August 29, 2008

 
El noble arte de subir salarios

( Artículo del autor, publicado en el diario La Prensa )

En una economía, el nivel de salarios depende básicamente de la productividad de la misma, y ésta a su vez principalmente de la inversión en capital físico y humano por persona.

Los salarios en las empresas de Estados Unidos son muy superiores a los de Panamá, no porque los empresarios norteamericanos sean más compasivos, o más solidarios, o se metan la mano al bolsillo más que los panameños. Son superiores porque las empresas son más productivas por su mayor inversión de capital.

Lo anterior podrá gustarnos o no, podremos aceptarlo o rechazarlo, pero eso no cambiará la realidad. El camino para elevar los salarios pasa por aumentar la productividad y dedicarnos cada vez más a actividades que produzcan un mayor valor agregado.

Algunos grupos exigen que el gobierno decrete un aumento general de salarios del 20% y creen que esto se puede hacer sin consecuencias sobre los precios y la viabilidad de muchas empresas. Por lo que he escuchado, presentan dos argumentos y una expresión de buenos deseos.

El primero es que la economía crece a tasas que hacen posibles los aumentos. El problema es que la economía es un agregado de empresas, subsectores y sectores. Por ejemplo, en 2007 el crecimiento de los sectores fluctuó entre 19.8% en la construcción y el –2.2% en la pesca. En los subsectores, entre 38.1% en servicios al transporte marítimo y –7.6% en ganado vacuno de ceba. Y seguro que el rango de variación entre las empresas fue todavía mayor. Yo creo que no tiene sentido aplicar la misma medida a empresas que se encuentran en situación muy diferente.

Pero en este argumento hay un tema más de fondo. El crecimiento del PIB no implica necesariamente un aumento de productividad. Por ejemplo, la construcción pudo crecer simplemente porque hubo más empresas dedicadas a la actividad, o más trabajadores, o ambas cosas a la vez. Pero es posible que la producción por trabajador fuera la misma que en el año anterior.

El segundo argumento es que, al aumentar los salarios, las empresas tendrían clientes con mayor poder de compra. Aquí veo tres problemas. Primero, que no todos los aumentos se van a dedicar al gasto, sobre todo en las actuales circunstancias. Segundo, que aunque todos los aumentos se gastasen, no se gastarían proporcionalmente en productos y servicios de todas las empresas. Así que habría empresas que sólo recuperarían una parte del aumento. Tercero, que aunque una empresa recuperase la totalidad del aumento en términos nominales, perdería significativamente en términos reales. Y todo eso sin contar la pérdida de intereses y el hecho de que un aumento de salarios del 20% se convierte en un gasto del 25% por el impacto sobre el XIII mes, seguro social y educativo, y riesgos profesionales.

Los buenos deseos consisten en decir que “Los panameños deberían mantener su poder adquisitivo”. Por supuesto que todos queremos mantenerlo. Pero si es posible hacerlo mediante leyes, ¿por qué no nos concedemos aumentos de dicho poder de al menos 2% por año? Si se puede hacer lo primero, ¿por qué no lo segundo?

Otro tema importante que me interesa comentar es que quienes exigen aumentos generales se limitan a constatar el aumento en el costo de la vida y dan por supuesto que las empresas no han aumentado los salarios en los últimos tres o cuatro años.

Aquí debo referirme al señor Presidente, quien, después de anunciar un bono de 160 dólares para los empleados públicos, añadió : “Ahora le toca a la empresa privada”. No insistiré en que el gobierno obtiene sus ingresos coactivamente. Sólo diré que el bono equivale a un aumento de 13.33 dólares por mes, o un 2% de aumento sobre el salario promedio del sector público en 2006. Las declaraciones del Presidente me extrañaron porque se estaba metiendo un gol en propia meta.

Pero me extrañó más la actitud timorata de algunos dirigentes de la empresa privada, que no han sido capaces de explicar los aumentos de salario que han dado en los últimos años.

Yo no tengo datos completos, pero los que tengo me indican que los aumentos han sido significativos. Por ejemplo, según la Dirección de Estadística y Censo, el aumento promedio en el sector privado entre 2004 y 2006 fue de 8.8%. Y entre el primer trimestre de 2008 y el de 2007 el aumento promedio en los sectores industria manufacturera, comercio al por mayor y por menor, hoteles, restaurantes y servicios fue de 8.6%. Esto indica que, muy probablemente, el aumento promedio entre 2004 y 2008 ha estado entre 15% y 20%.

Lo anterior no implica que todo el mundo haya tenido aumentos. No me sorprendería que un 25% de los trabajadores no hayan recibido aumentos, o los hayan tenido muy bajos. Entonces lo correcto sería que se discutiera el tema entre empresarios y trabajadores dentro de cada empresa. Aplicar un aumento general sería como realizar una neurocirugía con un cuchillo de cocina.

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