May 28, 2006
Reflexiones : Los Muertos que Vos Matais...
Ya estaban bien muertos. Viene esto a cuento porque Stiglitz acaba de extender el certificado de defunción para el “neoliberalismo” en América Latina, celebrando adicionalmente el aumento del peso del Estado.
Pero ¿qué era el famoso “neoliberalismo”?. En mi opinión un 80-20. Es decir, un 80% de estatismo y mercantilismo, y un 20% de liberalismo. Y todavía sospecho que muchos discutirán la cifra del 20% porque les parecerá muy alta. De hecho, los resultados positivos que se lograron se debieron a este pequeño componente.
Por todo lo anterior, yo no acepto el término “neoliberalismo”, porque está diseñado expresamente para enmascarar la realidad. La pregunta correcta es : ¿Fueron las reformas de los 90 liberales?. No tengo la menor duda de que la respuesta es un rotundo NO. Veamos :
1. En ninguna parte, excepto en Chile, los arquitectos de las reformas eran liberales que creían en el liberalismo. Eran estatistas que tenían graves problemas de finanzas públicas, y que reformaron algunas cosas, pero dejando intacta la base estatista-mercantilista existente.
2. Curiosamente, todo el mundo deja por fuera el caso de Chile, que es el único que aplicó consistentemente políticas liberales, y que ha logrado excelentes resultados. Y eso a pesar de que los gobiernos de la Concertación han ido aguando poco a poco algunas de las políticas. No me extrañaría que, si siguen gobernando, acaben neutralizando todo el sistema. En cualquier caso, en términos lógicos y prácticos, mientras Stiglitz no me demuestre que Chile ha fracasado, no me apearé de mi burro liberal.
3. Es cierto que se redujeron aranceles. Pero en este punto se dieron prácticas equivocadas. En unos casos, porque se establecieron diferentes aranceles para diferentes tipos de productos, con lo que el Estado siguió decidiendo sobre el reparto de privilegios. En otros casos, como el Mercosur, se redujeron entre los miembros pero se practicó el proteccionismo con el resto del mundo. Finalmente, en otros, como Panamá, se han utilizado constantemente medidas no-arancelarias para impedir la importación y favorecer a ciertos lobbies.
4. Las privatizaciones se realizaron por razones equivocadas y en forma equivocada. El objetivo era recaudar la mayor cantidad de dinero posible. Nadie se propuso como meta crear mercados dominados por la competencia. Para obtener el máximo de fondos se establecieron situaciones de monopolio. Lógicamente, las empresas tenían que aumentar tarifas para recuperar la inversión antes de que a alguien se le ocurriera reestatizar. Por otro lado, no se dio oportunidad a los ciudadanos para comprar acciones de las empresas privatizadas. Algunos países, como Panamá, crearon fondos especiales con los ingresos por las empresas privatizadas, pero otros, como Argentina, se lo gastaron rápidamente.
5. El gasto público siguió su marcha ascendente, y lo mismo la deuda estatal. Por ejemplo, hace unos años se estableció en Panamá que el déficit público no podría exceder el 2% del PIB. Total, que no se cumplió, y luego se eliminó la ley.
6. En ningún país se hizo un trabajo serio en la reforma del sistema legal. Los derechos de propiedad siguen siendo débiles, y los tribunales siguen encadenados al poder ejecutivo. Y ya sabemos que sin un sistema legal que funcione correctamente no hay nada que hacer.
Podría seguir tocando otros temas, pero no quiero hacer interminables estas reflexiones. Por cierto, ¿cuándo certificará Stiglitz el fracaso del “neosocialismo” venezolano?. Just asking.
Ya estaban bien muertos. Viene esto a cuento porque Stiglitz acaba de extender el certificado de defunción para el “neoliberalismo” en América Latina, celebrando adicionalmente el aumento del peso del Estado.
Pero ¿qué era el famoso “neoliberalismo”?. En mi opinión un 80-20. Es decir, un 80% de estatismo y mercantilismo, y un 20% de liberalismo. Y todavía sospecho que muchos discutirán la cifra del 20% porque les parecerá muy alta. De hecho, los resultados positivos que se lograron se debieron a este pequeño componente.
Por todo lo anterior, yo no acepto el término “neoliberalismo”, porque está diseñado expresamente para enmascarar la realidad. La pregunta correcta es : ¿Fueron las reformas de los 90 liberales?. No tengo la menor duda de que la respuesta es un rotundo NO. Veamos :
1. En ninguna parte, excepto en Chile, los arquitectos de las reformas eran liberales que creían en el liberalismo. Eran estatistas que tenían graves problemas de finanzas públicas, y que reformaron algunas cosas, pero dejando intacta la base estatista-mercantilista existente.
2. Curiosamente, todo el mundo deja por fuera el caso de Chile, que es el único que aplicó consistentemente políticas liberales, y que ha logrado excelentes resultados. Y eso a pesar de que los gobiernos de la Concertación han ido aguando poco a poco algunas de las políticas. No me extrañaría que, si siguen gobernando, acaben neutralizando todo el sistema. En cualquier caso, en términos lógicos y prácticos, mientras Stiglitz no me demuestre que Chile ha fracasado, no me apearé de mi burro liberal.
3. Es cierto que se redujeron aranceles. Pero en este punto se dieron prácticas equivocadas. En unos casos, porque se establecieron diferentes aranceles para diferentes tipos de productos, con lo que el Estado siguió decidiendo sobre el reparto de privilegios. En otros casos, como el Mercosur, se redujeron entre los miembros pero se practicó el proteccionismo con el resto del mundo. Finalmente, en otros, como Panamá, se han utilizado constantemente medidas no-arancelarias para impedir la importación y favorecer a ciertos lobbies.
4. Las privatizaciones se realizaron por razones equivocadas y en forma equivocada. El objetivo era recaudar la mayor cantidad de dinero posible. Nadie se propuso como meta crear mercados dominados por la competencia. Para obtener el máximo de fondos se establecieron situaciones de monopolio. Lógicamente, las empresas tenían que aumentar tarifas para recuperar la inversión antes de que a alguien se le ocurriera reestatizar. Por otro lado, no se dio oportunidad a los ciudadanos para comprar acciones de las empresas privatizadas. Algunos países, como Panamá, crearon fondos especiales con los ingresos por las empresas privatizadas, pero otros, como Argentina, se lo gastaron rápidamente.
5. El gasto público siguió su marcha ascendente, y lo mismo la deuda estatal. Por ejemplo, hace unos años se estableció en Panamá que el déficit público no podría exceder el 2% del PIB. Total, que no se cumplió, y luego se eliminó la ley.
6. En ningún país se hizo un trabajo serio en la reforma del sistema legal. Los derechos de propiedad siguen siendo débiles, y los tribunales siguen encadenados al poder ejecutivo. Y ya sabemos que sin un sistema legal que funcione correctamente no hay nada que hacer.
Podría seguir tocando otros temas, pero no quiero hacer interminables estas reflexiones. Por cierto, ¿cuándo certificará Stiglitz el fracaso del “neosocialismo” venezolano?. Just asking.