April 16, 2007

 
La envidia : La culpa de ser desigual (2)

Tournier informa de una conversación con un amigo y colega que le dijo que sus sentimientos de culpa eran exagerados, y que sufría de un sentido de responsabilidad distorsionado. Poco después recibió una carta de otro amigo que le decía : “He descubierto que una gran parte de la humanidad está mal nutrida. Las cosas buenas están mal distribuidas. En consecuencia, me siento mal cuando como y voy a dormir. No me atrevo a divertirme los domingos y días festivos”.

Tournier se siente incapaz de decidir entre el consejo de su amigo psiquiatra y la queja de su otro amigo. ¿Qué es peor, reprimir el miedo a la envidia o determinar los límites de la propia responsabilidad? Lo cierto es que la obligación de hacer el bien existe solamente cuando uno puede ser causalmente responsable por algo.

Alguien puede tener un sentimiento de culpa si ha dejado de hacer algo, aunque peligroso para dicha persona, pero que hubiera podido salvar la vida de otra persona. Sin embargo, esto es muy diferente del insincero y pretencioso sentido de responsabilidad cósmica que dicen profesar aquellos que se sienten infelices y culpables porque en alguna parte del globo hay personas con un nivel de vida que no es comparable con el suyo. Por otro lado, es muy diferente embarcarse uno mismo en una misión estilo Albert Schweitzer, que predicar a otros desde la comodidad de Londres, Paris, Washington o Zurich.

El amor estereotipado por quienes están lejos, una práctica favorita actual, puede ser en muchos casos un sustituto de la incapacidad de amar al propio vecino, como lo muestran muchos testimonios. Esta pobreza o falta de contacto, que es un problema legítimo en psicoterapia, lleva probablemente a un distante y generalizado amor a la humanidad en muchos intelectuales.

C.P. Snow, cuyos personajes están tomados de sus agudas observaciones sobre la vida real en Gran Bretaña, ha descrito en varias novelas a algunos de estos idealistas sociales, todos los cuales se distinguen por una característica : en las relaciones sociales normales son imposibles, ingratos, arrogantes, insensibles e incapaces de imaginar los sentimientos y pensamientos de otros, incluso de las personas que están dispuestas a ayudarles.

Max Weber insiste en la necesidad universal de legitimación de la suerte por medio de una estructura social y una ideología oficial. Él ha elaborado un concepto muy valioso, que es la necesidad moral de la seguridad acerca de la legitimidad de la suerte personal. ¿Pudiera ser que hoy día esta necesidad busque satisfacción en la preocupación por los países en desarrollo debido a que la sociedad de la abundancia y el estado de bienestar no permiten la satisfacción dentro de la propia sociedad?

No tengo dudas de que uno de los motivos más importantes para afiliarse a un movimiento político igualitario es este ansioso sentimiento de culpa : “Construyamos una sociedad en la que nadie sea envidioso”.
( Helmut Schoeck, Envy, Pag. 308-326 )





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