May 11, 2007
Paradojas panameñas
( Reproduzco este artículo que me publicó el diario local La Prensa el pasado
4 de mayo)
Muchos comentaristas suelen decir que Panamá es “el” país de las maravillas. Yo no me atrevo a tanto. En mis correrías por Internet he visto en otros países cosas más absurdas y contradictorias que las que se dan en Panamá. Así que yo lo dejo en que es “un” país de maravillas. Uno de los elementos más notables es la abundancia de paradojas, de las que señalo algunas.
Primera : Panamá es un paraíso del neoliberalismo salvaje. Sin embargo, el Estado gasta el 40% del PIB y tiene una deuda de 140% del presupuesto estatal anual.
Segunda : Todo el mundo sabe que la pobreza en Panamá se debe al sistema neoliberal. No obstante, en 1972, en el apogeo del estatismo torrijista, el porcentajes de pobres, según estudios de las Naciones unidas, era 39%, más o menos el mismo que hoy día. Y, qué casualidad, las áreas más pobres son precisamente las más alejadas del tal sistema neoliberal.
Tercera : Los mismos que consideran como un gran logro el sistema de comarcas indígenas en Panamá, luego se quejan de la pobreza, que es una consecuencia casi inevitable de dicho sistema.
Cuarta : Cuando ciertos dirigentes sindicales, que nunca estaban satisfechos con las conquistas arrancadas a la Chirilanco, se convirtieron a su vez en empresarios, o en algo parecido, ofrecieron a sus trabajadores el 50% del salario que ganaban antes.
Quinta : Un diputado, con tenacidad digna de mejor suerte, insiste en que en Panamá hay demasiadas armas en la calle. ¿Qué propone? Hacer todo lo difícil que se pueda la posesión legal de armas. El problema es que las armas de la calle no son las legales sino las ilegales. Pero ya que eliminar las segundas es muy difícil, por no decir imposible, concentremos nuestros esfuerzos en las primeras. De todos modos, hay que hacer algo.
Sexta : Hay ciertos individuos, algunos bastantes conocidos, cuyos ingresos los sitúan dentro del 10% de mayores ingresos en Panamá. No obstante, parece que esto no impide que pertenezcan a las clases populares.
Séptima : Conozco a un dirigente sindical que pondría el grito en el cielo, y con toda razón, si el Presidente Torrijos se inmiscuyera en la vida interna de los sindicatos. Esto no le impidió defender a Chávez cuando hace años intentó reemplazar a varios dirigentes sindicales venezolanos.
Octava : Tanto la Caja de Seguro Social como el Ministerio de Salud, especialmente la primera, han demostrado una notable ineficiencia en llenar las necesidades de salud de los ciudadanos. Sin embargo, parece que si los fusionamos, puede resultar una organización altamente eficiente.
Lo que no veo es cómo podemos eludir el principio del Dr. Laurence Peter que dice : “incompetencia más incompetencia es igual a incompetencia”.
Novena : Todo el mundo está de acuerdo en que nuestras escuelas públicas son, en el mejor de los casos, mediocres. Sin embargo, cuando meses atrás los educadores pedían un aumento mensual de $195, todos decían que merecían eso y más. Yo no puedo reconciliar ambas tesis sino asumiendo que los educadores no tienen nada que ver con la calidad de la educación, lo que parece evidentemente absurdo.
Décima : Ciertos personajes y agrupaciones se oponen a un aumento de penas para ciertos delitos argumentando que dicho aumento no resolvería el problema de la delincuencia. Pero no llevan su argumento a su consecuencia lógica. Como las penas vigentes tampoco han resuelto el problema, deberían ser eliminadas.
Undécima : Si varias empresas se ponen de acuerdo en los precios de venta, es una violación de la libre competencia. Si los abogados se ponen de acuerdo en las tarifas que cobran por sus servicios, no pasa nada. Y si alguno cobra menos de lo estipulado, es que no tiene ética profesional.
Duodécima : Todo el mundo dice que en Panamá las leyes no se cumplen. Esto no impide que constantemente se reclamen nuevas leyes, para las que seguro no habrá presupuesto, y que nadie las hará cumplir. Y ya que estamos en asuntos de leyes , hay una queja general sobre la lentitud en la administración de justicia, pero parece que nadie mueve un dedo para que se asignen los recursos necesarios.
Decimotercera : Los que dicen que saben, nos comunican que las generadoras hidráulicas tienen una tasa de retorno entre 60% y 80%. Si esto es cierto, ¿cómo se explica que no se establezcan más compañías?
( Reproduzco este artículo que me publicó el diario local La Prensa el pasado
4 de mayo)
Muchos comentaristas suelen decir que Panamá es “el” país de las maravillas. Yo no me atrevo a tanto. En mis correrías por Internet he visto en otros países cosas más absurdas y contradictorias que las que se dan en Panamá. Así que yo lo dejo en que es “un” país de maravillas. Uno de los elementos más notables es la abundancia de paradojas, de las que señalo algunas.
Primera : Panamá es un paraíso del neoliberalismo salvaje. Sin embargo, el Estado gasta el 40% del PIB y tiene una deuda de 140% del presupuesto estatal anual.
Segunda : Todo el mundo sabe que la pobreza en Panamá se debe al sistema neoliberal. No obstante, en 1972, en el apogeo del estatismo torrijista, el porcentajes de pobres, según estudios de las Naciones unidas, era 39%, más o menos el mismo que hoy día. Y, qué casualidad, las áreas más pobres son precisamente las más alejadas del tal sistema neoliberal.
Tercera : Los mismos que consideran como un gran logro el sistema de comarcas indígenas en Panamá, luego se quejan de la pobreza, que es una consecuencia casi inevitable de dicho sistema.
Cuarta : Cuando ciertos dirigentes sindicales, que nunca estaban satisfechos con las conquistas arrancadas a la Chirilanco, se convirtieron a su vez en empresarios, o en algo parecido, ofrecieron a sus trabajadores el 50% del salario que ganaban antes.
Quinta : Un diputado, con tenacidad digna de mejor suerte, insiste en que en Panamá hay demasiadas armas en la calle. ¿Qué propone? Hacer todo lo difícil que se pueda la posesión legal de armas. El problema es que las armas de la calle no son las legales sino las ilegales. Pero ya que eliminar las segundas es muy difícil, por no decir imposible, concentremos nuestros esfuerzos en las primeras. De todos modos, hay que hacer algo.
Sexta : Hay ciertos individuos, algunos bastantes conocidos, cuyos ingresos los sitúan dentro del 10% de mayores ingresos en Panamá. No obstante, parece que esto no impide que pertenezcan a las clases populares.
Séptima : Conozco a un dirigente sindical que pondría el grito en el cielo, y con toda razón, si el Presidente Torrijos se inmiscuyera en la vida interna de los sindicatos. Esto no le impidió defender a Chávez cuando hace años intentó reemplazar a varios dirigentes sindicales venezolanos.
Octava : Tanto la Caja de Seguro Social como el Ministerio de Salud, especialmente la primera, han demostrado una notable ineficiencia en llenar las necesidades de salud de los ciudadanos. Sin embargo, parece que si los fusionamos, puede resultar una organización altamente eficiente.
Lo que no veo es cómo podemos eludir el principio del Dr. Laurence Peter que dice : “incompetencia más incompetencia es igual a incompetencia”.
Novena : Todo el mundo está de acuerdo en que nuestras escuelas públicas son, en el mejor de los casos, mediocres. Sin embargo, cuando meses atrás los educadores pedían un aumento mensual de $195, todos decían que merecían eso y más. Yo no puedo reconciliar ambas tesis sino asumiendo que los educadores no tienen nada que ver con la calidad de la educación, lo que parece evidentemente absurdo.
Décima : Ciertos personajes y agrupaciones se oponen a un aumento de penas para ciertos delitos argumentando que dicho aumento no resolvería el problema de la delincuencia. Pero no llevan su argumento a su consecuencia lógica. Como las penas vigentes tampoco han resuelto el problema, deberían ser eliminadas.
Undécima : Si varias empresas se ponen de acuerdo en los precios de venta, es una violación de la libre competencia. Si los abogados se ponen de acuerdo en las tarifas que cobran por sus servicios, no pasa nada. Y si alguno cobra menos de lo estipulado, es que no tiene ética profesional.
Duodécima : Todo el mundo dice que en Panamá las leyes no se cumplen. Esto no impide que constantemente se reclamen nuevas leyes, para las que seguro no habrá presupuesto, y que nadie las hará cumplir. Y ya que estamos en asuntos de leyes , hay una queja general sobre la lentitud en la administración de justicia, pero parece que nadie mueve un dedo para que se asignen los recursos necesarios.
Decimotercera : Los que dicen que saben, nos comunican que las generadoras hidráulicas tienen una tasa de retorno entre 60% y 80%. Si esto es cierto, ¿cómo se explica que no se establezcan más compañías?