December 04, 2006

 
Notable: “La Salida”, Manifiesto Liberal del Zulia (1)

(El siguiente documento es parte de uno que hoy dará a conocer la organización Rumbo Propio, de la que forma parte el destacado liberal Alberto Mansueti. Recomiendo encarecidamente su atenta lectura)


I. La Nueva Oposición de Venezuela

Somos de la Nueva Oposición. La Vieja Oposición es la que cuestiona la persona de Hugo Chávez y sus defectos, pero no las ideas socialistas. La que se atreve a cambiar de Presidente, pero no de sistema. La que critica al Gobierno y sus torpezas, pero no al socialismo como tal. La que habla siempre de corrupción, protestas multitudinarias y encuestas, elecciones, máquinas electorales, recuento de votos y pureza del sufragio, pero nunca de adoptar la economía libre para crear riqueza.

Y que a veces habla también de pobladas violentas y conspiraciones militares, de sangre y muertos, pero elude el debate ideológico.

Nosotros también somos oposición. Pero de la Nueva Oposición. La que adversa al socialismo como idea y como práctica, y se atreve a definirse por el capitalismo liberal. La que propone cambiar de Presidente, pero también de sistema. La que recoge el desafío ideológico de la izquierda y se lanza de frente al debate de proyectos y propuestas, y de sus fundamentos.

A la dirigencia de la Vieja Oposición le decimos: si Uds. siguen postergando el debate ideológico, y reduciendo la agenda pública a puro escándalo de corrupción, tamaño de las concentraciones y de las muestras en los sondeos, y defectos en los comicios, seguirán provocando desinterés y apatía en un creciente sector de venezolanos que no se identifica con el Gobierno ni con la actual oposición. Y Chávez tiene razón en un punto: hay que decidir entre socialismo y capitalismo. Hay que dar respuesta al desafío ideológico del socialismo en el poder.


II. Socialismo y Capitalismo

El socialismo en todos los siglos es igual, y tarde o temprano produce en todas partes iguales resultados: pobreza, atraso y corrupción, odio, injusticia y criminalidad, desinformación masiva, apatía y totalitarismo. Pero nosotros somos coherentes, y por eso proponemos el sistema opuesto, de libertades, que es creador de riqueza, libertad y justicia, orden, seguridad y prosperidad. Es llamado también capitalismo liberal, y nunca existió en nuestro país, siendo lo más parecido aquellas garantías económicas en la Constitución de 1961, de inmediato suspendidas sin término.

Pregunta: ¿Cómo estaríamos ahora en Venezuela, si aquellas libertades y derechos hubiesen tenido plena vigencia de continuo hasta hoy?

Capitalismo liberal nunca hubo en Venezuela. Desde siempre tuvimos un sistema mercantilista, de intervencionismo estatista en favor de unos pocos privilegiados, combinado desde los ‘60 con dosis cada vez más fuertes de socialismo redistributivo del tipo político y signo democrático y/o “cristiano”, también intervencionista y estatista. Eso fracasó. Y en los ’90 tuvimos “neo” liberalismo, una continuación del estatismo por otros medios, con otros intervencionismos, que fracasó también, y en eso tiene razón el Presidente Chávez; en lo que se equivoca es en el diagnóstico del mal, y en imponer como remedio el socialismo del tipo puro y duro, clímax del estatismo.

Los países hoy desarrollados lo son porque en el pasado practicaron el libre mercado durante muchos años seguidos, algunos más de 100. Y son por ello tan ricos, que últimamente pueden darse el lujo de soportar gobiernos socialistas por algún tiempo, aunque no mucho: enseguida buscan una Thatcher o un Reagan para enderezar el rumbo otra vez.


III. Mentalidad anticapitalista

Como otros líderes de la Nueva Izquierda en nuestra América y el mundo, Chávez se sostiene en la predominante “mentalidad anticapitalista”, una plataforma o matriz de opinión visceralmente contraria a ese sistema, considerado egoísta y explotador, y causante del hambre del pueblo (lo cual es falso.) Esta matriz de opinión es resultado de un largo adoctrinamiento de las izquierdas -en la educación, el arte y el entretenimiento, en los medios informativos y las religiones- que legitima al socialismo y le permite salir siempre indemne de sus fracasos. Y que refuerza a sus líderes, y les da pretexto para justificar cualquier exceso, abuso o atropello. Porque deslegitimado el capitalismo, siempre insistirán con el socialismo; y en toda elección o competencia resultará ganador el más socialista, quien mejor encarne los mitos y lugares comunes, entre ellos la fobia a los EEUU, país considerado como paradigma del capitalismo de libre mercado (lo cual es discutible).

Por eso la Vieja Oposición no ha tenido éxito. En 8 años la Vieja Oposición ha combatido a Chávez en lo mediático, con la denuncia y la crítica, a diario. En las calles, en marchas y antimarchas por todo el país. En el terreno electoral, en elecciones nacionales y regionales, presidenciales, parlamentarias y constitucionales, referendums consultivos y revocatorios, y firmazos y recontrafirmazos. En el terreno parlamentario, en el Congreso y la Asamblea Constituyente. En los tribunales, con recursos y acciones judiciales. En el campo internacional, en todos los escenarios. En el terreno militar, en 1992; y con paros y guarimbas. Sin éxito.

Pero la Vieja Oposición ni siquiera ha considerado desenredar la engañosa madeja conceptual del socialismo y demandar un cambio radical. ¿Por qué? Porque salvo muy contadas excepciones, su dirigencia también profesa el socialismo, en alguna de sus variantes.


IV. Respuesta al desafío ideológico

Por eso la oposición socialista democrática también fracasó en los países de Europa Central y Oriental, por más de 40 años, debido a lo modesto y limitado de sus exigencias: elecciones limpias y democracia como en Occidente, temas políticos que no atraen a mucha gente.

Sin embargo a fines de los ‘80 surgió en esos países una nueva oposición, exigiendo no sólo elecciones como en Occidente sino también salarios, empleos, mercados y bienes de consumo como en Occidente, y elevar el nivel de vida; y eso requería el abandono inmediato del socialismo, de los reglamentos y controles estatistas, y la adopción en su lugar del capitalismo liberal. La nueva fue una oposición al sistema, no sólo al Jefe. Por fin entendió que con pulcritud electoral no se come, ni se compra bienestar, y reclamó privatizaciones, desregulaciones, e integraciones con las economías de Occidente. (Después estas políticas se aplicaron mal, pero es otra historia.)

Así en 1989 Vojciech Jaruzelski perdió las elecciones en Polonia ante una oposición ideológica y cristiana, alentada por Juan Pablo II, un Papa firmemente anticomunista. Igual en Hungría, en 1988, los liberales sacaron a Janos Kadar. Y en Alemania Oriental en Octubre de 1989 a Erich Honecker. A las dos semanas, el 9 de Noviembre, derrumbaron el Muro de Berlín; y al día siguiente en Bulgaria cayó Todor Yivkov. Y en Checoslovaquia Gustav Husak. La última revolución de 1989 fue en Rumania, contra Nicolae Ceaucescu. En Albania cayó Enver Hoxha en 1990. En algunos casos sin disparar un tiro y otros con algo de pólvora, pero todos los regímenes socialistas se derrumbaron. Porque en su mayoría los líderes opositores asumieron en principio la firme defensa del capitalismo liberal.

En cambio, en América latina, Fidel Castro siempre ha enfrentado una oposición cubana no de definidos anticomunistas y liberales ortodoxos, sino de socialistas democráticos “disidentes” e indefinidos. También Chávez. Hasta ahora.

Comments:
Ojalá estas ideas comiencen a tener éxito. Lamentablemente los socialistas, nacionalistas y totalitarios de toda laya nos llevan una enorme delantera en la formación de opinión pública.

Mientras los maestros, los periodistas, los artistas y hasta los deportistas con algo de micrófono sigan defendiendo las ideas socialistas que han hundido a América Latina en el fracaso por todo un siglo, a los liberales se nos va a seguir haciendo cuesta arriba ser tenidos en cuenta en el debate público.

Pero por algo se empieza, y ojalá en Argentina pronto tengamos dirigentes que se atrevan a llamar a las cosas por su nombre.
 
Diego:El documento completo de los Zulianos es excelente y creo que podemos aprender mucho de él.Los socialistas y estatistas de todo tipo están cosechando lo que han sembrado durante muchas décadas.Así que los liberales tenemos que hacer lo mismo:1)Organizarnos 2)Reclutar gente valiosa 3)Crear y ejecutar planes para influir en todos los niveles en que se transmiten las ideas,como escuelas,universidades,periódicos,radio,TV y así sucesivamente.Si trabajamos con perseverancia llegarán los resultados.Saludos.
 
Me acordé de la última elección presidencial, en que los dos candidatos de Derecha repetían el mismo mensaje de que el Estado debía distribuir e igualar la sociedad. También hay socialistas o estatistas en la derecha sin ser propiamente socialistas ni estatistas. Pero hablan como ellos.
Es bueno zanjar la cancha y hablar con claridad, para diferenciar unos de otros. Así, el pueblo no creerá que todas las corrientes políticas que se expresan a través de los partido son iguales.
 
Cierto,Javier,por eso hay una famosa frase que habla de "los socialistas de todos los partidos."
 
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