June 11, 2008

 
Justicia sin Estado : Beneficios de la privatización

Dada la congestión en los tribunales, la justicia se raciona por tiempo de espera. Además, muchos casos terminan sin juicio porque son “débiles”. La policía y los fiscales siguen la misma política. Se concentran en aquellos casos en los que es fácil obtener condenas.

Una ventaja de la privatización es que raciona por precio en vez de por técnicas menos eficientes. Las personas se dirigen al sector privado porque el sector público distribuye los recursos hacia los usos menos valiosos.

El director de seguridad de un banco declaró que utilizaban investigadores privados porque la policía estaba demasiado ocupada para realizar las tareas que los bancos exigen. Los guardias privados y las patrullas también realizan tareas que no lleva a cabo la policía.

Otra de las ventajas del sector privado es la especialización. Un ejemplo típico es el de los tribunales privados, en los que se dan diferentes niveles de especialización según las necesidades de los clientes. Lo mismo sucede en el área de seguridad o prevención del crimen. Esta especialización tiene dos beneficios . Primero, es más difícil que el criminal tenga éxito. Segundo, es más difícil que los criminales potenciales se conviertan en criminales reales.

El sector privado suele ser más eficiente que el público. Una razón es que las firmas privadas sólo pueden sobrevivir si logran beneficios. Para ello, tienen que lograr el nivel de servicio requerido con el mínimo costo posible. Por otro lado, la policía y los tribunales sobreviven independientemente de los costos. Además, no reciben ningún beneficio por dar buen servicio a bajo costo.

La inflexibilidad laboral propia del sistema público impide a los jefes eliminar a los empleados ineficientes a menos que su comportamiento sea extremo. La antigüedad se valora más que la competencia y los sindicatos luchan por sus metas tradicionales de más pago, menos trabajo y seguridad en el empleo.

La razón principal para utilizar tribunales privados es que ahorran mucho dinero. Por ejemplo, una pequeña empresa de Virginia tenía una disputa con una importante compañía de computadoras. Si hubieran ido a los tribunales oficiales, el costo mínimo hubiera sido de 25 mil dólares cada una. Dirimieron el caso en la firma privada EnDispute, en un día y medio con un costo de 4,500 dólares cada una.

Las decisiones en los mercados privados suelen basarse en mejor información que las que se toman en el sector público. Los consumidores se benefician del tiempo y esfuerzo dedicados a informarse. En el sector público los incentivos para obtener información son menores porque nunca existe la garantía de que el gobierno se comporte en la forma indicada.

Los servicios del sector privado son más especializados y más efectivos que los del sector público. Además, están disponibles a costos relativamente bajos, y los ciudadanos se resistirán cada vez más a pagar impuestos para la policía y los tribunales públicos. La amenaza de perder presupuestos y trabajos puede ser un incentivo para que los burócratas sean más productivos. De esta forma, algunos de los beneficios de la competencia en el sector privado se extenderán al sector público.

Una cantidad creciente de estudiosos defienden que el gobierno no debe tener ningún papel en la protección contra el crimen o la resolución de disputas. Ellos destacan las ventajas de la libertad de elección y la competencia, los incentivos para minimizar costos, la eliminación del problema de los comunes y los beneficios de la especialización. Este punto de vista destaca la eficiencia y efectividad de los productores privados en comparación con los públicos.

( Bruce L. Benson, The enterprise of law, Pag. 235-252 )

Comments:
Jaja, qué te parece la coincidente noticia de hoy en australia: "El jurado que no oía... jugaba sudoku". http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_7448000/7448152.stm

Un millón de dólares se fue en el juicio público sin contar el tiempo perdido. Todo por supuesto pagado por los contribuyentes.
 
Eso, aparte que era un delito que no debería ser considerado delito. O sea, peor desperdicio de recursos.
 
Para morirse de risa si no fuera para llorar.Ahora imaginemos que esto hubiera pasado en un tribunal privatizado.Tendríamos manifestaciones gigantescas en contra de la nefasta privatización.
 
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