December 07, 2007

 
Receta para revertir el ciclo inflacionario

Por Gaspar García de Paredes, Presidente del Sindicato de Industriales de Panamá

( Artículo publicado recientemente en el diario La Prensa)

En los últimos años hemos experimentado un ciclo inflacionario; los precios de muchos insumos y productos han aumentado en el mercado internacional. Lamentablemente es un problema cuya solución ni es fácil, ni es de rápida acción.

Aumentar los salarios no lo resuelve. Congelar los precios tampoco es la solución, pues desalentaría la oferta, puede conllevar al desabastecimiento y hasta a una oferta informal (mercado negro) con mayores costos.

El problema es que como país no hemos podido aumentar nuestro poder adquisitivo, "pari passu" con los aumentos que han experimentado los insumos que importamos. Relativamente las cosas nos parecen más caras, porque lo que importamos ha subido de precio, mientras que no hemos podido aumentar proporcionalmente lo que cobramos por nuestra producción de bienes o servicios.

Sin embargo, eso no es así para todos los sectores. Por ejemplo cualquier persona que se desempeña en la construcción está ganando mucho más que hace un par de años. A ellos los aumentos de los precios no les afectan (igual que al resto de los panameños).

La construcción experimenta una época de bonanza. Las propiedades se están vendiendo a los extranjeros a muy altos precios (para nosotros, no para ellos). Las empresas constructoras, para "aprovechar" ese auge contratan mano de obra mucho mejor pagada, pues no hay suficiente oferta laboral para atender todos los proyectos; pero más importante porque hay a quién vender lo construido a precios mayores también. Esto provoca un importante aumento de ingresos para quienes se desempeñan en este sector.

Pero esa no es la realidad de la agricultura, la industria, el sector público y otros sectores. Si todos fuesen obligados a aumentar la paga a sus colaboradores, se erosionaría más el poder adquisitivo del consumidor.

El aumento de costos supone retos y consecuencias. Ante estos la primera opción es buscar eficiencia y reducción de gastos; cuando la posibilidad de eso se agota hay que reinventarse, es decir, cambiar la actividad habitual por una en la que los ingresos permitan hacerle frente a los gastos.

Llevamos varios años en que los costos vienen aumentando (petróleo, electricidad, impuestos, insumos, etc.). La posibilidad de seguir mitigando alzas reduciendo ineficiencias es cada vez más difícil. Algunos que no consiguen cómo seguir aumentando eficiencias, optan por elevar sus precios de venta, a pesar de saber que eso les resta competitividad y reduce las ventas. Quienes resultan muy afectados por esas consecuencias se ven obligados a cerrar o cambiar de actividad.

Otros buscan reinventarse. La meta es incorporar mayor valor en su desempeño, producir más valor en igual unidad de tiempo. Esta misión resulta menos traumática si hay programas de capacitación del recurso humano, asesoramiento para el productor (o prestador de servicios) y de incentivos para facilitar las inversiones y el cambio tecnológico. Analicen lo que hizo Chile, por ejemplo, para cambiar exportaciones de uvas por vino (producto de mayor valor agregado).
Regresando a la construcción, vemos que todas las viviendas han sufrido aumento de costos, porque dichos aumentos obedecen a la gran demanda de materiales y mano de obra, provocada por la construcciones de un número de condominios poco antes visto.

Es algo parecido al efecto que están causando India y China en los mercados de granos, metales, derivados del petróleo, etc. El aumento del poder adquisitivo que han experimentado ambos países, que representan casi el 40% de la población mundial, disparó los precios del mercado internacional para una gran cantidad de insumos y productos que importa Panamá (igual que otros países). A esos chinos e indios que hoy tienen un ingreso mayor, los precios les resultan asequibles. En cambio, en los países en que no hemos logrado incorporar más valor agregado a nuestra oferta exportable y que no hemos elevado nuestra productividad, afrontamos el dilema de que las cosas lucen más caras (comparativamente a lo que nos parecían antes) pues no hemos podido aumentar nuestros ingresos proporcionalmente con los aumentos de los precios internacionales para esos insumos o productos que importamos.

Pero la solución al problema no está en aumentar los costos en Panamá; lo que necesitamos es recuperar el poder adquisitivo de todos los panameños. Tenemos que elevar la capacidad para producir más valor por hora; así como aumentar la incorporación de valor agregado a nuestra oferta exportable.

Podemos seguir tratando de parar el "sangrado" con "curitas", en vez de hacer la cirugía que se requiere. Las medidas de ahorro y eficiencia pueden menguar el trauma a corto plazo; pero mientras la "hemorragia" no sea sanada de raíz el problema regresará y con más fuerza.

Peor aún, y más lamentable, resulta que mientras nuestros "líderes" sigan alimentando falsas expectativas en cuanto a que el congelamiento de precios o los aumentos de salarios resolverán el problema, seguiremos más lejos de empezar a trabajar para resolver el problema con la responsabilidad y seriedad que el tema requiere.

Estoy seguro que todos entendemos que cuando las cuentas por pagar suben, nos toca trabajar y producir más que antes para pagarlas... ¡No hay otra! Si seguimos haciendo lo mismo, no podemos ganar más, nos quedamos rezagados respecto a quienes sí han aumentado su productividad y, en consecuencia, su poder adquisitivo. Es así de sencillo...

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