May 20, 2007

 
Las perversas reglas de juego en América Latina, Por Guillermo M. Yeatts

( Resumen del Capítulo III, titulado “Conquista pública, colonización privada” )

La Corona española tuvo como objetivos principales la obtención de oro y plata y la difusión del Evangelio. La minería adquirió prioridad sobre otras actividades como la agricultura y la industria. Las zonas ricas en yacimientos auríferos se desarrollaron antes que las zonas aptas para la agricultura.

Las mismas fueron propiedad del rey, quien las entregaba en concesión a los particulares. Esta cosmovisión se trasladó posteriormente a las legislaciones nacionales de América Latina. Por otra parte, España llevó a cabo una colonización sin colonos. No llegaron grandes contingentes de trabajadores. Los colonos eran más bien señores feudales que venían a dirigir el trabajo de los indígenas.

El objetivo de obtener la mayor cantidad posible de metálico se llevó a cabo de dos maneras. Primero, por la vía impositiva. Segundo, a través del intercambio comercial. Este, además de estar fuertemente regulado, debía ser monopolizado para asegurar el flujo de metálico hacia la metrópoli.

Las restricciones legislativas, la prohibición del comercio entre las colonias y con otros países, y el sistema monopólico de flotas y galeones, sumado a las licencias internas y los controles sobre la actividad mercantil, tuvieron como consecuencia inevitable el contrabando, que no sólo llevaban a cabo potencias como Inglaterra y Holanda, sino también particulares como la Compañía Holandesa de las Indias Orientales.

La Corona británica no apoyó ni financió los intentos de colonización en América, que fueron sostenidos por particulares. El fracaso de los primeros intentos individuales abrió el camino a las sociedades por acciones, como la Compañía de Londres y la de Plymouth. Estas tenían derecho al dominio absoluto sobre las riquezas naturales y la imposición de gravámenes de exportación e importación hasta cierto límite. A cambio, debían colonizar el país y tributar a la Corona un quinto del oro y la plata que obtuvieran.

Muchos ingleses vendían su libertad por el plazo de tres a siete años a alguna compañía a cambio del pasaje y la parcela de tierra en América. Transcurrido el plazo, obtenían la libertad y la propiedad de su parcela. Los colonos ingleses venían a desarrollar sueños y proyectos que no podían realizar en Inglaterra. Eran pobres sin recursos.

Traían consigo las instituciones no formales de Inglaterra, como la limitación del poder, la participación en los asuntos públicos mediante elecciones o reuniones, o la resistencia ante el abuso de autoridad.

Por la general, eran agricultores, artesanos, navegantes o industriales. Venían a vivir de los ingresos que obtuvieran en sus respectivos oficios. Hacia 1754, de los 1.3 millones de colonos, el 90% eran agricultores.

El contraste entre la colonización española y la británica es impactante :

1. Conquista pública versus colonización privada.

2. Imposición de una fe versus búsqueda de la libertad religiosa.

3. Inmigración de militares, nobles, sacerdotes y burócratas versus inmigración de agricultores y comerciantes.

4. Inmigración predominantemente masculina versus inmigración de familias.

5. Administración centralizada versus autonomía de las colonias.

6. Fuerte rol de la Corona en pos de la obtención de la renta minera versus escasa injerencia del gobierno.

( Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2003, Pag. 59-78 )


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