January 18, 2008
Más desigualdad, menos pobreza
Por John Bennett, de la Fundación Libertad de Panamá
( Artículo publicado recientemente en el diario El Panamá América)
Si hemos de atender el diario bombardeo mediático que vitupera la brecha entre ricos y pobres le estaremos haciendo un terrible disfavor a los pobres, pues tal como ha determinado un estudio del Banco de Desarrollo Asiático (ADB), la pobreza ha disminuido mucho más en aquellos países del Asia en donde las desigualdades han aumentado. Y tal como señala la revista The Economist, ¿Acaso importan las desigualdades mientras la pobreza disminuye? Al fin y al cabo, el objetivo no es hacer más pobres a los ricos, sino más ricos a los pobres.
Algunos piensan que quitándole a los ricos se puede beneficiar a los pobres; lo que debemos lograr es que más pobres aprendan los secretos de la producción de riqueza; particularmente en el corto plazo, mientras más personas y empresas invierten en el país, más senderos de salida de los bajos de la pobreza se abrirán. En todo caso, si vamos a disminuir la brecha, hagámoslo hacia arriba y no hacia abajo.
El otro grave error en que hemos caído es creer que aumentando impuestos, particularmente a la productividad, se auxilia a los más pobres. El objetivo de bajar los impuestos al rendimiento de las inversiones no es el de favorecer a los ricos sino a los pobres. No entendemos que la verdadera riqueza no es el dinero sino la capacidad de producir el dinero y que los pobres necesitan desesperadamente a más empresarios habilidosos, no menos.
Es imperativo entender que las inversiones dependen de un buen rendimiento y que en un mundo tan competitivo es esencial crear mejores condiciones para atraer inversiones, sean internas o externas.
Quienes más daño le han causado a los pobres son los socialistas que con gran habilidad populista vituperan el capitalismo al punto que han logrado hacer que en nuestro país el término "empresario" sea visto mal por una gran porción de nuestro pueblo. Imagínense que si el pobre no quiere ser empresario y capitalista, ¿entonces cómo logrará mejorar su situación? Tal como los señala Manuel Ayau, fundador de la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala: "La postura de la izquierda parece ser que no importa la pobreza, con tal de que los ricos no se hagan más ricos".
Si no vemos que la auténtica riqueza es bastante intangible y por lo tanto difícil de obtener, seguiremos empantanados en trágicos niveles de pobreza. No existe otro mecanismo para incrementar la riqueza que no sea a través del intercambio voluntario que favorece a ambas partes en la transacción; pero con inusitada regularidad vemos a políticos, tanto del grupo en el poder, como de los que supuestamente son de oposición abogar por el control de precios de la canasta básica y de aumentos del salario mínimo. No se dan cuenta que con ello condenan a los pobres a seguir siéndolo.
Nadie se hace rico basado en la pobreza de otros y quienes piensan así no han logrado entender el proceso de creación de la riqueza; es como exprimir un limón seco. Por ejemplo, Bill Gates es la persona que ha creado más ricos en el mundo, y con ello ha incrementado su propia riqueza, la mayor del mundo.
El gran secreto es el de hacer crecer el pastel de riqueza, pues en la medida de su aumento hay más para todos. Por ello es que los impuestos exagerados son tan dañinos, porque disminuyen la actividad productiva debido a que típicamente son mal invertidos. Arcaicos políticos no logran entender que con un limón jugoso se extrae mucho más jugo que con uno seco; por eso es que en países como Irlanda, Estonia, Nueva Zelanda y otros, cada vez que disminuyen los impuestos les aumenta el recaudo fiscal. Es como abonar el huerto para que sea más productivo. Tristemente, algo tan básico es poco comprendido por quienes no hacen más que vituperar al sector productivo y para colmo dicen que lo hacen para favorecer a los pobres.
El gran secreto de la creación de la riqueza está en no poner cortapisas para que más personas encuentren el camino del buen desarrollo, y en esa medida el pastel se irá haciendo más y más grande, hasta que el mundo se hará tan pequeño que tendremos que emigrar hacia las estrellas.
Por John Bennett, de la Fundación Libertad de Panamá
( Artículo publicado recientemente en el diario El Panamá América)
Si hemos de atender el diario bombardeo mediático que vitupera la brecha entre ricos y pobres le estaremos haciendo un terrible disfavor a los pobres, pues tal como ha determinado un estudio del Banco de Desarrollo Asiático (ADB), la pobreza ha disminuido mucho más en aquellos países del Asia en donde las desigualdades han aumentado. Y tal como señala la revista The Economist, ¿Acaso importan las desigualdades mientras la pobreza disminuye? Al fin y al cabo, el objetivo no es hacer más pobres a los ricos, sino más ricos a los pobres.
Algunos piensan que quitándole a los ricos se puede beneficiar a los pobres; lo que debemos lograr es que más pobres aprendan los secretos de la producción de riqueza; particularmente en el corto plazo, mientras más personas y empresas invierten en el país, más senderos de salida de los bajos de la pobreza se abrirán. En todo caso, si vamos a disminuir la brecha, hagámoslo hacia arriba y no hacia abajo.
El otro grave error en que hemos caído es creer que aumentando impuestos, particularmente a la productividad, se auxilia a los más pobres. El objetivo de bajar los impuestos al rendimiento de las inversiones no es el de favorecer a los ricos sino a los pobres. No entendemos que la verdadera riqueza no es el dinero sino la capacidad de producir el dinero y que los pobres necesitan desesperadamente a más empresarios habilidosos, no menos.
Es imperativo entender que las inversiones dependen de un buen rendimiento y que en un mundo tan competitivo es esencial crear mejores condiciones para atraer inversiones, sean internas o externas.
Quienes más daño le han causado a los pobres son los socialistas que con gran habilidad populista vituperan el capitalismo al punto que han logrado hacer que en nuestro país el término "empresario" sea visto mal por una gran porción de nuestro pueblo. Imagínense que si el pobre no quiere ser empresario y capitalista, ¿entonces cómo logrará mejorar su situación? Tal como los señala Manuel Ayau, fundador de la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala: "La postura de la izquierda parece ser que no importa la pobreza, con tal de que los ricos no se hagan más ricos".
Si no vemos que la auténtica riqueza es bastante intangible y por lo tanto difícil de obtener, seguiremos empantanados en trágicos niveles de pobreza. No existe otro mecanismo para incrementar la riqueza que no sea a través del intercambio voluntario que favorece a ambas partes en la transacción; pero con inusitada regularidad vemos a políticos, tanto del grupo en el poder, como de los que supuestamente son de oposición abogar por el control de precios de la canasta básica y de aumentos del salario mínimo. No se dan cuenta que con ello condenan a los pobres a seguir siéndolo.
Nadie se hace rico basado en la pobreza de otros y quienes piensan así no han logrado entender el proceso de creación de la riqueza; es como exprimir un limón seco. Por ejemplo, Bill Gates es la persona que ha creado más ricos en el mundo, y con ello ha incrementado su propia riqueza, la mayor del mundo.
El gran secreto es el de hacer crecer el pastel de riqueza, pues en la medida de su aumento hay más para todos. Por ello es que los impuestos exagerados son tan dañinos, porque disminuyen la actividad productiva debido a que típicamente son mal invertidos. Arcaicos políticos no logran entender que con un limón jugoso se extrae mucho más jugo que con uno seco; por eso es que en países como Irlanda, Estonia, Nueva Zelanda y otros, cada vez que disminuyen los impuestos les aumenta el recaudo fiscal. Es como abonar el huerto para que sea más productivo. Tristemente, algo tan básico es poco comprendido por quienes no hacen más que vituperar al sector productivo y para colmo dicen que lo hacen para favorecer a los pobres.
El gran secreto de la creación de la riqueza está en no poner cortapisas para que más personas encuentren el camino del buen desarrollo, y en esa medida el pastel se irá haciendo más y más grande, hasta que el mundo se hará tan pequeño que tendremos que emigrar hacia las estrellas.