May 09, 2007

 
Justicia cósmica (1), Por Thomas Sowell

La justicia cósmica no es un grado más alto de la justicia tradicional, es un concepto fundamentalmente diferente. Tradicionalmente, diríamos que un acusado en un caso criminal ha obtenido justicia si el juicio se ha desarrollado con reglas justas y con juez y jurado imparciales. Pero lo que busca la justicia cósmica es eliminar las desventajas inmerecidas para grupos determinados. En muchos casos, esto se hace sin tomar en cuenta los costos para otros individuos o grupos, o para la sociedad en su conjunto.

Según John Rawls, las desigualdades inmerecidas exigen ser eliminadas para producir una verdadera igualdad de oportunidades, que significa proveer a cada uno iguales oportunidades de éxito a iguales esfuerzos individuales.

Se supone implícitamente que hay personas que, sin culpa personal, carecen de lo que otros tienen sin mérito personal. Aunque esto puede ser cierto, el conocimiento necesario para hacer un análisis individual es sencillamente sobrehumano.

Cada individuo tiene ventajas y desventajas, y la combinación de ambas varía de persona a persona. Hay quienes tienen belleza y poco cerebro. Otros son ricos pero tienen una familia emocionalmente pobre. Otros tienen habilidades atléticas pero poca capacidad para relacionarse con la gente. Es obvio que incluso el cálculo de las ventajas netas es prácticamente imposible.

Existe el peligro de pretender saber más que lo que sabemos. Esto se aplica especialmente a los casos de injusticias históricas, de las que se pretende derivar relaciones de causa-efecto para situaciones actuales. Por ejemplo, en los Estados Unidos, muchos de los problemas de los negros pobres se atribuyen a la herencia de la esclavitud. Uno de ellos es el de las familias sin padre. Pero si analizamos los hechos, el panorama cambia. En la generación posterior a la abolición de la esclavitud, la tasa de matrimonio entre negros era ligeramente superior a la de los blancos. La catástrofe de las familias negras sólo comenzó a partir de los 1960s.

El concepto de “mérito” está muy relacionado con el de la justicia cósmica. Es cierto que hay muchos factores, aparte del mérito personal, que influyen sobre lo que logramos en la vida. Pero existen dos obstáculos en las propuestas de premiar sólo el mérito. Primero, no hay forma de saber qué parte del éxito de un individuo se debe a condiciones favorables, como cualidades innatas, riqueza familiar, suerte, y qué parte al trabajo duro y sacrificio. Segundo, aunque lo supiéramos, cambiar los premios hoy significa que cambiarán los incentivos futuros, y esto tiene serias consecuencias.

En la práctica se premia la productividad y no el mérito. Esto es importante no sólo porque los premios representan juicios retrospectivos sino también porque actúan como incentivos prospectivos.

Quienes discuten si los pobres merecen o no su condición a menudo no aclaran si hablan de justicia cósmica o tradicional. Incluso el individuo más degenerado, si lo consideramos en sentido cósmico, puede que haya llegado allí debido a ciertas circunstancias. Incluso aunque sus hermanos sean buenas personas, siempre se podrá argumentar que él estuvo influido por una combinación de circunstancias diferente. Pero el asunto cambia totalmente desde el punto de vista de la justicia tradicional.

Si estuviéramos en capacidad de crear el mundo de cero, no quisiéramos tener ciertos tipos de individuos. Pero como no tenemos esa capacidad, la cuestión es cuál es la mejor forma de lidiar con ellos.

La búsqueda de la justicia cósmica puede generar resentimiento respecto a diferencias que no tienen una enorme importancia. Una cosa es el resentimiento por no poder alimentar a los hijos, y otra muy diferente por no poder comprar jeans de diseño o relojes costosos.

( The Quest for Cosmic Justice, The Free Press, 1999, Pag. 3 – 48 )

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