August 06, 2007

 
Libros: Memorias, Por Jean- Francois Revel

Detalles: Gota a gota, 2007, 672 páginas

Comentario por : Miguel Angel Violán

( Hace años que estaba esperando la traducción de las Memorias de Revel y ya había perdido la esperanza. Había tomado la decisión de comprar el libro en francés. Yo estudié francés en la Secundaria y me defendía bastante bien. Luego aprendí inglés por razones de trabajo y fui olvidando el francés, aunque no del todo. Hace unas cuatro semanas me enteré de la publicación del libro en español. Sin más, los dejo con el comentario de Violán, que se me antoja muy reveliano. Salud. )

Acido, fulgurante y sin cortarse un pelo. Así son las memorias del pensador francés Jean-Francois Revel, fallecido en 2006, aparecidas bajo el título “El ladrón en la casa vacía”.

Fiel a su estilo, el ensayista galo no deja títere con cabeza, muestra también sus errores y transpira el espíritu rebelde con el que se ganó tantos enemigos...y mi profunda admiración.
Nunca me cansaré de repetir lo mucho que me influyó la lectura del ensayo "El conocimiento inútil". En este libro Revel ponía en evidencia una gran paradoja: nunca habíamos tenido tantas vías de acceso a la cultura y, sin embargo, nunca habíamos cometido errores de percepción tan clamorosos sobre la realidad del mundo.

Las diatribas de Revel iban dirigidas en buena parte a la casta de intocables que desde Occidente entronizaron el marxismo-leninismo y fueron incapaces de darse cuenta de la monstruosa realidad del sistema.

Revel ha nadado muchos años contra corriente y eso merece mi admiración. Mientras los profesores universitarios de mi época le negaban el pan y la sal, él arremetía contra el papanatismo ideológico, la falta de solidez de muchos pretendidos dirigentes de izquierda y la miseria moral de los autobautizados movimientos progresistas.

Revel fue para mí una lectura balsámica en los años ochenta, por cuanto muchas de las cosas que él denunciaba yo las había sufrido en mi propia carne: amigos que te abandonan por una discusión política, profesores que te suspenden por contravenir los apuntes oficiales de la materia...Esa terrible sensación de que el peor sacrilegio era tener...ideas propias.

En sus memorias Revel rememora cómo le estigmatizaban aquellos profesores jesuitas de su juventud por salirse de las opiniones oficiales, por indagar por su cuenta. En definitiva, por ejercer la libertad intelectual con todas sus consecuencias.

Por otro lado, el estilo literario de Revel es vigoroso, cáustico, propenso a la metáfora contundente...y no se casa con nadie. Ni con él mismo.

Si bien se intuye un ego fuerte detrás del personaje, se desprende por encima de todo un gran aire de libertad personal. De pensar a su manera.

Por otro lado, revela su gran amor por la cultura. Nos explica sus estratagemas para simular gripes que le permitieran quedarse en la cama...leyendo. Su devoción por los clásicos. Y su profundo agradecimiento a aquellos profesores que ejercieron como maestros y no como comisarios del pensamiento.

Chapeau, señor Revel, donde quiera que esté.

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