December 22, 2006

 
El ‘dejá vú' de la refinación petrolera

Por Roberto Brenes, Presidente de la Fundación Libertad de Panamá

Con insistencia el Ejecutivo promueve la tesis de que Panamá necesita una nueva refinería de petróleo. Si de veras fuese una buena idea ya estarían muchos proponentes serios tras del proyecto. Si es un proyecto que el Ejecutivo quiere promover a toda costa, sería saludable que reexamináramos la triste historia de la antigua refinería y lo que acabó costándole a los consumidores panameños.

Hace poco el Wall Street Journal reportó que el presidente de Panamá ha pedido asistencia al presidente de México para estudiar establecer una refinería en Panamá. La petición de Torrijos ya produce cierta aprensión porque el gobierno parece haber pasado de promotor de una idea a iniciador de un proyecto enorme y costoso y donde inversionistas idóneos como las petroleras y los fondos de inversión no han mostrado interés alguno.

Partamos por convenir que todo gobierno debe crear un entorno favorable a inversiones que mejoren la eficiencia del país. Este mandato incluye la promoción de proyectos energéticos, especialmente ahora. Sin embargo, esta promoción debe siempre estar enmarcada en dos principios: que los proyectos se lleven sin privilegios y que no exista coerción a los consumidores para favorecer el consumo de esas fuentes alterativas de energía.

Si, por ejemplo, los proyectos para la fabricación de alcohol carburante requieren de subsidios del Estado y/o requieren de altos aranceles o impuestos a las otras fuentes de energía o que se limite la entrada de nuevos competidores, lo único que estamos haciendo es darles a unos quitándole a la fuerza a otros. Si el proyecto entraña además subsidios estatales la cosa es aún peor porque es meterle la mano al gasto estatal que teóricamente va a los más necesitados.

Los proyectos realmente buenos tienen de sobra con el apoyo de los consumidores y los capitalistas que gustosos los financiarían. Si el gobierno entonces considera que una refinería es un proyecto valioso debería asegurarse que se satisfagan los principios de equidad y eficiencia, arriba esbozados.

Lo que pasa es que la argumentación pro-refinería suena trágicamente familiar. Hace muchos años, nos llegó un proyecto igualito que prometía lo mismo: refinería de exportación y hasta una petroquímica para lo de siempre: "maximizar la posición estratégica".

El resultado de lo que parecía un factor de desarrollo económico acabó siendo el negocio más protegido y más subsidiado que ha tenido la República. Aquella refinería nunca fue de exportación (de exportación eran los argumentos para construirla) y la petroquímica jamás se construyó. Por casi tres décadas los ciudadanos y la industria nacional tuvieron que pagar por la ineficiencia y los precios protegidos del combustible mientras que los gobiernos se postraban ignominiosamente al llamado "Pacto de Coral Gables" para respetarle a la refinería un mercado garantizado. Esto es historia patria.

Que ahora las cosas podrían ser diferentes, quizá. Pero los argumentos para promover la refinería son todos sospechosamente "dejá vú". Para empezar veamos los argumentos de la independencia energética. Una refinería, lejos de reducir la dependencia en el petróleo la aumenta.

Las refinerías no son panaderías que hacen pan de cualquier harina. Las refinerías se diseñan y construyen para usar tipos muy específicos de crudo por lo que dependeremos más de esos crudos para producir refinados.
Ahora el producto refinado viene de muchas fuentes y de muchos suplidores; resultado: más independencia y mejores precios.

Hay argumentos de reducción de costos que no cuadran. Es dudoso que una refinería abarate el producto local porque el refinado es local; los combustibles están caros porque el petróleo está caro. El que haya grandes oportunidades porque la capacidad de refinación mundial está estancada y podríamos operar más barato también es discutible. La capacidad de refinación ciertamente ha estado estancada y a pesar de ello, los costos de refinación se mantienen en el 15% del costo total de los productos; entones ¿where is the beef ?

Preguntamos además. ¿Será eficiente una refinería "de exportación" de 150 mil barriles de producción diaria cuando en cinco años Panamá consumirá al menos 2/3 de esa capacidad? ¿ O es que podrá ser eficiente una refinería para el mercado externo que encontrará las mismas dificultades en el desembarque y trasiego de productos que ahora mismo experimentan los expendedores de búnker que a pesar de tener excelentes precios no pueden "exportar" al tráfico canalero, entre otras cosas por los costos que les impone el propio Canal?

Hará bien el Estado panameño en exigir soluciones de mercado en vez de ser juez y parte.
El empeño estatal debería ser más bien para remover las distorsiones que nos impiden expandir las zonas libres de petróleo y el trasiego de búnker. A lo mejor por ahí creamos oportunidades para añadir valor a nuestra posición geográfica y hasta sale una refinería de verdad. A menos que queramos una refinería política con Compañero Chávez de socio.

Comments:
Sobre el caso del búnker. Los operadores de barcazas están forzados a emplear pilotos prácticos del Canal para pilotar dichas barcazas. Entonces, como no hay suficientes pilotos prácticos, el costo es enorme. Esta obligación de usar prácticos del Canal viene de la Convención Colectiva de los trabajadores del Canal.

Esto es una muestra de cómo los panameños somos expertos en meternos un tiro en el propio pie.
 
Ni más ni menos.Primero trabajamos duro para conseguir clientes y luego igualmente duro para que se vayan.¿Deseo insconciente de fracasar?
 
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