August 21, 2008

 
Impuestos y robo

Cada vez que un político del Partido Demócrata de EU habla sobre impuestos, siempre acaba con la misma cantaleta: “Los ricos deben pagar su fair share”. Eso si, nunca dicen cuáles son los criterios para determinar el famoso “fair share”. Yo interpreto que lo que dicen entre líneas es que los ricos deben pagar lo que ellos digan. Caso cerrado.

Según los datos de 2006, el 1% de mayores ingresos obtuvo el 22% de los ingresos y pagó el 40% de los impuestos sobre la renta. El 10% de mayores ingresos pagó el 71% de los impuestos. En contraposición, el 50% de menores ingresos pagó el 2.9% de los impuestos.

En esencia, existen tres métodos para determinar el impuesto sobre la renta :

1. Cada contribuyente paga la misma cantidad en términos absolutos, sea cual sea su ingreso.

2. Cada contribuyente paga el mismo porcentaje de su ingreso.

3. El porcentaje del impuesto va aumentando conforme aumenta el ingreso. Esto es lo que se conoce como impuesto progresivo y es el que más se utiliza.

Para mí, la peor alternativa es la última, por varias razones. La tasa marginal del impuesto es ilimitada y puede llegar a cifras absurdas como el 95%, como se dió en la década de los 70. Supone implícitamente que el gobierno es el dueño de los ingresos de los ricos, porque puede llevarse lo que le dé la gana. Finalmente, no es más que una muestra de envidia institucionalizada y de la necesidad que sienten muchos de castigar a quienes tienen éxito.

Las dos primeras alternativas tienen la ventaja de poner límites al impuesto. Por supuesto, hay un tema previo, que es cuál debe ser el tamaño del Estado y su nivel de gasto. Pero esto merece uno o varios escritos aparte.

En mi opinión, la alternativa más justa es la primera. El hecho de que alguien tenga más ingresos que otro no es ningún criterio ni lógico ni moral para pagar más.

Observen cómo razonamos en otras situaciones en las que no está envuelto el poder coercitivo del Estado. Consideremos el caso de un edificio en régimen de propiedad horizontal. Los gastos comunes se reparten a partes iguales. A nadie se le ocurre decir que los que más ganan deben pagar más. Alguien dirá que quienes viven en el mismo edificio tendrán ingresos más o menos similares. Yo creo que las diferencias son significativas. Yo viví 18 años en uno y las diferencias de ingresos eran al menos de cinco a uno.

O supongamos que un grupo de amigos nos vamos a comer a un restaurante. Seguro que adoptaremos uno de dos métodos : o dividimos el gasto total a partes iguales o cada quien pagará su consumo individual. A nadie se le ocurrirá aplicar el principio de quien más gana, más paga.

No deja de ser curioso que conforme nos movemos de las relaciones voluntarias hacia la coerción estatal más se parece el panorama al de la actividad de los ladrones.

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