September 08, 2006

 
El Significado de Hernando de Soto

Por: Olmedo Miró, de la Fundación Libertad de Panamá

Hace un tiempo, nuestro país tuvo el honor de recibir a uno de los más grandes pensadores latinoamericanos de la actualidad, Hernando de Soto. Así, como a cualquier visitante distinguido, se le rindieron honores aquí y allá y hasta se dijo que iba a colaborar como "asesor" del Gobierno. Si todo el mundo habló de su fama y popularidad, sin embargo es bueno detenerse y pensar ¿cuál es el verdadero significado del aporte de Hernando de Soto al mundo?

Yo, personalmente, respondo esta pregunta tan simple como categórica:
Hernando de Soto es el descubridor de los pobres en Latinoamérica.

Pero, ¿cómo? ...supongo que ya exclaman. "¿Acaso los políticos, intelectuales y la izquierda en general del continente no hablan y hablan, sin terminar, desde la época del monseñor De las Casas, acerca del calvario del "pobre" en Latinoamérica? Bueno, sí, pero en realidad todos esos grupos se referían a otro tipo de pobres, unos pobres producto de una ficción platónica, mítica, producto más de una idealización que de una realidad. ¿Acaso el mito del "noble salvaje" no se originó en la conquista para ser tomado por Rosseau que lo popularizó?

Hernando de Soto descubrió a los pobres reales de Latinoamérica, no a los pobres míticos de los políticos e intelectuales de izquierda, sino pobres como aquellos que nos venden empanadas a la salida de la oficina, los que están vendiendo raspados en las esquinas, los buhoneros, los campesinos que solo producen para sobrevivir, los precaristas de la invasiones, las campesinas, etc. En pocas palabras, los pobres de verdad.

Pero de Soto no se detuvo allí, luego fue y descubrió que los pobres actuaban, que tenían una "economía", y no pequeña por cierto. Esto está muy lejos del languideciente "pobre" o "humilde" de la izquierda, aquél quien virginalmente espera la justicia divina (en los tiempos coloniales) o, en una visión más secular, la "justicia" sumaria de un argentino pedante que se creyó Cristo o la justicia burocrática de una ONG.

No, los pobres de Hernando de Soto trabajan, contratan, emprenden, negocian, comercian como cualquier empresario. Me imagino qué sorpresa se habrán llevado los investigadores del señor de Soto al descubrir que en cualquier cuadra de un barrio marginal de Lima habitan más empresarios que en cualquier reunión de la cámara de comercio. Definitivamente no entran dentro del estereotipo de un empresario en Latinoamérica (rubio, siempre ensacado y andando en BMW), pero igual o más empresarios son que cualquiera de esos estereotipos.

Ah, tampoco son los "obreros" explotados de que hablan los intelectuales marxistas, ya que difícilmente va a haber obreros en una región que nunca siquiera ha comenzado una industrialización y donde la informalidad está a la orden del día. El mundo de Marx, la Inglaterra del siglo XIX en rápido proceso de industrialización, nunca comenzó en Latinoamérica.

Los pobres de de Soto son aquellos de las grandes masas latinoamericanas que han sido informalizados, excluidos del sistema. Un sistema kafkiano de regulaciones, leyes, e impuestos diseñado para sostener el statu quo; el de los políticos y sus clientelas (empleados públicos, académicos, empresarios oligarcas) siempre arriba y de las masas votantes siempre sumisas.

Hoy en día, en que los políticos compiten por presentarse como "el más preocupado por los que "menos tienen" o, por su "sensibilidad social" o cualquier otra frase que esté de moda, que sepan ellos que los pobres no son mucho más diferentes de lo que somos nosotros y que como nosotros, solo necesitan la oportunidad para ser relevantes en sus propias vidas y no la asistencia de un "piadoso" profesional o político "sensible" que lo único que busca es una clientela para aumentar su poder.

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