September 17, 2006
Bloc de Notas : Tiempos Modernos , Por Paul Johnson (3)
· Aunque Gran Bretaña fue nominalmente un país regido por el laissez-faire hasta 1914, los teóricos británicos de la economía no se sentían complacidos con el ciclo comercial y creían que era posible regularlo mediante esfuerzos conscientes y combinados que permitieran estabilizar los precios. No debe creerse que Keynes cayó de un límpido cielo no-intervencionista. En realidad Keynes no era más que un “avance” marginal comparado con los videntes británicos ortodoxos.
· Las declinaciones comerciales cumplen funciones esenciales. Tienen que ser drásticas pero no es necesario que sean prolongadas, porque llevan en si mismas su propio correctivo. Todo lo que exigen de los gobiernos, la comunidad empresarial, y el público es paciencia. La crisis de 1920 se resolvió en el lapso de un año. No había motivos que justificaran una duración mayor en la crisis de 1929, pues la economía norteamericana era esencialmente sana, como lo había señalado el propio Coolidge.
· El intervencionismo de Hoover-Roosevelt fue una práctica continua. ¿Resultó eficaz?. Los historiadores favorables a Roosevelt afirman que los elementos adicionales del New Deal determinaron la recuperación. Los favorables a Hoover sostienen que las leyes de Roosevelt retrasaron lo que la gestión de Hoover ya estaba aportando. Juzgando el tema desde la perspectiva de 1980 parece probable que los dos hayan estorbado una recuperación natural promovida por la deflación. En todo caso el proceso fue lento y débil.
· Trotsky, que después de su caída se presentó como un creyente en la democracia interna, y que fue exaltado por su partidario y hagiógrafo Isaac Deutscher como el epítome de todo lo que era más noble en el movimiento bolchevique, nunca fue más que un pistolero político culto. Ejecutó el putsch inicial de 1917 y después masacró con la mayor desaprensión a los enemigos del régimen.
· Hammarskjold formuló lo que llegó a convertirse en una doble norma característica de las Naciones Unidas, a saber : que mientras el asesinato de africanos por blancos era un tema de interés internacional y una amenaza para la paz, el asesinato de africanos por africanos, o de blancos por africanos, o de asiáticos por africanos, era un asunto meramente interno, que escapaba al dominio de la ONU.
· Los Guardias Rojos tenían mucho en común con las camisas pardas de Roehm, y el movimiento entero con la campaña de Hitler contra la “civilización cosmopolita”. Fue la mayor caza de brujas de la historia, al extremo de que las purgas organizadas por Zhdanov en la Rusia de postguerra parecen casi triviales. De todos modos, resulta significativo que esta gran oleada de vandalismo atrajese a cierto tipo de académico radical, que habría de convertirse en una figura lamentablemente conocida en Europa y Estados Unidos en los años siguientes.
( Editorial Javier Vergara, 1983 )
· Aunque Gran Bretaña fue nominalmente un país regido por el laissez-faire hasta 1914, los teóricos británicos de la economía no se sentían complacidos con el ciclo comercial y creían que era posible regularlo mediante esfuerzos conscientes y combinados que permitieran estabilizar los precios. No debe creerse que Keynes cayó de un límpido cielo no-intervencionista. En realidad Keynes no era más que un “avance” marginal comparado con los videntes británicos ortodoxos.
· Las declinaciones comerciales cumplen funciones esenciales. Tienen que ser drásticas pero no es necesario que sean prolongadas, porque llevan en si mismas su propio correctivo. Todo lo que exigen de los gobiernos, la comunidad empresarial, y el público es paciencia. La crisis de 1920 se resolvió en el lapso de un año. No había motivos que justificaran una duración mayor en la crisis de 1929, pues la economía norteamericana era esencialmente sana, como lo había señalado el propio Coolidge.
· El intervencionismo de Hoover-Roosevelt fue una práctica continua. ¿Resultó eficaz?. Los historiadores favorables a Roosevelt afirman que los elementos adicionales del New Deal determinaron la recuperación. Los favorables a Hoover sostienen que las leyes de Roosevelt retrasaron lo que la gestión de Hoover ya estaba aportando. Juzgando el tema desde la perspectiva de 1980 parece probable que los dos hayan estorbado una recuperación natural promovida por la deflación. En todo caso el proceso fue lento y débil.
· Trotsky, que después de su caída se presentó como un creyente en la democracia interna, y que fue exaltado por su partidario y hagiógrafo Isaac Deutscher como el epítome de todo lo que era más noble en el movimiento bolchevique, nunca fue más que un pistolero político culto. Ejecutó el putsch inicial de 1917 y después masacró con la mayor desaprensión a los enemigos del régimen.
· Hammarskjold formuló lo que llegó a convertirse en una doble norma característica de las Naciones Unidas, a saber : que mientras el asesinato de africanos por blancos era un tema de interés internacional y una amenaza para la paz, el asesinato de africanos por africanos, o de blancos por africanos, o de asiáticos por africanos, era un asunto meramente interno, que escapaba al dominio de la ONU.
· Los Guardias Rojos tenían mucho en común con las camisas pardas de Roehm, y el movimiento entero con la campaña de Hitler contra la “civilización cosmopolita”. Fue la mayor caza de brujas de la historia, al extremo de que las purgas organizadas por Zhdanov en la Rusia de postguerra parecen casi triviales. De todos modos, resulta significativo que esta gran oleada de vandalismo atrajese a cierto tipo de académico radical, que habría de convertirse en una figura lamentablemente conocida en Europa y Estados Unidos en los años siguientes.
( Editorial Javier Vergara, 1983 )
Comments:
<< Home
Cuando no sabía poco o nada de la izquierda, quise después de la caída de la URSS interiorizarme sobre ella. Por eso, fuí a un librería de libros usados y compre libros de Lenin, Trosky, Rosa de Luxemburgo y los socialdemócratas alemanes. Como dicen los historiadores, me fui a las fuentes.
Naturalmente, Lenin y Trosky la izquierda los colocaba como intelectuales. Bueno leí la autobiografía de Trosky en castellano,que en la edición Pinguin inglesa lo consideran un clásico del siglo XX y la "Historia de la Revolución Rusa", que una editorial de la UP la publicó durante ese período. Por la autobiografía supe la NEP no fue una idea de Lenin como dice la historia oficial, sino de Trosky. En la misma autobiografía dice Trosky que a Lenin en su exilió en Londres, le gustaba intimidar o asustar a sus interlocutores.
Ambos, como dice Martín Amis no se diferencia de Stalin, como le gusta colocarlo la izquierda.
Naturalmente, Lenin y Trosky la izquierda los colocaba como intelectuales. Bueno leí la autobiografía de Trosky en castellano,que en la edición Pinguin inglesa lo consideran un clásico del siglo XX y la "Historia de la Revolución Rusa", que una editorial de la UP la publicó durante ese período. Por la autobiografía supe la NEP no fue una idea de Lenin como dice la historia oficial, sino de Trosky. En la misma autobiografía dice Trosky que a Lenin en su exilió en Londres, le gustaba intimidar o asustar a sus interlocutores.
Ambos, como dice Martín Amis no se diferencia de Stalin, como le gusta colocarlo la izquierda.
Javier:Poco tengo que añadir.Esencialmente los tres eran muy similares y hubieran obtenido resultados muy parecidos como gobernantes.Probablemente Stalin era el peor de los tres,lo que prueba una vez más que las revoluciones tienden a acabar en manos de los peores.Creo que Lenin no hubiera eliminado a tantos miembros del Partido,porque su autoridad y liderazgo era más reconocido que el de Stalin,pero en caso necesario lo hubiera hecho.Después de todo,era un revolucionario profesional.
Post a Comment
<< Home