January 23, 2008
La sociedad postcapitalista : Trabajo, capital y futuro
Políticamente, la tarea no concluida de la sociedad postcapitalista será muy visible: la desaparición del trabajo como factor de producción, y la redefinición del papel y la función del capital tradicional.
Tanto en Estados unidos como en Japón, entre 1970 y 1990, la producción manufacturera se multiplicó por 2.5 pero sin embargo la población empleada se redujo. Ambas tendencias deben continuar en los próximos años.
Sin embargo la actitud en ambos países es totalmente distinta, y sus políticas también:
· En los Estados Unidos hay pesimismo por la decadencia de la industria fabril, cuya prosperidad se juzga en términos del empleo de mano de obra. Los estados, ciudades y municipios tratan desesperadamente de atraer industrias. Los empleos en manufactura se ven como un activo precioso.
· Lo que interesa a Japón es el aumento de la producción industrial. Las empresas japonesas están trasladando al exterior el trabajo manual en manufactura. Los empleos en manufactura se ven cada vez más como un pasivo.
Los japoneses sostienen que preocuparse por la “base industrial” es una necedad. Un país que tenga trabajadores de conocimiento para diseñar productos y comercializarlos no encontrará dificultad alguna para fabricar esos artículos con alta calidad y bajo costo. Fomentar el trabajo obrero manual de manufactura debilita una economía desarrollada. En un país desarrollado aún las personas que aprenden poco en la escuela representan una enorme inversión en educación. Si se emplean como mano de obra en las fábricas, esas personas devuelven a la sociedad y a la economía sólo un rendimiento muy pequeño, no más de 1% o 2%.
En los países desarrollados sería mucho más productivo que el dinero que se gasta en crear trabajo para obreros se dedicara más bien en avanzar la educación del país y asegurar así que los jóvenes aprendan lo suficiente para calificarse para realizar trabajo de conocimiento o, por lo menos, para trabajos de alto nivel en servicios.
Crear empleos tradicionales manufactureros, como están haciendo los estadounidenses, los ingleses y los europeos, es, en el mejor de los casos, un expediente de corta duración. En realidad, puede empeorar las cosas. La única política a largo plazo que promete buen éxito es que los países desarrollados conviertan la manufactura de basada en mano de obra a basada en conocimiento.
Nunca en la historia se habían dado concentraciones de capital como las que tienen hoy día en los países desarrollados los inversionistas institucionales, principalmente los fondos de pensiones. El mayor fondo de pensiones en los Estados Unidos tiene activos por 80,000 millones de dólares. Este es un hecho sin precedentes.
Los inversionistas institucionales, y en especial los fondos de pensiones, se están convirtiendo en las fuentes principales de capital en los países desarrollados.
Históricamente, Estados Unidos siempre tuvo la más baja concentración de poder financiero, al revés de lo que sucedió en Europa y Japón. Sin embargo, la forma tradicional en que se concentraba el poder financiero en Japón y Europa no sobrevivirá al surgimiento de los fondos de pensiones.
Los fondos de pensiones son un fenómeno curioso y hasta paradójico :
· Son inversionistas que controlan grandes concentraciones de capital. Pero ni los administradores ni sus propietarios son capitalistas. Este es un capitalismo sin capitalistas.
· El capitalismo de fondos de pensiones es también un capitalismo sin capital, ya que el dinero de estos fondos está constituido por sueldos diferidos.
( Peter Drucker, capítulo 3 del libro )
Políticamente, la tarea no concluida de la sociedad postcapitalista será muy visible: la desaparición del trabajo como factor de producción, y la redefinición del papel y la función del capital tradicional.
Tanto en Estados unidos como en Japón, entre 1970 y 1990, la producción manufacturera se multiplicó por 2.5 pero sin embargo la población empleada se redujo. Ambas tendencias deben continuar en los próximos años.
Sin embargo la actitud en ambos países es totalmente distinta, y sus políticas también:
· En los Estados Unidos hay pesimismo por la decadencia de la industria fabril, cuya prosperidad se juzga en términos del empleo de mano de obra. Los estados, ciudades y municipios tratan desesperadamente de atraer industrias. Los empleos en manufactura se ven como un activo precioso.
· Lo que interesa a Japón es el aumento de la producción industrial. Las empresas japonesas están trasladando al exterior el trabajo manual en manufactura. Los empleos en manufactura se ven cada vez más como un pasivo.
Los japoneses sostienen que preocuparse por la “base industrial” es una necedad. Un país que tenga trabajadores de conocimiento para diseñar productos y comercializarlos no encontrará dificultad alguna para fabricar esos artículos con alta calidad y bajo costo. Fomentar el trabajo obrero manual de manufactura debilita una economía desarrollada. En un país desarrollado aún las personas que aprenden poco en la escuela representan una enorme inversión en educación. Si se emplean como mano de obra en las fábricas, esas personas devuelven a la sociedad y a la economía sólo un rendimiento muy pequeño, no más de 1% o 2%.
En los países desarrollados sería mucho más productivo que el dinero que se gasta en crear trabajo para obreros se dedicara más bien en avanzar la educación del país y asegurar así que los jóvenes aprendan lo suficiente para calificarse para realizar trabajo de conocimiento o, por lo menos, para trabajos de alto nivel en servicios.
Crear empleos tradicionales manufactureros, como están haciendo los estadounidenses, los ingleses y los europeos, es, en el mejor de los casos, un expediente de corta duración. En realidad, puede empeorar las cosas. La única política a largo plazo que promete buen éxito es que los países desarrollados conviertan la manufactura de basada en mano de obra a basada en conocimiento.
Nunca en la historia se habían dado concentraciones de capital como las que tienen hoy día en los países desarrollados los inversionistas institucionales, principalmente los fondos de pensiones. El mayor fondo de pensiones en los Estados Unidos tiene activos por 80,000 millones de dólares. Este es un hecho sin precedentes.
Los inversionistas institucionales, y en especial los fondos de pensiones, se están convirtiendo en las fuentes principales de capital en los países desarrollados.
Históricamente, Estados Unidos siempre tuvo la más baja concentración de poder financiero, al revés de lo que sucedió en Europa y Japón. Sin embargo, la forma tradicional en que se concentraba el poder financiero en Japón y Europa no sobrevivirá al surgimiento de los fondos de pensiones.
Los fondos de pensiones son un fenómeno curioso y hasta paradójico :
· Son inversionistas que controlan grandes concentraciones de capital. Pero ni los administradores ni sus propietarios son capitalistas. Este es un capitalismo sin capitalistas.
· El capitalismo de fondos de pensiones es también un capitalismo sin capital, ya que el dinero de estos fondos está constituido por sueldos diferidos.
( Peter Drucker, capítulo 3 del libro )
Comments:
<< Home
Tengo el libro y lo leí hace ya varios años, pero definitivamente es un clásico.
Yo desde hace años llegué a la conclusión que para Panamá es una gran bendición no tener a la industria como parte importante de la economía.
Yo desde hace años llegué a la conclusión que para Panamá es una gran bendición no tener a la industria como parte importante de la economía.
Me da risa cuando Rolando Gordón,vicedecano de economía de la UP,repite que hay que incentivar la industria porque crea mucho empleo.Eso sí,nunca dice qué tipo de industrias pudieran tener éxito en Panamá.Me pregunto por qué no crea él alguna.
Post a Comment
<< Home