October 14, 2007

 
Auge y ocaso del ateísmo : La revolución francesa

(Había planeado dedicar mi semana sabática a la lectura de “Retorno a Brideshead” de Evelyn Waugh. Sin embargo, me llegó un pedido de libros que había hecho a Bookcloseouts, un librero que vende en Internet a precios realmente bajos. Me llamó la atención especialmente uno titulado “The twilight of atheism : the rise and fall of disbelief in the modern world”. Total que conmencé hojeándolo y terminé dedicando la semana a su lectura. Me pareció sumamente interesante , muy bien escrito y equilibrado. Su autor, Alister McGrath, ha sido ateo y creyente, así que comprende bien ambas posiciones. Por mi parte, lo que voy a hacer es resumir los capítulos principales del libro. Espero que les sea provechoso)


La revolución francesa de 1789 es un evento que señala el auge del ateísmo en occidente. La sabiduría convencional de la época era sencilla : eliminemos a Dios, y aparecerá un nuevo futuro.

La revolución tiene que ver con la creciente insatisfacción de las clases medias con la monarquía, así como con la iglesia que la apoyaba.

Los filósofos franceses del siglo XVIII no deben ser calificados como ateos sino como deístas, es decir, partidarios de una idea filosófica de Dios basada en la razón y la naturaleza, no en la doctrina cristiana.

Diderot, Rousseau y Voltaire fueron deístas. Por ejemplo, Voltaire defendió la existencia de un ser supremo, conocido a través de la reflexión sobre el mundo natural, y que ha sido secuestrado por las diferentes religiones. Voltaire despreciaba tanto al ateísmo como al catolicismo francés.

El ateísmo del periodo se encuentra en los escritos de La Mettrie, Holbach y Helvétius. Por ejemplo, según el “Sistema de la naturaleza” de Holbach, cualquier intento de comprender la naturaleza debe basarse sobre la razón y la experiencia. Resulta claro que no hay razón para presentar a Dios para explicar el orden de la naturaleza. Mientras que Isaac Newton (1642-1727) había argumentado que la regularidad de los movimientos planetarios era una evidencia del diseño y gobierno divinos del universo, Holbach argumentó que podían explicarse en términos puramente materialistas.

La aplicación rigurosa del método científico debería llevar al ateísmo. La ciencia libera a la humanidad de las falsas ideas sobre los poderes sobrenaturales. La ignorancia sobre la naturaleza dio origen a la idea de Dios, y el conocimiento de la naturaleza permite a la humanidad destruir esa idea.

Por su parte, La Mettrie, en “El hombre máquina” defiende la tesis de que la felicidad humana depende del triunfo del ateísmo, el cual liberará a la humanidad de la tiranía, la guerra y la opresión, todas las cuales tienen raíces religiosas.

En los años previos a la revolución, había un gran entusiasmo por introducir reformas, y un gran optimismo respecto al futuro. Uno de los aspectos más interesantes de la revolución es que algunos eclesiásticos franceses llegaron a considerarla como una oportunidad enviada por Dios para reformar los elementos defectuosos de su institución.

Desde el clásico libro de Jules Michelet, “Historia de la revolución francesa” (1847), se distinguen dos periodos. Para Michelet, el periodo positivo (1789-1792) logró la eliminación de la tiranía y el establecimiento de la igualdad ante la ley. El periodo negativo comenzó en 1793 con el dominio de los Jacobinos, lo que trajo el reino del terror.

No hay duda de que gran parte de la iglesia fue hostil a la revolución. La intolerancia religiosa que dominó incluso en el primer periodo alienó a muchos católicos, sobre todo en las áreas rurales. La nacionalización de las propiedades eclesiásticas fue condenada por el Papa. La disposición de que los miembros del clero debían ser aprobados previamente por el gobierno fue considerada ofensiva. Era bastante natural que los católicos se situaran contra la revolución.

Bajo el denominado reino del terror se ejerció una violencia extrema contra eclesiásticos y católicos en general. Probablemente el episodio más significativo es el de las masacres de La Vendeé, en 1794, dirigidas por el general Turreau.

A lo largo del periodo 1790-95 Francia se transformó, de una monarquía constitucional en la que la iglesia tenía un rol, a una república aparentemente atea en la que los únicos dioses reconocidos eran los ideales de la revolución.

En septiembre de 1792 se instituyó un nuevo calendario, en el que dicho año era el año 1, y en el que se cambiaron los nombres de los meses. Otra medida, de mayor importancia, fue la designación del Panteón como el templo dedicado a los nuevos dioses, como razón, libertad y fraternidad. Los restos de Voltaire fueron trasladados al Panteón en 1791. Ingresar al Panteón era el equivalente secular de la canonización católica.

La revolución francesa fue a la vez inspiradora y represiva. El mismo movimiento que apelaba a la naturaleza y a la razón, terminó utilizando la violencia sistemática para dominar a quienes no estaban de acuerdo. El movimiento que produjo la “Declaración de los derechos del hombre” también produjo el “Reino del terror”.

La nueva religión de la humanidad copió las virtudes y vicios del catolicismo que quería reemplazar. Podía tener un nuevo Dios y nuevos santos. Pero también una nueva inquisición y su propia guerra de religión. En una década, la república francesa se agotó, y llegó Napoleón para hacerse con el poder.

( Alister McGrath, The twilight of atheism, Pag. 21-47 )

Comments: Post a Comment

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?