominio de la naturaleza y hacia el dominio de los otros seres humanos. En nuestro tiempo se da un tipo de sociedad alienada que centra su actividad en el dominio tecnológico.

La sociedad tecnológica es la sociedad de la abundancia, que anula al individuo, es una sociedad represiva, que se limita a ‘dominar’ a la naturaleza y a otros hombres, con un carácter práctico, sin juzgar las situaciones humanas.

Vivimos en una sociedad uniforme, radicalmente insatisfecha, dominada por la euforia consumista y el bienestar. La propia estructura represiva de la sociedad, lleva a la deshumanización hasta el extremo de que las personas somos inconscientes sobre este estado de alienación y falta de libertad. Se hace necesario emplear la razón para rechazar la sociedad actual, que sólo puede desembocar en la Catástrofe, y que tiene inscritos los rasgos de su propia destrucción.

saludos
 
Post a Comment

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?