July 13, 2008

 
La virtud del egoísmo : Introducción

En el uso popular, la palabra “egoísmo” implica algo malo; conjura la imagen de alguien que busca su propia gratificación a costa del mal infligido a otros. Sin embargo, el significado exacto de “egoísmo” es la preocupación por los intereses personales.

Este concepto no incluye una evaluación moral; no nos dice si la preocupación por los propios intereses es buena o mala; tampoco nos dice cuáles son los intereses de las personas. La tarea de la ética es responder estas preguntas.

La ética del altruismo ha creado la imagen del individuo que busca lo suyo atropellando a los demás, para que la gente acepte dos principios inhumanos : 1)Que cualquier preocupación por el interés propio es mala, y 2)Que uno debe renunciar a ese interés por el de otros.

El altruismo declara que cualquier acción tomada para el beneficio de otros es buena, y la tomada para el beneficio propio es mala; por tanto, el único criterio del valor moral es quién es el beneficiario de una acción.

De aquí derivan la inmoralidad, la injusticia, el doble estándar y las contradicciones y conflictos que han caracterizado las relaciones humanas bajo la ética altruista. Un empresario que produce una fortuna y un ganster que roba un banco son considerados igualmente inmorales porque ambos buscan su beneficio egoísta. Un dictador es considerado moral porque busca beneficiar al “pueblo” y no a sí mismo.

Observe lo que este criterio de moralidad hace a la vida del hombre. Lo primero que aprende es que la moralidad es su enemiga; no tiene nada que ganar y todo que perder. Puede esperar que otros se sacrifiquen ocasionalmente por él, como él se sacrifica a regañadientes por otros, pero sabe que todo esto produce resentimiento, pero no placer.

Dado que la naturaleza no ofrece al hombre una forma automática de supervivencia, la doctrina de que la preocupación por el propio interés es mala significa que el deseo de vivir es malo, y que la vida humana es mala. No puede concebirse una doctrina peor que esta.

Si es cierto que lo que yo entiendo por “egoísmo” no es lo que se entiende convencionalmente, entonces esta es una de las principales acusaciones contra el altruismo; esto significa que el altruismo no concibe una persona que se respeta y sostiene a sí misma. Significa que el altruismo entiende a los hombres como animales sacrificiales, como víctimas o parásitos.

Por esto es que mucha gente vive entre el cinismo y la culpa. Cinismo, porque no aceptan la moralidad altruista. Culpa, porque no se atreven a rechazarla. Para rebelarse contra este mal, hay que hacerlo contra su premisa básica. Hay que redimir el concepto de “egoísmo”.

La ética objetivista sostiene que el actor debe ser siempre el beneficiario de su acción y que debe actuar por su propio interés racional. Pero su derecho a actuar así deriva de su naturaleza como persona y de la función de los valores morales en la vida humana.

No es una licencia para hacer lo que le dé la gana y no justifica la acción de alguien motivado por emociones, sentimientos o deseos irracionales. Esta es una llamada de atención a ciertos “egoístas nietzscheanos” que creen que cualquier acción, de cualquier naturaleza, es buena sí se hace por el propio beneficio.

Un error parecido es el de quienes dicen que, dado que el hombre debe guiarse por su propio juicio independiente, cualquier acción que elija es moral. El juicio independiente es el medio por el que uno elige una acción, pero no es un criterio moral.

( Ayn Rand, The virtue of selfishness, Pag. 7-12 )

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