July 20, 2008

 
La virtud del egoísmo : Ética objetivista (1)

La ética es un código de valores para guiar las acciones humanas. En cuanto ciencia, la ética se ocupa de descubrir y definir dicho código.

En la historia de la ética, casi todos los moralistas la han considerado como una provincia de lo irracional. La mayoría de los filósofos actuales defienden que en el campo de la ética el hombre debe guiarse por instinto, intuición, revelación, sentimiento, gusto o deseo. No es posible definir una ética racional.

En un nivel físico, las funciones de todos los organismos vivos están dirigidos al mantenimiento de la vida de los mismos. Por tanto, ese es el estándar de valor; lo que mantiene la vida es bueno, lo que la amenaza es malo.

Metafísicamente, la vida es el único fenómeno que es un fin en sí mismo. Epistemológicamente, el concepto de “valor” se deriva del concepto de “vida”.

El hombre no tiene un código automático de supervivencia ni un juego de valores automático. Sus acciones y su supervivencia requieren la guía de valores conceptuales derivados del conocimiento conceptual. El proceso de formación de conceptos exige captar relaciones, diferencias y semejanzas en el material de nuestras percepciones, y abstraer, sacar conclusiones, formular nuevas preguntas y expandir nuestro conocimiento. La facultad que dirige este proceso es la razón. El proceso es el pensamiento.

Para el hombre, el medio básico para la supervivencia es la razón. No puede sobrevivir, como los animales, por medio del instinto. Una vez que no sabe automáticamente lo que es verdadero o falso, tampoco puede saber automáticamente lo que es bueno o malo. Pero necesita este conocimiento para vivir.

Lo que requiere su supervivencia está establecido por su naturaleza y no está sujeto a elección. Lo que sí está sujeto a su elección es si lo descubrirá o no, y si elegirá o no los objetivos y valores correctos. Es libre para elegir equivocadamente, pero no para tener éxito con su equivocación.

La ética no es una fantasía mística ni una convención social. Es una necesidad objetiva y metafísica para la supervivencia humana.

El estándar de valor de la ética objetivista es aquello que se requiere para la supervivencia humana. Y dado que la razón es el medio básico de supervivencia del hombre, lo que es apropiado para la vida de un ser racional es bueno y lo que la niega o destruye es malo.

Los dos elementos esenciales para la supervivencia de un ser racional son el pensamiento y el trabajo productivo. Si alguien elige no pensar, no deja de ser cierto que su supervivencia se hace posible porque otros piensan. Y quienes intentan sobrevivir por la fuerza bruta, tratan de hacerlo por el método de los animales.

La ética objetivista mantiene la vida humana como el estándar de valor, y la propia vida como el objetivo ético del hombre individual. En este contexto, el estándar es un principio abstracto que sirve como instrumento para guiar las elecciones del individuo en el logro de un objetivo concreto y específico.


El valor es lo que uno quiere obtener o mantener y la virtud es el acto por el que uno lo logra. Los tres valores cardinales de la ética objetivista son: razón, propósito y autoestima, y las virtudes correspondientes son racionalidad, productividad y orgullo.

La racionalidad es la virtud básica, e implica el reconocimiento de la razón como la única fuente de conocimiento, el único juez de los valores y la única guía para la acción.

La virtud de la productividad reconoce que el trabajo productivo del hombre es el medio para sostener su vida, el proceso que libera al hombre de la necesidad de ajustarse a su ambiente.

La virtud del orgullo es el reconocimiento de que, así como el hombre debe producir lo que necesita para sostener su vida, debe adquirir los valores de carácter que hacen que su vida merezca la pena.

( Ayn Rand, The virtue of selfishness, Pag. 13-29 )

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