June 10, 2007

 
Las perversas reglas de juego en América Latina, Por Guillermo M. Yeatts

( Resumen del capítulo VI “El espíritu rentista de la reforma económica de los 90” )

Las reformas fueron precedidas por agudos procesos inflacionarios o gran endeudamiento externo. La gravedad de las condiciones iniciales no permitió procesos “atenuados” o la previsión del impacto sobre los sectores más “desprotegidos”, lo que generó resistencia entre los “perdedores”.

En los casos de hiperinflación las reformas obtuvieron respaldos electorales significativos, como en Argentina, Brasil y Perú.

Según Juan Carlos Casas, la deuda de largo plazo de los países latinoamericanos creció 6.5 veces entre 1970 y 1982. Los intereses eran muy bajos, de 4%, en los 70, mientras que llegaron a 20% en los 80. En muchos casos la deuda se dedicó a financiar gastos corrientes o inversiones muy poco rentables.

La insolvencia fiscal se manifestó también en el uso de la emisión monetaria como fuente de financiamiento. En Argentina, entre 1982-1985 representó 61 de cada 100 pesos recaudados, y en 1989 46 de cada 100.

Las reformas tuvieron varias características comunes :

1. Factores catalizadores : Crisis de la deuda o hiperinflación.

2. Objetivos fiscales y rentistas : El principal objetivo de los gobiernos fue reconstituir las fuentes de financiación. Por ejemplo, en los procesos de privatización los gobiernos maximizaban rentas entregando concesiones monopólicas, mientras que los grupos de interés se aseguraban un mercado cautivo.

3. Gasto público : No se redujo. Los gastos en “servicios económicos” (empresas públicas) fueron sustituidos por gastos sociales.

4. Regulaciones : En muchos casos, la reducción de regulaciones a nivel nacional se compensó con un aumento de las mismas a nivel estatal y municipal.

5. Utilización de mecanismos antijurídicos : Entre ellos se dieron confiscaciones de depósitos, aumentos de salarios por decreto, controles de precios y salarios, y desviaciones institucionales relativas a los poderes judicial y legislativo.

6. Atenuación del ritmo de las reformas : Los primeros pasos fueron rápidos. Las privatizaciones atrajeron capitales, la apertura frenó los precios y las reformas fiscales reconstituyeron las fuentes de ingresos. Pero las reformas se frenaron cuando había que enfrentar a los sindicatos, el sistema político, la educación, la salud, el sistema judicial y la seguridad.

Una forma de observar la profundidad de las reformas es a través del índice de libertad económica, elaborado por el Fraser Institute. Entre 1975 y 1995 Brasil, México y Venezuela no tuvieron ninguna mejora, mientras que Argentina, Chile y Perú fueron los que más avanzaron.

Con frecuencia se califica a las reformas de los 90 como neoliberales. Ni son nuevas ni liberales. El liberalismo implica un Estado reducido y limitado, bajos impuestos, cumplimiento de los contratos, respeto a la propiedad privada y la iniciativa individual, división e independencia de los poderes, y descentralización de funciones.

Sin embargo, en las reformas encontramos lo siguiente :

1. Gobiernos ilimitados en sus funciones.
2. Monopolios en los servicios concesionados por el Estado.
3. Comercio administrado en vez de libre comercio.
4. Sistemas previsionales de reparto.
5. Políticas activas para sectores industriales.
6. Privilegios legales para sindicatos.
7. Regímenes especiales para los gremios más poderosos.
8. Sistemas impositivos asfixiantes.
9. Aranceles proteccionistas.
10. Manipulación del tipo de cambio.
11. Vulneración de la división de poderes.

Los procesos de reforma fueron acompañados por un continuo aumento en el gasto público. Durante décadas, los analistas alertaban sobre los perjuicios del déficit fiscal, pero no sobre la magnitud del gasto público. Sin embargo, trabajos más recientes muestran que la cuantía del gasto público no es neutral. Incluso sin déficit, un nivel alto de gasto público provoca desequilibrios en la balanza de pagos y distorsiones en el sistema productivo.

Armando Ribas explica que cuanto mayor es el gasto público y menor su eficiencia, menor es la productividad el sector no-estatal. Puede decirse que a partir de cierto nivel de gasto público la generación de riqueza puede llegar a ser negativa. Ya Juan Bautista Alberdi advertía : “Hasta aquí, el peor enemigo de la riqueza del país ha sido la riqueza del fisco. Después de ser máquinas del fisco español, hemos pasado a serlo del fisco nacional. He ahí toda la diferencia”.

La reforma económica mantuvo intactos los aspectos institucionales básicos del Estado. Los gobiernos siguen siendo los principales protagonistas de la vida económica. El elevado nivel del gasto público, la multiplicidad de funciones, el amplio poder regulador y la intromisión en el mercado siguen vigentes. Por su parte, la injerencia de los gobiernos en el poder judicial ha impedido que este último juegue su papel.

Douglass North afirma que las instituciones cambian de un modo incremental, no de un modo discontinuo. Aunque las normas formales puedan cambiar de la noche a la mañana, las costumbres, tradiciones y códigos de conducta son mucho más resistentes a los cambios deliberados. Estas limitaciones culturales no sólo conectan el pasado con el presente y el futuro, sino que nos proporcionan una clave para explicar la senda del cambio histórico.

( Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2003, Pag. 133-159 )

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