August 20, 2006

 
Bloc de Notas : La Pirámide de Peter, Por Laurence J. Peter (1)

En mis estudios sobre las pirámides he percibido siempre un principio activo constante:

1. Procesos que comienzan siendo sencillos y eficaces, terminan convirtiéndose en grandes e ineficaces.

2. Planes que comienzan claros y comprensibles terminan intrincados y oscuros.

3. Proyectos que comienzan a escala humana terminan convertidos en burocracias impersonales, corruptas, e ineptas.

Para ayudar a simplificar y definir esta tendencia organizativa, la he formulado como el principio de la pirámide de Peter : “Los sistemas nacen pequeños y crecen hasta ocupar nuestro tiempo y espacio.”

La Enciclopedia Británica describe la burocracia como “Cuerpo profesional de funcionarios organizados en una jerarquía piramidal que funciona conforme a reglas y procedimientos impersonales y uniformes”.

A medida que la pirámide burocrática crece, la función del burócrata se va haciendo cada vez más difícil de explicar al extraño. Aún cuando el burócrata disponga de un título que sugiera alguna clase de acción concreta, puede, en realidad, dedicarse fundamentalmente a cumplir o hacer cumplir reglas, controlar trámites, revolver papeles, y adoptar acciones evasivas y defensivas.

Dado que el principio número uno de la burocracia es la supervivencia del sistema, se concede suma importancia al cuidado del individuo en evitar todo lo que pueda constituir un obstáculo para la organización. La permanencia en su puesto, sus ascensos, aumentos de sueldos y sentimiento de integración, todo depende de su cautela. Y la independencia, la decisión, o casi cualquier acción precipitada pone eso en peligro.

Es así como surgen los verdaderos burócratas. Estos individuos encajan perfectamente en la estructura. Se someten a la autoridad, y se muestran obsequiosamente obedientes con sus superiores, al tiempo que se comportan de modo autoritario y exigente con los inferiores y con el público.

Como especie, los burócratas no son personalmente menos competentes que otros grupos. Muchos son inteligentes y altamente calificados.

Los burócratas son gente muy ocupada. Asisten a reuniones, escriben informes, proponen presupuestos, organizan y reorganizan departamentos y hacen muchas de las otras cosas que hacen los administradores de empresas florecientes, pero las hacen con una finalidad diferente.

Para el burócrata, el lenguaje es un medio fundamental de proteger a la burocracia y a sí mismo. El lenguaje defensivo burocrático se inspira profundamente en la jerga de los abogados.

( Plaza &Janés, Barcelona, 1986 )

Comments:
Una de las tantas cosas que inciden en que las organizaciones públicas sean tan burocráticas, es algo que señalas y es la negativa de los funcionarios de rango menor y medio a tomar decisiones sin antes contar con el visto bueno del jefe.

Y estoy hablando de decisiones simples, mecánicas, que se necesitan para el día a día del trabajo.

He llegado a la conclusión siguiente: en una organización privada que funciona, cada empleado sabe lo que tiene que hacer y se mide su desempeño con base en resultados y no por el cómo llega a esos resultados. Por supuesto, esto es una simplificación, pues hay tareas que requieren ser hechas de una forma determinada, pero en general es como digo.

En cambio, en el sector público el criterio que se impone siempre no es uno técnico, sino político. Para todo hay una decisión que nada tiene que ver con lo que supuestamente debe hacer la organización, sino con la viabilidad política, o el interés político del jefe.

Siendo eso así, ningún funcionario encargado de algún paso o etapa de un proceso institucional, sabe de antemano lo que tiene que hacer en un caso concreto, porque aunque sabe lo que en teoría tiene que hacer, sabe también que siempre es posible que el jefe le dé otra orden distinta para ese caso concreto. Así, en algún caso el jefe le dirá "congela eso hasta segunda orden", o "sáltate el paso X en el caso de la solicitud del Sr. Pérez, porque él es del Partido", y cosas por el estilo.

Y esto es en cada eslabón de la cadena de mando. Nadie hace absolutamente nada si no tiene el visto bueno del jefe inmediato, y éste a su vez no da el visto bueno hasta que tenga el de su propio jefe, y así nos vamos.

Puede uno hacer todos los rediseños de procesos en instituciones públicas que quiera. Esta realidad continuará siendo así, porque la razón misma de ser de las organizaciones públicas es la de su propio crecimiento y perpetuación.

Lamentable, pero cierto.
 
Lo que dices es especialmente cierto en Panamá.Así que aquí tendríamos una especie de pirámide sobre pirámide,o pirámide al cuadrado.Lástima que ya no vive el Dr.Peter,porque disfrutaría bastante observando a nuestros burócratas.
 
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