August 22, 2008

 
El papel de los mirones en los defectuosos sistemas democráticos

Por Marissa Krienert, de la Fundación Libertad de Panamá

( Artículo publicado en el diario La Prensa )

De mucho orgullo es para América Latina decir que la mayoría de sus sistemas electorales cada vez son más robustos, eficientes y hasta modernos; que nuestras formas de gobierno son principalmente democráticas y representativas; y que cada vez más y con cada proceso electoral, la participación social y las igualdades para ejercer los derechos de elegir y de ser elegido se respetan.

En 1789 la Revolución Francesa y la carta magna inglesa nos abrieron el camino para exigir el derecho a elegir y ser elegido; derechos y libertades que se consagran como la gran bandera de la democracia como sistema universal. Pasamos de ser súbditos a ser ciudadanos sujetos de derechos, ciudadanos con una conciencia política.

La evolución de la democracia ha sido una lucha constante e histórica y queda claro que la democracia en sí no es el fin, es un medio por el cual el hombre aspira a realizar dos grandes y sublimes ideales: la libertad y la igualdad.

La democracia, que es el poder del pueblo, es imprescindible para resolver los problemas de la sociedad; a mayor grado de desarrollo de las democracias encontramos mejores condiciones de vida en la mayor parte de la población. La democracia descansa sobre tres principales valores, la libertad, la igualdad y la justicia.

La libertad definida y aplicada al tema de la democracia es la posibilidad que tienen los ciudadanos de escoger libremente entre distintas alternativas y sin coacción, o el mínimo de condicionamientos, a quienes serán sus representantes en el gobierno.

La libertad política permite facilitar la participación de los ciudadanos en la creación y desarrollo de su propio gobierno por medio de su derecho a elegir y ser elegido.

La igualdad en un sistema democrático reconoce a todos los ciudadanos como iguales, aspira a ofrecer oportunidades similares a todos los actores sin distinción de clase, raza, religión ni mucho menos de ideologías políticas.

En términos jurídicos, la igualdad nos señala que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley y de que existe independencia en el poder judicial.

La justicia como uno de los valores de la democracia se relaciona de manera estricta al logro del bien común por medio del desarrollo de leyes y de mecanismos que obliguen a ciudadanos y gobernantes a su cumplimiento.

Muchos organismos han sido creados con el propósito de garantizar la consolidación de las democracias promoviendo el pluralismo, la protección de los derechos humanos, las libertades fundamentales y el estado de derecho. Estas organizaciones capacitan a gobiernos, partidos políticos y ciudadanos para entender, defender y promover las mejores prácticas en materia de sistemas electorales y participación ciudadana con la finalidad de construir democracias estables y países donde el estado de derecho esté por encima de los intereses políticos.

Una figura relevante dentro de estos organismos es la observación electoral, que a pesar de que estas instituciones comenzaron a establecerse a mediados del siglo XX, la primera observación electoral internacional data de 1857 y la figura se establece como habitual a partir de la Primera Guerra Mundial.

En días pasados vimos cómo el pueblo venezolano, una vez más, protestaba en calles y aceras contra las arbitrariedades de su presidente Hugo Chávez; en esta ocasión la lucha es contra la inhabilitación de 386 candidatos de oposición. Para la inhabilitación de estos candidatos se les endilgan actos de corrupción, nepotismo, contratos públicos ilegales, entre otros; sin embargo, ninguno de estos candidatos ha sido acusado formalmente por ningún delito.

El gobierno del presidente Hugo Chávez, demuestra nuevamente que está por encima de todos los pactos, protocolos y cartas firmadas violando y secuestrando las libertades fundamentales de todos los venezolanos. Demostrará ante los ojos de observadores y de la comunidad internacional que sus elecciones son transparentes y por supuesto que lo serán, si se permite la inhabilitación de candidatos de oposición.

El Sr. Chávez tuvo la oportunidad de gozar de su derecho de ser elegido, sólo para demostrar que las libertades y derechos son de uso personal. Ha dejado claro que la igualdad sólo es válida frente a su espejo y que la justicia existe sólo en los sueños de los venezolanos.

¿Por qué Venezuela no tiene la oportunidad de elegir, en pleno uso de sus libertades, a quienes representan sus ideales políticos y su futuro? ¿Dónde están los mirones? ¿Dónde están los más de 300 observadores electorales que participan por comicios, los líderes políticos y empresariales?

Comments:
Daniel Ortega se quejaba de los observadores de la OEA.
 
Y eso que deben ser bastante ineficientes,supongo.
 
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