February 25, 2007

 
Una cuestión de lógica. Parte 2: La solución, Por Alberto Mansueti

( Continuación del artículo publicado ayer)


# Liberalismo Clásico

El verdadero. El que propone la única salida real: capitalismo liberal. Esa es la solución. En América latina el liberalismo clásico es desconocido.
-- En la enseñanza está prohibido.
-- En la política está ausente; y pasa por “liberalismo” mucho de lo que es su antítesis, lo cual confunde.
-- En los medios informativos, capitalismo es sinónimo de egoísmo insensible, materialismo y cruel explotación; la izquierda es moral, y la moral es de izquierdas.
-- En las artes, espectáculos y entretenimiento, todo lo que suene a liberal es deformado, difamado y escarnecido. “Capitalismo” es palabra obscena.
-- En los negocios, los empresarios se confunden con la supuesta “responsabilidad social empresarial”, actuando contra sus reales y legítimos intereses, y los del público.
-- En las iglesias, los clérigos confunden a los rebaños cuando predican insistente y tercamente las consignas socialistas contra la doctrina indudablemente bíblica del Gobierno limitado.


# La Salida

La Conferencia Liberal Hispanoamericana (CLH) propone un programa en base a las tres Libertades Fundamentales del liberalismo clásico: política, económica, y moral-intelectual. Las cuales se sostienen respectivamente con los tres pilares del capitalismo liberal: Gobierno limitado, mercados libres, e instituciones privadas separadas del Estado.

Los Derechos que encarnan estos valores y principios son desconocidos entre nosotros. La CLH propone que se den a conocer al público, y sean inscritos y garantizados en las Constituciones de los países, y/o en los Estatutos Autonómicos de las regiones que decidan adoptarlos dentro de un país, aunque el resto de la nación siga otro rumbo. La Confederación Internacional por la Libertad y la Autonomía Regional (CONFILAR) también ha adoptado -en el “Acta de Guayaquil”, su documento constitutivo- estos Derechos. Vealos Ud.:

I. El Gobierno Limitado se sostiene con los Derechos a:
1. Un Gobierno limitado a cumplir sólo sus funciones propias y naturales: seguridad, justicia y obras públicas.
2. Un Gobierno respetuoso de las esferas privadas, limitado en fines y funciones; en poderes y atribuciones; y en gastos y recursos.
3. Un Gobierno neutral, que no dice a la gente lo que debe pensar, sentir o creer.
4. Unos impuestos moderados.
5. Un sector público sin deudas.
6. Una moneda de libre elección.

II. Los mercados libres se sostienen a su vez con los Derechos a:
7. Mercados abiertos y competitivos en lo interno y externo, sin trabas ni monopolios; es decir: sin privilegios.
8. Participación popular en las privatizaciones de empresas y activos económicos que hoy son propiedad del Estado. Con acciones.

III. Y las instituciones privadas separadas del Estado se sostienen con los Derechos a:
9. Enseñanza, medicina y fondos de pensiones privados y en libre competencia. E igual en la prensa e información, cultura y ciencias, artes y espectáculos, deportes, religión, etc. Sin coerción ni privilegios.
10. Participación de los profesionales, empleados y trabajadores en la privatización de los entes educativos, médicos y de previsión que hoy son estatales y que deben ser privados; quienes hoy son apenas sus empleados, y muy mal remunerados, deben ser sus propietarios y copropietarios. Con acciones. E igual en los medios informativos, de recreación, difusión cultural e investigación científica, creación artística, deportes, beneficencia, etc., que hoy son propiedad del Estado.

Hasta aquí el programa de 10 Derechos inspirado en el liberalismo clásico. El remedio es radical; porque el mal es gravísimo. El sistema es el problema; hay que cambiar el sistema. Y la gente está preparada para soluciones radicales, incluso las busca, aunque en la izquierda, porque no sabe de otras.

IV. En todos los países se nos hace la misma pregunta: “¿Y los pobres?” Agregamos entonces, sólo para los pobres, un derecho a tres programas “sociales”:
11. Tres series de cupones o cheques estatales en educación, medicina y previsión, para comprar enseñanza, atención médica, y planes de jubilaciones y pensiones; cupones que serán reembolsables en dinero a las instituciones privadas o privatizadas libremente escogidas por los beneficiarios.

Para efectivizar estas Libertades y Derechos, basta con tres políticas: a) poner al Estado en su lugar; b) privatizar, para capitalizar a personas y empresas; y c) desregular, para apoderarlas. Y los cupones para los pobres. Las cuales políticas pueden aplicarse en todo el territorio de un país si la Carta de 3 Libertades y 11 Derechos es incorporada a una nueva Constitución; y/o en el territorio de una o varias regiones o Estados provinciales, si la Carta se incorpora a los Estatutos Autonómicos de las regiones interesadas que así lo manifiesten afirmativamente en un Plebiscito.


# Un año sería suficiente

De aplicarse esta receta en un país -o regiones dentro de un país- el primer año se vería la diferencia. La creación de riqueza experimentaría un tremendo e inusitado auge expansivo; y con ello la pobreza se reduciría drásticamente, al igual que la criminalidad, la corrupción y el descontento. Todos lograríamos estos beneficios:

1. Explosión de ahorro e inversiones. Y de empleos, mucho más productivos, y con ingresos reales de mucho mayor poder de compra.
2. Elevar así el nivel de vida, de todos, y considerablemente, y de inmediato.
3. Reducir la pobreza con la solución y no con paliativos.
4. Reducir la criminalidad, con seguridad y justicia.
5. Multiplicación de Obras Públicas.
6. Y todo con mucho menos corrupción.
7. Dividendos accionarios de las empresas privatizadas.
8. Excelente educación; y atención médica de primera.
9. Jubilaciones y pensiones dignas.
10. Mucho más tiempo libre.
11. Gremios en sus funciones propias.
12. Cupones para los más pobres.

Comments:
Haaa! Decía Bastiat que él daría con gusto 9 de sus últimos 10 años por ver el efecto de su teoría solo el primer año.

Aún no me han explicado el por qué el gobierno debe también hacer obra pública. Sin embargo cedo con tal de hacer pelota y ayudar a cambiar el sistema.

Pero pienso que la obra pública no debe ser responsabilidad del gobierno. Debe ser, al igual que cualquier otro negocio, potestad de la empresa privada. La empresa privada tendrá que ingeniárselas para servir a quién tiene necesidades. Es una reacción natural del mercado. Y mucho más eficiente y barata.

La seguridad tampoco la veo entre las obligaciones del gobierno. El gobierno no tiene que andar velando que a usted no lo asalten. Usted se protege solito o contrata a alguien que lo haga para usted.

El gobierno es quién debe hacer cumplir la ley. Para eso es. Por eso se llama ejecutivo. El que ejecuta o pone a funcionar a la ley.

Y la única función de la ley es castigar el delito. No prevenirlo. Su única función es hacer justicia.

Pero repito, cedo temporalmente en aras de avanzar. Pero eso sí, que se haga bajo un moderno estilo administrativo.
 
Rigo:Es cierto que después de siglos de estatismo habrá que ir arrebatando cosas al Leviatán poco a poco,a menos que se derrumbe por ineficiente.Incluso en el asunto de justicia es posible la intervención privada,que ya existe bajo la figura del arbitraje y que probablemente seguirá extendiéndose.
 
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