January 18, 2007
In Defense of Global Capitalism : Comercio Libre es Comercio Justo
1. Beneficio mutuo
El comercio libre es, por naturaleza, comercio justo, ya que se basa en la cooperación e intercambio voluntarios. En todo intercambio voluntario, cada parte valora más lo que recibe que lo que da. De no ser así, no habría intercambio.
Muchas de las críticas al libre comercio se basan en el temor de que algunos países sean mejores en todo. No obstante, incluso si se diera este caso, dichos países ganarían concentrándose en aquellas actividades en que tienen una mayor ventaja relativa. Así que hay espacio para todos.
El argumento de que los países deberían ser autosuficientes y producir para sus propias poblaciones es un argumento vacío. En el libre comercio, producir para otros es producir para uno mismo. Exportando lo que producimos mejor podemos importar lo que necesitamos.
Después de la segunda guerra mundial, los países latinoamericanos optaron por la autosuficiencia y los de Asia Oriental por el libre comercio. Los resultados no pueden ser más claros.
2. Importaciones importantes
Otro mito es que exportar es bueno, pero importar es malo. Lo cierto es que nos hacemos más ricos exportando lo que hacemos bien e importando lo que hacemos menos bien. No podemos mejorar el nivel de vida simplemente acumulando dinero de las exportaciones, sino comprando otras cosas que necesitamos.
Como individuos particulares, exportamos cuando trabajamos y conseguimos nuestro ingreso, e importamos cuando compramos en los comercios. ¿No nos conviene importar lo más barato posible?
De lo anterior se deduce que lo importante no es la “balanza comercial” sino la cantidad de importaciones y exportaciones, ya que ambas son beneficiosas.
A menudo se piensa que las importaciones baratas generan desempleo. Por el contrario, liberan recursos que se invierten y generan empleo en otros sectores de la economía.
Los políticos dicen a menudo que están dispuestos a reducir sus aranceles si otros países hacen lo mismo. Pero ¿por qué hemos de privar a nuestros ciudadanos de mejores productos porque otros lo hagan? La mejor política es el libre comercio unilateral. No obstante, hay buenos argumentos a favor de las negociaciones multilaterales : 1) Pueden hacer más aceptable el libre comercio, 2) Hay un código imparcial establecido por la OMC, y 3) Los miembros de la OMC tienen que dar a los demás miembros el tratamiento de “país más favorecido”.
Con frecuencia, los políticos dicen que deben defendernos contra el “dumping”, lo que significa defendernos de la opción de comprar productos baratos. Pero, ¿si el “dumping” no es problema dentro de un país, por qué debe serlo entre países? También dicen que deben defendernos contra los subsidios de otros países a sus productores. Pero, ¿no es esto un regalo indirecto para nosotros?
3. El libre comercio trae crecimiento
El libre comercio lleva a mejorar la producción, porque la competencia externa obliga a producir la mejor calidad al menor precio. La producción mundial es hoy 6 veces mayor que hace 50 años, y el comercio mundial 16 veces mayor.
Jeffrey Sachs y Andrew Warner examinaron las políticas comerciales de 117 países entre 1970 y 1989. El estudio reveló una conexión significativa entre libre comercio y crecimiento. La tasa anual de crecimiento para diferentes grupos de países fue : 1) Países en desarrollo abiertos 4.5%, 2) Países en desarrollo cerrados 0.7%, 3) Países desarrollados abiertos 2.3%, y 4) Países desarrollados cerrados 0.7%.
Por su parte, Jeffrey Frankel y David Rower concluyen que si un país aumenta su comercio en relación con su PIB en 1%, su ingreso per capita puede esperarse que crezca entre 0.5% y 2%.
Existe también una clara conexión entre aumento del libre comercio y disminución de la pobreza. Esto se observa si comparamos países liberalizados contra los no liberalizados : Vietnam y Borneo, Uganda y Kenya, Bangladesh y Pakistán, Chile y sus vecinos.
No existe una relación clara entre libre comercio y desigualdad. En los años 90, en China aumento, en Costa Rica y Vietnam se mantuvo constante, y en Ghana y Tailandia disminuyó.
Vietnam es un ejemplo dramático de reducción de la pobreza : 1988 (75%), 1993 (58%), 2003 (37%).
Finalmente, la historia muestra que las economías pueden crecer más rápidamente aprovechando la prosperidad y la tecnología de otros países. A partir de 1780 Inglaterra necesitó 58 años para doblar su riqueza. Cien años más tarde Japón lo hizo en 34 años. Y otros cien después, Corea del Sur sólo necesitó 11 años.
4. El mito del fin del trabajo
Desde mitad de los 70, se viene predicando que el aumento de la productividad va a crear un enorme desempleo. Actualmente tenemos una producción más eficiente que nunca y más empleos que nunca. Entre 1983 y 1995 se crearon en EU 24 millones de empleos netos, el 70% de ellos con salarios superiores a la mediana de salarios del país.
Alguien puede preguntar qué sucederá cuando la gente tenga satisfechas todas sus necesidades. ¿No aumentará el desempleo? Parece obvio que ese escenario no se alcanzara jamás. La humanidad siempre tendrá necesidades insatisfechas.
Schumpeter acuñó el término de “destrucción creativa” para el fenómeno de la mejora constante de los procesos productivos en el capitalismo. Hay personas que son afectadas negativamente en un momento dado, pero sería un gigantesco error tratar de paralizar el proceso. Si tratamos de eliminar el cambio, nunca podremos mejorar nuestro nivel de vida.
En los años 90, por cada dos puestos de trabajo que desaparecieron en EU se crearon tres nuevos. No hay mejor remedio para el desempleo que la creación de nuevos puestos. Un estudio de 13 países que liberalizaron su comercio indicó que en todos, excepto uno, aumentó el empleo industrial después de la liberalización.
5. Libertad de movimiento para la gente
Los políticos aceptan con alguna frecuencia el libre comercio, pero no la libre inmigración. Sin embargo, los países ricos harían bien en abrir sus puertas a los inmigrantes. Pueden ayudar al crecimiento económico y al mantenimiento del “welfare state”, sobre todo en países de baja natalidad como los europeos.
La UE necesita 1.6 millones de inmigrantes anuales para mantener constante su población hasta el 2050, y 13.5 millones anuales para mantener la relación entre trabajadores y jubilados.
Es un error considerar a los inmigrantes como un problema. Más inmigrantes significa más gente trabajando, gastando y creando nuevas ideas. Mientras los salarios reflejen la productividad, tampoco hay riesgo de desempleo.
Según cálculos de Julian Simon, los inmigrantes legales aportan más de lo que reciben. Por otro lado, una población diversa genera más energía creadora y es más propicia para encontrar soluciones creativas. La innovación cultural casi siempre proviene de la mezcla de culturas. No es casualidad que EU, que es un país de inmigrantes, sea la sociedad más dinámica de la historia.
( Johan Norberg, Cato Institute, 2003, Pag. 113 – 150 )
1. Beneficio mutuo
El comercio libre es, por naturaleza, comercio justo, ya que se basa en la cooperación e intercambio voluntarios. En todo intercambio voluntario, cada parte valora más lo que recibe que lo que da. De no ser así, no habría intercambio.
Muchas de las críticas al libre comercio se basan en el temor de que algunos países sean mejores en todo. No obstante, incluso si se diera este caso, dichos países ganarían concentrándose en aquellas actividades en que tienen una mayor ventaja relativa. Así que hay espacio para todos.
El argumento de que los países deberían ser autosuficientes y producir para sus propias poblaciones es un argumento vacío. En el libre comercio, producir para otros es producir para uno mismo. Exportando lo que producimos mejor podemos importar lo que necesitamos.
Después de la segunda guerra mundial, los países latinoamericanos optaron por la autosuficiencia y los de Asia Oriental por el libre comercio. Los resultados no pueden ser más claros.
2. Importaciones importantes
Otro mito es que exportar es bueno, pero importar es malo. Lo cierto es que nos hacemos más ricos exportando lo que hacemos bien e importando lo que hacemos menos bien. No podemos mejorar el nivel de vida simplemente acumulando dinero de las exportaciones, sino comprando otras cosas que necesitamos.
Como individuos particulares, exportamos cuando trabajamos y conseguimos nuestro ingreso, e importamos cuando compramos en los comercios. ¿No nos conviene importar lo más barato posible?
De lo anterior se deduce que lo importante no es la “balanza comercial” sino la cantidad de importaciones y exportaciones, ya que ambas son beneficiosas.
A menudo se piensa que las importaciones baratas generan desempleo. Por el contrario, liberan recursos que se invierten y generan empleo en otros sectores de la economía.
Los políticos dicen a menudo que están dispuestos a reducir sus aranceles si otros países hacen lo mismo. Pero ¿por qué hemos de privar a nuestros ciudadanos de mejores productos porque otros lo hagan? La mejor política es el libre comercio unilateral. No obstante, hay buenos argumentos a favor de las negociaciones multilaterales : 1) Pueden hacer más aceptable el libre comercio, 2) Hay un código imparcial establecido por la OMC, y 3) Los miembros de la OMC tienen que dar a los demás miembros el tratamiento de “país más favorecido”.
Con frecuencia, los políticos dicen que deben defendernos contra el “dumping”, lo que significa defendernos de la opción de comprar productos baratos. Pero, ¿si el “dumping” no es problema dentro de un país, por qué debe serlo entre países? También dicen que deben defendernos contra los subsidios de otros países a sus productores. Pero, ¿no es esto un regalo indirecto para nosotros?
3. El libre comercio trae crecimiento
El libre comercio lleva a mejorar la producción, porque la competencia externa obliga a producir la mejor calidad al menor precio. La producción mundial es hoy 6 veces mayor que hace 50 años, y el comercio mundial 16 veces mayor.
Jeffrey Sachs y Andrew Warner examinaron las políticas comerciales de 117 países entre 1970 y 1989. El estudio reveló una conexión significativa entre libre comercio y crecimiento. La tasa anual de crecimiento para diferentes grupos de países fue : 1) Países en desarrollo abiertos 4.5%, 2) Países en desarrollo cerrados 0.7%, 3) Países desarrollados abiertos 2.3%, y 4) Países desarrollados cerrados 0.7%.
Por su parte, Jeffrey Frankel y David Rower concluyen que si un país aumenta su comercio en relación con su PIB en 1%, su ingreso per capita puede esperarse que crezca entre 0.5% y 2%.
Existe también una clara conexión entre aumento del libre comercio y disminución de la pobreza. Esto se observa si comparamos países liberalizados contra los no liberalizados : Vietnam y Borneo, Uganda y Kenya, Bangladesh y Pakistán, Chile y sus vecinos.
No existe una relación clara entre libre comercio y desigualdad. En los años 90, en China aumento, en Costa Rica y Vietnam se mantuvo constante, y en Ghana y Tailandia disminuyó.
Vietnam es un ejemplo dramático de reducción de la pobreza : 1988 (75%), 1993 (58%), 2003 (37%).
Finalmente, la historia muestra que las economías pueden crecer más rápidamente aprovechando la prosperidad y la tecnología de otros países. A partir de 1780 Inglaterra necesitó 58 años para doblar su riqueza. Cien años más tarde Japón lo hizo en 34 años. Y otros cien después, Corea del Sur sólo necesitó 11 años.
4. El mito del fin del trabajo
Desde mitad de los 70, se viene predicando que el aumento de la productividad va a crear un enorme desempleo. Actualmente tenemos una producción más eficiente que nunca y más empleos que nunca. Entre 1983 y 1995 se crearon en EU 24 millones de empleos netos, el 70% de ellos con salarios superiores a la mediana de salarios del país.
Alguien puede preguntar qué sucederá cuando la gente tenga satisfechas todas sus necesidades. ¿No aumentará el desempleo? Parece obvio que ese escenario no se alcanzara jamás. La humanidad siempre tendrá necesidades insatisfechas.
Schumpeter acuñó el término de “destrucción creativa” para el fenómeno de la mejora constante de los procesos productivos en el capitalismo. Hay personas que son afectadas negativamente en un momento dado, pero sería un gigantesco error tratar de paralizar el proceso. Si tratamos de eliminar el cambio, nunca podremos mejorar nuestro nivel de vida.
En los años 90, por cada dos puestos de trabajo que desaparecieron en EU se crearon tres nuevos. No hay mejor remedio para el desempleo que la creación de nuevos puestos. Un estudio de 13 países que liberalizaron su comercio indicó que en todos, excepto uno, aumentó el empleo industrial después de la liberalización.
5. Libertad de movimiento para la gente
Los políticos aceptan con alguna frecuencia el libre comercio, pero no la libre inmigración. Sin embargo, los países ricos harían bien en abrir sus puertas a los inmigrantes. Pueden ayudar al crecimiento económico y al mantenimiento del “welfare state”, sobre todo en países de baja natalidad como los europeos.
La UE necesita 1.6 millones de inmigrantes anuales para mantener constante su población hasta el 2050, y 13.5 millones anuales para mantener la relación entre trabajadores y jubilados.
Es un error considerar a los inmigrantes como un problema. Más inmigrantes significa más gente trabajando, gastando y creando nuevas ideas. Mientras los salarios reflejen la productividad, tampoco hay riesgo de desempleo.
Según cálculos de Julian Simon, los inmigrantes legales aportan más de lo que reciben. Por otro lado, una población diversa genera más energía creadora y es más propicia para encontrar soluciones creativas. La innovación cultural casi siempre proviene de la mezcla de culturas. No es casualidad que EU, que es un país de inmigrantes, sea la sociedad más dinámica de la historia.
( Johan Norberg, Cato Institute, 2003, Pag. 113 – 150 )