February 10, 2008

 
Alexis de Tocqueville : Infancia y juventud

Tocqueville nació en Paris en 1805. Sus padres habían escapado a la guillotina gracias a la oportuna caída de Robespierre en 1794. El episodio dejó una huella indeleble en su madre, que nunca logró restablecer su equilibrio emocional. Tocqueville heredó el espíritu melancólico de su progenitora.

Las conversaciones sobre libros e ideas eran habituales en la familia. Durante la restauración de los Borbones su padre fue prefecto en Dijon, Metz, Amiens y Versalles. Cuando creció, Alexis acompañó a su padre en algunos de estos lugares y aprendió mucho sobre los detalles prácticos de la política.

Alexis tuvo de tutor al abbé Lesueur, quien le inculcó la importancia de la moralidad en todas las actividades humanas. Su instrucción religiosa provino de Lesueur y de su madre. En sus escritos, Alexis recalca la importancia central de la religión para el buen funcionamiento de la sociedad. Sin embargo, en su vida personal, Alexis tuvo periodos de agnosticismo y otros en que trató de recuperar la fe de su infancia.

A la edad de 16 años, Alexis fue a acompañar a su padre, que era prefecto en Metz, mientras su madre y hermanos se quedaron en Paris. En Metz tuvo una crisis intelectual y espiritual a consecuencia de la lectura de Voltaire, Buffon, y otros escritores franceses. Perdió sus firmes convicciones religiosas y su confianza en los valores de la aristocracia francesa.

Esta crisis convirtió al joven Alexis en un hombre dedicado al estudio de cómo funciona la sociedad. Nunca más daría por supuesta ninguna estructura social o política. Siempre mantuvo una enorme curiosidad por la interrelación de leyes, costumbres, intereses e instituciones que dan a cada sociedad su carácter peculiar.

Por indicación paterna, y sin gran entusiasmo, estudió la carrera de derecho. En 1828 fue nombrado “juge auditeur”, asignado al tribunal de Versalles. Era un trabajo sin pago y las responsabilidades eran diversas, desde las tareas de un ayudante glorificado, hasta realizar investigaciones y ocasionalmente actuar como juez sustituto.

Alexis no tenía un talento natural en el campo legal. No tenía el don de la elocuencia. Era reservado, caústico, y despreocupado respecto a lo que consideraba asuntos triviales. Su desempeño en Versalles no fue brillante. Lo mejor que obtuvo en este trabajo fue la amistad con Gustave de Beaumont, un aristócrata con talento literario. Su amistad duraría toda la vida.

Cuando Luis Felipe de Orleáns fue proclamado rey, Alexis y Beaumont se enfrentaron a un dilema, ya que sus familias eran partidarias de los Borbones. El padre de Alexis renunció a su puesto. Alexis y Beaumont encontraron una salida ingeniosa, que consistió en solicitar una licencia de 18 meses para viajar a Norteamérica para estudiar su sistema penal. La licencia fue aprobada, y de ese viaje resultaría “La democracia en América”, uno de los grandes clásicos del pensamiento político.

Alexis y Beaumont partieron el 2 de abril de 1831 y llegaron a Newport el 8 de mayo. En New York fueron recibidos, para su sorpresa, como dignatarios, y fueron agasajados por la mejor sociedad. La primera impresión de Alexis fue que los norteamericanos eran vulgares y poco cultivados.

No obstante, la vista a Boston le hizo revisar su opinión. El viaje terminó con una visita de dos semanas y media a Washington. Visitaron las dos cámaras del Congreso. El nivel de los discursos les pareció muy bajo. Lamentablemente no pudieron visitar a James Madison.

En total, estuvieron 271 días en Norteamérica. El 20 de febrero de 1832 se embarcaron de regreso a Francia. El informe que elaboraron sobre el sistema penitenciario norteamericano les valió un premio de la Academia Francesa por 3,000 francos.

( Joseph Epstein, Alexis de Tocqueville, Pag. 9-50 )

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