October 21, 2007

 
Auge y ocaso del ateísmo : Feuerbach, Marx, Freud

1. Feuerbach
Feuerbach desarrolló una gran reputación como pensador revolucionario. Esta reputación se basó particularmente en su libro “La esencia del cristianismo” (1841). Feuerbach arguyó que el cristianismo era esencialmente una ilusión.

Para Feuerbach, la filosofía de Hegel hizo posible demostrar que la humanidad invento la idea de Dios como consuelo y distracción de las penalidades del mundo. Dios era una creación humana. La mente humana, sin ser consciente de lo que hace, proyecta sus deseos y ansias de inmortalidad sobre una pantalla transcendente imaginaria, y da el nombre de “Dios “ a su propia creación.

Sin embargo, las personas religiosas no se dan cuenta de este hecho. Creen equivocadamente que lo que han creado existe independientemente de ellos. Lo cierto es que la religión no nos dice nada sobre Dios, y nos dice todo sobre nosotros mismos, nuestras esperanzas, miedos y ansias.

2. Marx
Marx y sus seguidores argumentaron que cada uno de los aspectos del pensamiento y la vida humana está determinado por los factores sociales y económicos. Las ideas y los valores están determinados por las realidades materiales de la vida. Las condiciones sociales y económicas de la gente determinan lo que la gente piensa. La idea de Dios es un intento humano para soportar las dificultades de la vida material y el dolor resultante de las privaciones sociales y económicas.

Si las condiciones sociales determinan el mundo de las ideas, la consecuencia es que el cambio de dichas condiciones tendrá un impacto fundamental sobre las ideologías resultantes.

La religión es una creación humana en respuesta a la alienación experimentada en el proceso de producción. Sus enseñanzas específicas no son particularmente relevantes, y no deben interesar mayormente al crítico de la religión.

Finalmente, Marx argumenta que cuando el comunismo logre crear un ambiente social y económico sin alienación, la necesidad que dio origen a la religión se desvanecerá, y por consiguiente se desvanecerá también el hambre espiritual.

3. Freud
Para Freud es natural que la humanidad no crea en Dios. Lo que requiere explicación es la religión, no el ateísmo.

En “El futuro de una ilusión” (1927) Freud afirma que las ideas religiosas son ilusiones, la satisfacción de las necesidades más antiguas, fuertes y urgentes de la humanidad. Las ilusiones no son engaños deliberados, son simplemente ideas que nacen del inconsciente humano en la medida que trata de llenar sus anhelos más profundos.

En “Totem y tabú” (1913) Freud declaró que la religión era una forma distorsionada de neurosis obsesiva. Según él, los elementos clave en todas las religiones son la veneración de una figura paterna, la fe en el poder de los espíritus, y la preocupación por los ritos. Freud fue muy influido por los escritos de W. Robertson Smith, quien decía que la esencia de la religión no es tanto creencias o doctrinas, sino ritos y cultos. Actualmente las explicaciones etnográficas de la religión se han abandonado como simplistas y reduccionistas.

Para Freud la religión es también una respuesta inmadura a la conciencia del desamparo, y una regresión a las experiencias de los cuidados paternales durante la niñez. La creencia en un Dios paternal es poco más que una ilusión infantil.

El concepto de Dios que tiene cada persona está determinado por su relación personal con su propio padre.

(Alister McGrath, The twilight of atheism, Pag. 48-78 )

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