February 21, 2007
Reflexiones : Verdad jurídica y verdad histórica
El otro día escuché a la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, declarar, palabras más palabras menos, que no tiene sentido discutir sobre el 11-M porque ya se está celebrando el juicio.
Me interesan estas declaraciones no por el tema específico, sino por la suposición implícita de que existe una equivalencia entre verdad jurídica e histórica, lo que creo es un notable error.
La verdad jurídica es la que resulta de un proceso judicial, sea en materia penal, civil, laboral, o de cualquier otra especialidad. Estos procesos tienen reglas definidas sobre cómo realizar investigaciones y conseguir pruebas, cómo realizar los juicios, qué preguntas son o no aceptables tanto para fiscales como para abogados defensores, cómo se dicta el veredicto final, qué tipo de apelaciones existen, y muchos otros aspectos.
El veredicto final de un proceso judicial tiene consecuencias jurídicas. En unos casos será que alguien vaya a prisión o sea liberado. En otros, que alguien tenga que pagar algún tipo de compensación. Y en otros, que los hijos se queden con el padre o con la madre.
La verdad histórica es la que resulta de la investigación de documentos, datos y pruebas, utilizando una metodología que tiene puntos de contactos con la de los procesos judiciales, pero también diferencias sumamente importantes. El investigador histórico no está limitado en cuanto a las pruebas ni en cuanto al tiempo. Y por supuesto, no hay un veredicto definitivo. Siempre es posible que aparezcan nuevos documentos, nuevas pruebas, y nuevos enfoques sobre cómo interpretar los datos disponibles. En la investigación histórica se trata, por un lado, de establecer los hechos, y por otro, de formular las hipótesis que mejor se acomoden con los hechos establecidos.
Es razonable suponer que debe haber una cierta mayoría de casos en que la verdad jurídica coincida con la histórica. Pero también es cierto que todos conocemos casos de lo contrario. Hay veces en que un inocente es condenado y otras en que un culpable es absuelto. Esto se explica por varias razones : investigación deficiente, pruebas contrarias a la ley, fiscales que no se explican con claridad suficiente, abogados defensores excepcionales, o jurados de conciencia que se dejan llevar por la emoción más que por la lógica.
Por todo lo anterior, creo que la vicepresidenta se equivoca. El juicio ni puede ni debe impedir la búsqueda de la verdad histórica con sus propios métodos y procedimientos. Lo que sí puede hacer es ofrecer datos adicionales a quienes están tratando de encontrar dicha verdad.
El otro día escuché a la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, declarar, palabras más palabras menos, que no tiene sentido discutir sobre el 11-M porque ya se está celebrando el juicio.
Me interesan estas declaraciones no por el tema específico, sino por la suposición implícita de que existe una equivalencia entre verdad jurídica e histórica, lo que creo es un notable error.
La verdad jurídica es la que resulta de un proceso judicial, sea en materia penal, civil, laboral, o de cualquier otra especialidad. Estos procesos tienen reglas definidas sobre cómo realizar investigaciones y conseguir pruebas, cómo realizar los juicios, qué preguntas son o no aceptables tanto para fiscales como para abogados defensores, cómo se dicta el veredicto final, qué tipo de apelaciones existen, y muchos otros aspectos.
El veredicto final de un proceso judicial tiene consecuencias jurídicas. En unos casos será que alguien vaya a prisión o sea liberado. En otros, que alguien tenga que pagar algún tipo de compensación. Y en otros, que los hijos se queden con el padre o con la madre.
La verdad histórica es la que resulta de la investigación de documentos, datos y pruebas, utilizando una metodología que tiene puntos de contactos con la de los procesos judiciales, pero también diferencias sumamente importantes. El investigador histórico no está limitado en cuanto a las pruebas ni en cuanto al tiempo. Y por supuesto, no hay un veredicto definitivo. Siempre es posible que aparezcan nuevos documentos, nuevas pruebas, y nuevos enfoques sobre cómo interpretar los datos disponibles. En la investigación histórica se trata, por un lado, de establecer los hechos, y por otro, de formular las hipótesis que mejor se acomoden con los hechos establecidos.
Es razonable suponer que debe haber una cierta mayoría de casos en que la verdad jurídica coincida con la histórica. Pero también es cierto que todos conocemos casos de lo contrario. Hay veces en que un inocente es condenado y otras en que un culpable es absuelto. Esto se explica por varias razones : investigación deficiente, pruebas contrarias a la ley, fiscales que no se explican con claridad suficiente, abogados defensores excepcionales, o jurados de conciencia que se dejan llevar por la emoción más que por la lógica.
Por todo lo anterior, creo que la vicepresidenta se equivoca. El juicio ni puede ni debe impedir la búsqueda de la verdad histórica con sus propios métodos y procedimientos. Lo que sí puede hacer es ofrecer datos adicionales a quienes están tratando de encontrar dicha verdad.
Comments:
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Bien dices. La verdad histórica nunca se acaba. Con todo, hay hechos que nadie puede dudar, por mucho que se tengan diversas apreciaciones. Justamente, ahora acabo de comentar un libro que es considerado revisionista en Europa acerca de Allende y Pinochet, del periodista italiano, Mario Spataro.
Javier:He leído tu post y me ha interesado mucho,pero no he podido dejar un comentario.Esto me ha pasado algunas veces en otros blogs.Unas veces no hay problema y otras sí.
No te preocupes Francisco. Por lo menos tienes el dato. Además, yo sé que el tema te interesa.El autor no está traducido al inglés, pues si te interesaba adquirirlo en Amazon.
No te vas a sentir defraudo con el autor.
No te vas a sentir defraudo con el autor.
Interesante análisis, con el cual concuerdo totalmente. El proceso judicial qua proceso epistemológico es distinto del enfoque epistemológico del historiador.
Otro punto importante que subraya la diferencia entre uno y otro proceso es que en el proceso judicial penal hay una presunción de inocencia en favor del reo. En el proceso epistemológico de la ciencia histórica no hay tal presunción de inocencia.
Lo cierto es que la investigación histórica de lo ocurrido el 11M continuará, para pesar de los socialistas españoles.
Otro punto importante que subraya la diferencia entre uno y otro proceso es que en el proceso judicial penal hay una presunción de inocencia en favor del reo. En el proceso epistemológico de la ciencia histórica no hay tal presunción de inocencia.
Lo cierto es que la investigación histórica de lo ocurrido el 11M continuará, para pesar de los socialistas españoles.
Jaime Raúl:Estoy siguiendo el juicio con Luis del Pino y los tipos del PSOE ya están nerviosos,a pesar de que todavía no ha pasado casi nada.
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