October 15, 2007
Comentario : Intelectuales
Hojeando el último catálogo de Laissez-Faire Books me llama la atención uno titulado “Common Genius” por Bill Greene. El catálogo sintetiza el contenido del libro en esta forma:
“Cuando las personas comunes son libres para ser creativas y productivas, las sociedades prosperan. No se requiere nada más. ¿Y qué pasa en la decadencia de dichas sociedades? El autor encuentra que, invariablemente, el ascenso de una clase intelectual, que critica lo que la gente común ha creado, trae la decadencia. Bill Greene lleva al lector en un fascinante viaje a través de la historia, examinando las sociedades que crearon prosperidad, desde los fenicios hasta los Estados Unidos de hoy”.
Ciertamente, ni la historia se explica por un solo factor ni todos los intelectuales son iguales. Pero con demasiada frecuencia muestran una serie de defectos cuyos resultados son ampliamente negativos para la sociedad. Comentaré algunos.
1. Tienden a despreciar a la gente común porque no leen muchos libros, o no van al teatro, o no ven las películas que ellos quieren. Aquí cabría recordar el dicho : “Todos somos ignorantes, aunque en diferentes materias”. Y también la sarcástica observación de Orwell : “Hay ideas tan absurdas que sólo pueden ser sostenidas por intelectuales; ninguna persona común podría ser tan estúpida”.
2. Suelen buscar las subvenciones estatales, e incluso llegan a defender su “derecho” a recibirlas porque, según ellos, esto beneficia a la comunidad. Por ejemplo, en España, muchos cineastas argumentan que sus películas son esenciales para el país. Sin ellas, España perdería su identidad. Curiosamente, menos del 5% de los españoles quieren ver cine español. Así que hay que obligarles por ley a ver lo que les conviene. Lamentablemente, no hay gobierno que les de una patada en salva sea la parte y los mande a ganarse la vida honradamente.
3. Con demasiada frecuencia, tratan de transferir su competencia en un área hacia otras que no tienen relación con la primera. Así, un novelista nos dará lecciones de economía, un lingüista de política, y un cineasta disertará sobre los palestinos. Y no es que la gente tenga que limitarse a su especialidad. Pero para escribir sobre otros temas tendrá que estudiarlos primero. No sé cuántos libros ha escrito Chomsky sobre lingüística, pero ha escrito más de 60 sobre temas políticos y económicos. Yo leí dos hace tiempo y me llamó la atención la cantidad de errores en los datos y la pobreza de sus razonamientos.
4. Finalmente, y para no abusar, comentaré su tendencia a defender tiranos y liberticidas en general, y a reservar sus críticas para las sociedades más libres. ¿Cómo se explica esto? Yo veo dos posibles explicaciones. Una es la de la perpetua “adolescencia” del intelectual, que disfruta irritando a la gente, o sea, a quienes ellos llaman “los filisteos”, que son todos los que no les ríen las gracias. La segunda explicación es más inquietante. Las sociedades libres no necesitan la labor del intelectual para justificarse porque sus benéficos resultados están a la vista. Pero los tiranos necesitan desesperadamente a los intelectuales para elaborar toda suerte de justificaciones. Así que los intelectuales son conscientes de que tienen un rol más importante en las tiranías que en los países libres. Y no olvidemos que a los intelectuales les encanta el poder.
Hojeando el último catálogo de Laissez-Faire Books me llama la atención uno titulado “Common Genius” por Bill Greene. El catálogo sintetiza el contenido del libro en esta forma:
“Cuando las personas comunes son libres para ser creativas y productivas, las sociedades prosperan. No se requiere nada más. ¿Y qué pasa en la decadencia de dichas sociedades? El autor encuentra que, invariablemente, el ascenso de una clase intelectual, que critica lo que la gente común ha creado, trae la decadencia. Bill Greene lleva al lector en un fascinante viaje a través de la historia, examinando las sociedades que crearon prosperidad, desde los fenicios hasta los Estados Unidos de hoy”.
Ciertamente, ni la historia se explica por un solo factor ni todos los intelectuales son iguales. Pero con demasiada frecuencia muestran una serie de defectos cuyos resultados son ampliamente negativos para la sociedad. Comentaré algunos.
1. Tienden a despreciar a la gente común porque no leen muchos libros, o no van al teatro, o no ven las películas que ellos quieren. Aquí cabría recordar el dicho : “Todos somos ignorantes, aunque en diferentes materias”. Y también la sarcástica observación de Orwell : “Hay ideas tan absurdas que sólo pueden ser sostenidas por intelectuales; ninguna persona común podría ser tan estúpida”.
2. Suelen buscar las subvenciones estatales, e incluso llegan a defender su “derecho” a recibirlas porque, según ellos, esto beneficia a la comunidad. Por ejemplo, en España, muchos cineastas argumentan que sus películas son esenciales para el país. Sin ellas, España perdería su identidad. Curiosamente, menos del 5% de los españoles quieren ver cine español. Así que hay que obligarles por ley a ver lo que les conviene. Lamentablemente, no hay gobierno que les de una patada en salva sea la parte y los mande a ganarse la vida honradamente.
3. Con demasiada frecuencia, tratan de transferir su competencia en un área hacia otras que no tienen relación con la primera. Así, un novelista nos dará lecciones de economía, un lingüista de política, y un cineasta disertará sobre los palestinos. Y no es que la gente tenga que limitarse a su especialidad. Pero para escribir sobre otros temas tendrá que estudiarlos primero. No sé cuántos libros ha escrito Chomsky sobre lingüística, pero ha escrito más de 60 sobre temas políticos y económicos. Yo leí dos hace tiempo y me llamó la atención la cantidad de errores en los datos y la pobreza de sus razonamientos.
4. Finalmente, y para no abusar, comentaré su tendencia a defender tiranos y liberticidas en general, y a reservar sus críticas para las sociedades más libres. ¿Cómo se explica esto? Yo veo dos posibles explicaciones. Una es la de la perpetua “adolescencia” del intelectual, que disfruta irritando a la gente, o sea, a quienes ellos llaman “los filisteos”, que son todos los que no les ríen las gracias. La segunda explicación es más inquietante. Las sociedades libres no necesitan la labor del intelectual para justificarse porque sus benéficos resultados están a la vista. Pero los tiranos necesitan desesperadamente a los intelectuales para elaborar toda suerte de justificaciones. Así que los intelectuales son conscientes de que tienen un rol más importante en las tiranías que en los países libres. Y no olvidemos que a los intelectuales les encanta el poder.
Comments:
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Hola Francisco.
Bueno, yo, como soy iconoclasta, creo que los "intelectuales" no me afectan mucho. Solo los impuestos que me quitan para mantenerlos.
Y me parece que la sociedades que tuvieron éxito bajo un modelo liberal, luego decayeron porque esas libertades no se garantizaron correctamente en la ley. Y esto sucedió porque no fue sino hasta que el imperio romano fundamentó la ley en el derecho que se empezaba a dar una base sólida para un marco legal.
Basaron equivocadamente la Ley en las creencias religiosas -por intereses políticos- y no en su esencia judicial, que es "el derecho individual organizado colectivamente para defenderse legalmente". Por supuesto que tampoco se puede culpar a nadie. Las consideraciones económicas del derecho no empezaron sino con los monges ecolasticos, hace unos 1100 años.
Pero como a la realidad no le importa la intención, el resultado de basar la Ley en los mitos religiosos la han deformado, y no solo la han hecho inestable sino que también débil.
Estoy seguro que si la Ley se fundamenta como debe ser, en el derecho individual, una sistema liberal debería durar mucho tiempo.
Bueno, yo, como soy iconoclasta, creo que los "intelectuales" no me afectan mucho. Solo los impuestos que me quitan para mantenerlos.
Y me parece que la sociedades que tuvieron éxito bajo un modelo liberal, luego decayeron porque esas libertades no se garantizaron correctamente en la ley. Y esto sucedió porque no fue sino hasta que el imperio romano fundamentó la ley en el derecho que se empezaba a dar una base sólida para un marco legal.
Basaron equivocadamente la Ley en las creencias religiosas -por intereses políticos- y no en su esencia judicial, que es "el derecho individual organizado colectivamente para defenderse legalmente". Por supuesto que tampoco se puede culpar a nadie. Las consideraciones económicas del derecho no empezaron sino con los monges ecolasticos, hace unos 1100 años.
Pero como a la realidad no le importa la intención, el resultado de basar la Ley en los mitos religiosos la han deformado, y no solo la han hecho inestable sino que también débil.
Estoy seguro que si la Ley se fundamenta como debe ser, en el derecho individual, una sistema liberal debería durar mucho tiempo.
Buen análisis Francisco.
Una sociedad que está todavía en sus etapas tempranas de ascenso y crecimiento, como la norteamericana durante el S. XVII, no puede aún costear demasiados intelectuales. En esas etapas tempranas aún la sociedad no es lo suficientemente rica para ello, y requiere gente dedicada a producción de cosas y servicios más mundanos.
Es irónico entonces, que es precisamente el continuado crecimiento y expansión económica de una sociedad, lo que permite costear una clase intelectual, y sin embargo es esta misma clase intelectual la que comienza a petardear al sistema que los hace posibles. Sólo una sociedad rica puede costear el lujo de tener tanta gente en universidades pasando todo el día pensando y "filosofando", y qué cosa que sea esa misma gente intelectual la que ataca al sistema que les permite dedicarse a filosofar.
En el magnum opus de Tolkien, El Señor de Los Anillos, el personaje de Saruman El Blanco, representa muy bien al intelectual. Es, en efecto, un hombre sabio. Pero al primer atisbo del Poder (Sauron), Saruman se pliega completamente al Señor Oscuro.
Y es de notar cómo Saruman siente un desprecio enorme por todo lo mundano, todo lo que es común. Desprecia a los hobbits precisamente por eso. Es el elitismo de los intelectuales.
Una sociedad que está todavía en sus etapas tempranas de ascenso y crecimiento, como la norteamericana durante el S. XVII, no puede aún costear demasiados intelectuales. En esas etapas tempranas aún la sociedad no es lo suficientemente rica para ello, y requiere gente dedicada a producción de cosas y servicios más mundanos.
Es irónico entonces, que es precisamente el continuado crecimiento y expansión económica de una sociedad, lo que permite costear una clase intelectual, y sin embargo es esta misma clase intelectual la que comienza a petardear al sistema que los hace posibles. Sólo una sociedad rica puede costear el lujo de tener tanta gente en universidades pasando todo el día pensando y "filosofando", y qué cosa que sea esa misma gente intelectual la que ataca al sistema que les permite dedicarse a filosofar.
En el magnum opus de Tolkien, El Señor de Los Anillos, el personaje de Saruman El Blanco, representa muy bien al intelectual. Es, en efecto, un hombre sabio. Pero al primer atisbo del Poder (Sauron), Saruman se pliega completamente al Señor Oscuro.
Y es de notar cómo Saruman siente un desprecio enorme por todo lo mundano, todo lo que es común. Desprecia a los hobbits precisamente por eso. Es el elitismo de los intelectuales.
Rigo:Seguro que no te afectan directamente pero sí indirectamente.Me explico.En la generación y transmisión de las ideas tenemos,simplificando,tres grandes grupos:
1)Los creadores de ideas,que son básicamente los grandes intelectuales en las diferentes ramas.
2)Los intermediarios:think tanks,escritores vulgarizadores,profesores universitarios,cineastas,periodistas,comentaristas de radio y TV,bloggers,políticos,clérigos,etc.Algunos de ellos pueden ser a la vez intermediarios y creadores.
3)Los consumidores.
Creo que los liberales estamos bien en creadores,think tanks y bloggers,pero no en las otras categorías de intermediarios.Por eso los consumidores suelen ser estatistas y no liberales y los políticos imponen políticas estatistas que al final nos afectan de un modo o de otro.
Jaime Raúl:Me encanta cómo encuentras en las historias de Tolkien personajes representativos de los problemas actuales.Me has abierto una gran curiosidad por leerlo.
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1)Los creadores de ideas,que son básicamente los grandes intelectuales en las diferentes ramas.
2)Los intermediarios:think tanks,escritores vulgarizadores,profesores universitarios,cineastas,periodistas,comentaristas de radio y TV,bloggers,políticos,clérigos,etc.Algunos de ellos pueden ser a la vez intermediarios y creadores.
3)Los consumidores.
Creo que los liberales estamos bien en creadores,think tanks y bloggers,pero no en las otras categorías de intermediarios.Por eso los consumidores suelen ser estatistas y no liberales y los políticos imponen políticas estatistas que al final nos afectan de un modo o de otro.
Jaime Raúl:Me encanta cómo encuentras en las historias de Tolkien personajes representativos de los problemas actuales.Me has abierto una gran curiosidad por leerlo.
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