December 14, 2007
Los altos costos de los subsidios
Por Yazmina Escobar D., de la Fundación Libertad de Panamá
( Artículo publicado en el Newsletter de la Fundación)
Por Yazmina Escobar D., de la Fundación Libertad de Panamá
( Artículo publicado en el Newsletter de la Fundación)
Varios estudios han demostrado que Panamá mantiene un sistema tributario complejo, contando dicha estructura con impuestos y tasas de baja recaudación, pero cuya vigencia implica el esfuerzo estatal de fiscalización y cobro.
Es por ello que en anteriores ocasiones he reiterado la necesidad de simplificar el sistema tributario, ya que contando con un sistema sencillo, es más alto el costo de evadir el fisco que el de hacer legítimamente los pagos, por lo que lograríamos incrementar la recaudación y daríamos un nuevo impulso a la inversión en el país, generando así nuevos contribuyentes.
Es una receta que debemos aplicar y que ha sido seguida con éxito por varios países que hoy encabezan las listas de competitividad y libertad económica, con altas tasas de capitalización para la población, mejorando así la calidad de vida de los ciudadanos, lo cual debe ser el propósito número uno de un gobierno.
Recientemente, la Organización Mundial del Comercio (OMC) realizó la primera evaluación al país desde su adhesión al organismo, y una de las observaciones realizadas se dirigió precisamente a una sección importante de nuestro sistema tributario: los aranceles de importación.
Estos fueron calificados como una estructura compleja con una fuerte progresividad arancelaria negativa, refiriéndose especialmente a sectores como el agrícola y ganadero, de los más beneficiados con estas medidas.Con esta declaración, la OMC coincide con la identificación de un problema ampliamente señalado y que debe ser resuelto, no por cumplir con el organismo internacional y su normativa, sino porque ello implica elevar la calidad de vida de los panameños, a través de una disminución en el costo de los productos.
Hemos de recordar que los aranceles de importación son tributos establecidos por el Estado, que buscan incrementar el precio de un producto proveniente del exterior logrando equilibrar su valor con el elevado precio de ciertos productos nacionales. De esta forma, aquel que compra un producto al que se le aplica un arancel de importación está subsidiando el sector protegido, siendo el sobrecosto producido por el arancel el monto del subsidio directo a la oferta.
En la canasta básica de alimentos tenemos una gran variedad de productos con un alto nivel de protección arancelaria, lo que provoca que el acceso a estos sea más costoso. Algunos ejemplos son: el arroz: 102%; pechuga sin deshuesar 272%; leche 66%-159%; sal de mesa 82%; tomate 15%-82%, entre otros.
Pero los sobreprecios que paga el consumidor no terminan aquí. Además de los aranceles de importación, Panamá cuenta con un subsidio cruzado que también tiene como destino el sector agropecuario. El origen del mismo es todo préstamo superior a los 5 mil dólares al cual se le carga un 1% sobre la tasa de préstamos del mercado. Ese 1% se destina al Fondo Especial de Compensación (Feci) que sirve de financiamiento para préstamos a interés preferencial para el sector agro y como patrimonio para el Banco de Desarrollo Agropecuario.
Este subsidio nació en 1974, con el nombre de Fondo Especial de Nivelación de Intereses y ha sido mantenido ininterrumpidamente, sufriendo cambios en su denominación y aumentos en el sobrecosto a los préstamos que tienen como destino este fondo.
A esto debemos sumar que el Estado continúa otorgando al sector agroexportador los certificados de abono tributario (CAT), los cuales han sido prorrogados por tercera vez como incentivo fiscal a los productores.
Las medidas mencionadas, cuyo objetivo es amparar económicamente a productores nacionales, logran al mismo tiempo encarecer el costo de la vida de 3 millones de panameños.Como se puede observar, es necesario realizar un estudio coherente de las medidas aplicadas por el Estado y simplificar completamente el sistema tributario, medida que ciertamente permitiría incrementar el nivel de las inversiones en Panamá, y con ello, garantizar un crecimiento sostenido porque las bases institucionales así lo permitirían.
Los subsidios en general otorgados en 2006 le costaron al contribuyente 16% de los ingresos de orden tributario y 20% de los ingresos de orden no tributario.Cuando el Gobierno Nacional haga frente a la presión de todos los sectores favorecidos por subsidios e incentivos, estas empresas se verán obligadas a cambiar dicha ayuda por mejorar la eficiencia empresarial y lograr la competitividad requerida en el mercado, situación que ha sido lograda en otros países que implementando estos cambios, pasaron de altos niveles de pobreza a la prosperidad económica.
Cuando adoptemos ese camino, podremos afirmar que en el país se empieza a vislumbrar un cambio total hacia la libertad comercial y el crecimiento sostenido de la economía.