May 03, 2007

 
Despropósitos : Arrogancia y estupidez

Estas suelen ser las características de las intervenciones gubernamentales. Por un lado, los burócratas pretenden saber mejor que la gente común qué es lo que les conviene. Por otro lado, tienden a convertir a la gente de carne y hueso en abstracciones estadísticas. Así que no es extraño que al final los resultados sean los contrarios a los esperados.

Veamos dos casos recientes, ambos en Gran Bretaña.

1. Desde el 2005 el gobierno ha estado reglamentando las comidas en las escuelas, con el objetivo de que los escolares consuman una dieta más saludable. El resultado ha sido que las cosas han empeorado. Las comidas escolares son más nutritivas pero menos apetitosas para los niños. ¿Qué han hecho estos últimos? Lo previsible. Unos se saltan la comida, otros la traen de casa, y otros la compran fuera de la escuela.
¿Qué diablos le importa al gobierno qué comen o dejan de comer los niños? Este es un asunto de cada familia. Cada una conoce a sus niños y sabe cómo acostumbrarlos a una dieta sana. Ningún burócrata puede ni remotamente igualar el conocimiento que tienen los padres sobre sus hijos. Así que déjenlos en paz y váyanse al diablo.

2. Los oficiales de estándares comerciales se encargan, entre otras cosas, de que los alimentos estén en buenas condiciones y de que los compradores reciban lo que se les promete. Recientemente, la han tomado con un fabricante de dulces, al que están obligando a cambiar el nombre de varios de sus productos. Por ejemplo, sus “robin (petirrojo) tarts” no tienen petirrojo (?). Lo mismo pasa con sus “pig tarts”. Además tienen que cambiar el nombre del “Heavenly Paradise Slice” para que sea más descriptivo de sus verdaderos elementos. Previamente habían prohibido a una compañía la venta de “Welsh Dragon sausages” porque no contenían carne de dragón.

Sabemos que los británicos son extraños, excéntricos y estrafalarios, pero ¿tanto?

Comments: Post a Comment

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?