September 05, 2007
Murray Rothbard : Impuestos a los ingresos
1. Impuesto general a las ventas
La incidencia del impuesto se refiere a quién carga con el impuesto en el largo plazo; este puede ser diferente del que parece ser afectado inmediatamente.
En contra de las creencias populares, y de la teoría económica más extendida, Rothbard defiende que ningún impuesto puede ser traspasado hacia adelante. Incluso en el caso del impuesto general a las ventas, no es cierto que los minoristas puedan “traspasar” el impuesto en la forma de precios más altos. Si tuvieran este poder, ¿por qué esperar al impuesto? Ellos permanecen en el mercado pasando el impuesto hacia atrás. Por tanto, los impuestos a las ventas son en última instancias impuestos al ingreso.
No obstante lo anterior, el impuesto puede hacer que el precio de venta suba porque algunos productores y vendedores queden fuera del mercado.
(Nota : Confieso que los argumentos de MR no terminan de convencerme; es cierto que el impuesto de ventas no aumenta el precio automática y directamente, pero puede hacerlo indirectamente en muchos casos)
2. Impuesto al consumo
Este impuesto distorsiona la asignación de recursos moviendo la demanda de los consumidores a los políticos, y también porque sólo se aplica a algunos bienes específicos. En última instancia estos impuestos son impuestos a los ingresos y no al consumo.
3. Efectos generales del impuesto al ingreso
Este impuesto reduce la utilidad de los contribuyentes, y generalmente es un contraincentivo para la generación de ingreso. Incluso si alguien termina trabajando más horas para contrarrestar el impuesto, todavía tenemos una pérdida de utilidad.
Los impuestos al ingreso pueden aumentar indirectamente las ratas de preferencia temporal al reducir el ingreso general. También fomentan el trabajo “escondido” y por tanto distorsionan la división del trabajo. En realidad, no es peor perjudicar el ahorro que perjudicar el consumo.
4. Formas particulares de impuesto al ingreso
a. Salarios
Los impuestos sobre el salario no pueden ser trasladados al empleador. De hecho, sucede lo contrario. La contribución del empleador a la Seguridad Social se deduce en última instancia del salario del empleado.
b. Ganancias corporativas
Ejemplo típico de “doble imposición”. Esto incentiva a los accionistas a mantener ganancias no distribuidas, lo que distorsiona el flujo de fondos. (Nota : Supongo que la doble imposición se da en el impuesto sobre los dividendos)
c. Ganancias “extraordinarias”
Penalización directa contra los empresarios exitosos.
d. Problema de las ganancias de capital
Si se desea la inalcanzable meta de la imposición uniforme, habría que ajustar las ganancias de capital por el efecto de la inflación.
e. ¿Es posible un impuesto al consumo?
Las propuestas, como la de Irving Fisher, para poner un impuesto directo al consumo, se convierten en esencia en un impuesto al ingreso, aunque a una tasa menor. Este impuesto no favorece el ahorro, ya que el objetivo del ahorro es consumir en el futuro, y el impuesto estará vigente en dicho futuro.
(Power & Market, Sheed Andrews & McMeel, 1977, Pag. 88-111)
1. Impuesto general a las ventas
La incidencia del impuesto se refiere a quién carga con el impuesto en el largo plazo; este puede ser diferente del que parece ser afectado inmediatamente.
En contra de las creencias populares, y de la teoría económica más extendida, Rothbard defiende que ningún impuesto puede ser traspasado hacia adelante. Incluso en el caso del impuesto general a las ventas, no es cierto que los minoristas puedan “traspasar” el impuesto en la forma de precios más altos. Si tuvieran este poder, ¿por qué esperar al impuesto? Ellos permanecen en el mercado pasando el impuesto hacia atrás. Por tanto, los impuestos a las ventas son en última instancias impuestos al ingreso.
No obstante lo anterior, el impuesto puede hacer que el precio de venta suba porque algunos productores y vendedores queden fuera del mercado.
(Nota : Confieso que los argumentos de MR no terminan de convencerme; es cierto que el impuesto de ventas no aumenta el precio automática y directamente, pero puede hacerlo indirectamente en muchos casos)
2. Impuesto al consumo
Este impuesto distorsiona la asignación de recursos moviendo la demanda de los consumidores a los políticos, y también porque sólo se aplica a algunos bienes específicos. En última instancia estos impuestos son impuestos a los ingresos y no al consumo.
3. Efectos generales del impuesto al ingreso
Este impuesto reduce la utilidad de los contribuyentes, y generalmente es un contraincentivo para la generación de ingreso. Incluso si alguien termina trabajando más horas para contrarrestar el impuesto, todavía tenemos una pérdida de utilidad.
Los impuestos al ingreso pueden aumentar indirectamente las ratas de preferencia temporal al reducir el ingreso general. También fomentan el trabajo “escondido” y por tanto distorsionan la división del trabajo. En realidad, no es peor perjudicar el ahorro que perjudicar el consumo.
4. Formas particulares de impuesto al ingreso
a. Salarios
Los impuestos sobre el salario no pueden ser trasladados al empleador. De hecho, sucede lo contrario. La contribución del empleador a la Seguridad Social se deduce en última instancia del salario del empleado.
b. Ganancias corporativas
Ejemplo típico de “doble imposición”. Esto incentiva a los accionistas a mantener ganancias no distribuidas, lo que distorsiona el flujo de fondos. (Nota : Supongo que la doble imposición se da en el impuesto sobre los dividendos)
c. Ganancias “extraordinarias”
Penalización directa contra los empresarios exitosos.
d. Problema de las ganancias de capital
Si se desea la inalcanzable meta de la imposición uniforme, habría que ajustar las ganancias de capital por el efecto de la inflación.
e. ¿Es posible un impuesto al consumo?
Las propuestas, como la de Irving Fisher, para poner un impuesto directo al consumo, se convierten en esencia en un impuesto al ingreso, aunque a una tasa menor. Este impuesto no favorece el ahorro, ya que el objetivo del ahorro es consumir en el futuro, y el impuesto estará vigente en dicho futuro.
(Power & Market, Sheed Andrews & McMeel, 1977, Pag. 88-111)