May 10, 2007

 
Justicia cósmica ( 2 ), Por Thomas Sowell

Con la justicia, el asunto no es si es mejor más que menos, sino a qué costo. Supongamos que un barco se está hundiendo, y sólo hay salvavidas para 200 de los 300 pasajeros. La solución justa es que se ahoguen todos. Pero casi todos preferiríamos que se salvaran 200, aunque no tuvieran más méritos que el resto.

Uno de los problemas con la justicia cósmica es que no sólo se refiere a quienes viven hoy, sino a las generaciones pasadas. En Estados Unidos hay quienes exigen reparaciones por la esclavitud. El problema es que se pueden crear injusticias actuales en nombre de una expiación simbólica. Por ejemplo, la hija de un ejecutivo negro puede tener preferencia sobre la hija de un trabajador manual blanco para ingresar en la universidad.

Para los creyentes en la justicia cósmica, cualquier diferencia estadística en los logros de diferentes grupos es una prueba de la injusticia pasada o la discriminación presente. El supuesto es que todas las cualidades humanas están distribuidas de la misma forma entre diferentes grupos, lo que no parece ser cierto en ningún lugar o época.

Veamos algunos casos de diferencias que no pueden ser atribuidas a la discriminación :

1. Durante los años 1960s, la minoría china en Malasia tenía entre el 80% y el 90% de todos los estudiantes universitarios en medicina, ciencia e ingeniería.

2. Aunque son menos del 5% de la población de Indonesia, los chinos étnicos dirigen el 75% de los 200 mayores negocios.

3. A principios de los 1920s, los judíos representaban el 6% de la población de Hungría y el 11% de la de Polonia, pero eran más del 50% de los médicos en ambos países.

Los creyentes en la justicia cósmica confunden las abstracciones estadísticas con la gente de carne y hueso. Por ejemplo, se dice en los Estados Unidos que una pequeña parte de la población recibe una parte desproporcionada del ingreso. Lo cierto es que el ingreso se concentra en las personas por encima de 50 años de edad. Por su parte los pobres, que se definen como el quintil inferior, en su gran mayoría salen de ese quintil en un máximo de ocho años.

Los defensores de la justicia cósmica suelen ignorar las consecuencias indeseadas de sus políticas. Por ejemplo, los negros estadounidenses no se preocupan por estudiar mucho, porque se saben protegidos. Incluso, los buenos estudiantes son acusados de traicionar a su raza. Por otro lado, los blancos que son discriminados también se esfuerzan menos.

La alternativa a las cruzadas políticas y los programas del gobierno no consiste en no hacer nada. En los Estados Unidos siempre se ha hecho mucho por los pobres y desaventajados. Como señaló Milton Friedman, en el siglo XIX se dio un increíble crecimiento de la filantropía privada, que tuvo un efecto dramático en la reducción del crimen y otros males sociales, como el alcoholismo. De hecho, dichos esfuerzos fueron mucho más efectivos que los masivos programas gubernamentales iniciados en los 1960s.

La justicia cósmica es aplicada por el poder que decide que los seres de carne y hueso sean categorizados en abstracciones, de las que los ocupantes del poder político seleccionan beneficiarios y víctimas. Sin embargo, para mejorar la suerte de los menos afortunados no se requiere ayuda directa, sino la creación de ambiente y circunstancias para que cada quien construya su propia vida.

Reconocer que mucha gente está en problemas sin culpa propia, y que otros están en buena posición sin mérito propio, no debe impedir el reconocer que los contribuyentes, sin ninguna culpa propia, han sido obligados a subsidiar las aventuras morales de los filósofos sociales autoungidos.

( The Quest for Cosmic Justice, Free Press, 1999, Pag. 3 - 48 )



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