November 30, 2007

 
¿Servicios Públicos?

Por Ricardo Soto, de la Fundación Libertad de Panamá

( Artículo publicado recientemente en el diario La Prensa)

El paro médico de 48 horas se ha convertido en un paro indefinido. La situación es tan seria, que ha impedido que el presidente, Martín Torrijos, viaje a una reunión hemisférica a Chile.

La situación actual recuerda el dilema clásico del modelo de los servicios públicos. Se supone que el Estado destina recursos para subsidiar la prestación del servicio a personas de bajos recursos.
En la práctica, significa que el Estado tiene que crear una burocracia y un sistema paralelo de apoyo con suplidores privados que tiene que mantener. El problema principal de esta política es que al final la burocracia está formada por seres humanos, con sus defectos, intereses y aspiraciones personales, lo cual hace que a la larga la burocracia pase de convertirse en un medio a convertirse en un fin en sí, poniendo en segundo plano la prestación del servicio público a los asociados.

Mientras más vital sea este servicio, más sujeto está el Estado a las presiones de los integrantes de la burocracia que lo presta. En el caso de servicios públicos que son esenciales como la prestación de energía eléctrica en el antiguo IRHE o telecomunicaciones como el antiguo Intel, el Estado tiende a poner medidas de salvaguarda para evitar que un paro paralice la sociedad, y si es necesario actuar a la fuerza como sucedió durante intentos de golpe de Estado en 1988 y 1990.

Pero cuando un servicio público es importante, pero no tan importante que ponga en peligro la seguridad del Estado si se paraliza, la posibilidad de presiones por parte de la burocracia aumenta. Tal es el caso de los educadores y los médicos.

La interrupción por parte de éstos de la prestación del servicio no paraliza a la sociedad, pero tiene efectos a largo plazo sobre todas las personas que tienen que recurrir a la educación pública o a la salud estatal. Al mismo tiempo, no afecta directamente a la clase política que por lo general envía a sus hijos a escuelas privadas o usa clínicas u hospitales privados. Son la clase trabajadora y la clase media baja las que generalmente sufren las consecuencias de un paro en la prestación de estos servicios públicos.

El resultado es la perversión del principio de los servicios públicos, la burocracia estatal se convierte en el último fin, y el público, en un medio.

Por eso el actual modelo de financiamiento estatal directo a la prestación de servicios públicos debe ser cuestionado. Buscar un modelo en el cual el Estado subsidie directamente a los usuarios de los servicios públicos, los que puedan elegir libremente quién lo va a prestar, es lo mejor. De esa manera se evita tener una vasta y costosa burocracia de especialistas que conviertan a los asociados y usuarios en sus rehenes, como es la situación actual.

Toda burocracia tiende a perpetuarse y a velar por sus intereses grupales. Los médicos, los maestros en otros momentos, son seres humanos y no escapan a esta regla. Es el modelo el que debe discutirse. Convertir al usuario de los servicios públicos en el juez final de los estos, dándole la posibilidad de votar con los pies, si es necesario.

Para eso un sistema de vales o de seguro con opción de elegir a un proveedor de salud privado es fundamental. Eso es lo que debemos discutir.

Comments:
Igual que en Chile.
Sin embargo, todos hacen huelga,menos las FFAA, que también son funcionarios públicos. Acá en Chile, ni el más izquierdista quisiera darle el derecho a huelga que tiene el Ejército alemán.
 
La huelga ya está llegando al mes y no se vislumbra solución.Pero la gente no aprenderá la lección de que no conviene depender de servicios del gobierno.Afortunadamente tengo mi seguro privado.
 
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